Belén está en las faldas de los montes de Judea y es ciudad santa tanto para los cristianos como para los judíos. Los evangelios cristianos señalan que Jesús nació en un portal de Belén, y los judíos veneran la tumba de la matriarca Raquel, una de las mujeres más importantes de la Biblia. La tradición judía dice también que allí fue coronado el rey David.
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