sábado, 3 de febrero de 2024

 

LA GUERRA EN LAS SOMBRAS CON IRÁN CORRE EL RIESGO DE CONVERTIRSE EN UN CONFLICTO DIRECTO
TRADUCIDA POR Marcela Lubczanski
La Casa Blanca dice que la respuesta al ataque con drones que mató a tres soldados estadounidenses incluirá medidas no militares junto con ataques.
Por David S. Cloud
Febrero 1, 2024
Shadow War With Iran Risks Turning Into a Direct Conflict
WASHINGTONDurante décadas, Estados Unidos e Irán han librado una guerra en las sombras a lo largo del Medio Oriente siguiendo una norma entendida por ambas partes: Si nos atacas, responderemos, al menos igual de duro.
Pero cuando la administración Biden se prepara a tomar represalias por un ataque con drones de milicias respaldadas por Irán que mataron a tres soldados estadounidenses el pasado fin de semana, los cálculos de los dos adversarios de largo tiempo han cambiado. Ni Washington ni Teherán parecen ansiosos por una confrontación militar directa.
El ataque con drones del domingo contra un pequeño puesto de avanzada en Jordania cerca de su frontera con Irak y Siria fue el primer ataque por parte de satélites apoyados por Irán desde octubre en causar bajas estadounidenses, provocando llamados en el Congreso para que la Casa Blanca responda con acción militar tomando como blanco a Teherán.
Para la administración Biden, atacar a las fuerzas paramilitares de Irán corre el riesgo de un contraataque contra las tropas o bases estadounidenses en el Medio Oriente por parte del formidable arsenal de misiles avanzados y drones de Teherán, expandiendo la guerra en Gaza entre Israel y Hamas en un conflicto regional más amplio que la Casa Blanca está buscando evitar en un año electoral presidencial.
Para Irán, el cálculo es al menos igual de complejo. Si intenta frenar a las fuerzas satélites que apoya en Irak, Yemen, Siria y Líbano, corre el riesgo de empañar su afirmación de estar liderando al
llamado eje de resistencia de milicias y aliados amistosos del Medio Oriente contra EE.UU. e Israel. Pero si se enfrenta de forma directa al más poderoso Estados Unidos, enfrenta una derrota militar potencialmente punitiva. 
"Cada lado está tratando de calibrar el uso de la fuerza como una forma de tratar de cambiar el comportamiento de la otra parte, pero no quieren cruzar límites," dijo Gerald Feierstein, un ex funcionario del Departamento de Estado y miembro principal en el Middle East Institute, una think tank de Washington.
El Presidente Biden ha declarado que hace responsable a Irán por el ataque letal con drones, argumentando que las milicias iraquíes que dice estuvieron detrás del ataque con drones están entre las muchas fuerzas satélites en el Medio Oriente financiadas y armadas por la Fuerza Quds paramilitar de Irán.
Biden ha aprobado planes para ataques de varios días en Irak y Siria contra múltiples objetivos, incluídos soldados e instalaciones iraníes, según funcionarios estadounidenses. Pero la respuesta, que se espera comience tan pronto como este fin de semana, será "escalonada," mezclando acciones militares con otras medidas que pueden ser ajustadas para señalar que Washington no busca más escalada.
El objetivo, dicen los funcionarios estadounidenses, es lograr que Irán y sus satélites reduzcan sus ataques a lo largo de la región mientras la Casa Blanca y sus aliados siguen conversaciones sobre un cese del fuego entre Hamas e Israel que esperan des intensificará las tensiones.
Irán ha enviado sus propias señales, insistiendo en que no ordenó el ataque y advirtiendo que las represalias de EE.UU. contra territorio o soldados iraníes desplegados alrededor de la región provocarían que contraataque. El mensaje subyacente, dijeron los analistas, fue uno de restricción en tanto Washington no cruce sus líneas rojas.
"Lo que estamos viendo es un tipo de negociación detrás de escenas para manejar las tensiones para que no escalen," dijo Sanam Vakil, director del programa de Medio Oriente en Chatham House, una think tank de Londres.
Señalando su intención bien por adelantado a cualquier ataque, la Casa Blanca puede dar a Irán tiempo para reposicionar soldados y equipo, limitando la efectividad de los ataques estadounidenses, dijeron los analistas. Pero también podría aliviar la presión sobre Teherán para responder.
Joseph Votel, un general retirado y ex alto comandante para Medio Oriente del Ejercito de EE.UU., dijo que la respuesta estadounidense enviaría un mensaje a Irán que solo sería eficaz si incluía ataques directos sobre objetivos iraníes, junto con otros ataques contra sus satélites.
"Tiene que haber un mensaje muy inequívoco para Irán que los responsabilizaremos por las acciones de estas milicias," dijo él. "Pienso que el ataque tiene que incluir algunos objetivos que son de valor para Irán."
Los objetivos no necesitan estar dentro de Irán para entregar el mensaje, agregó él, pero tienen que ser elegidos cuidadosamente para evitar provocar una guerra más amplia. "Ellos tienen la capacidad de contraatacar a lo largo de la región con una capacidad de misiles bastante robusta," dijo él.
Tan recientemente como en el 2020, las tensiones entre Washington y Teherán casi se derramaron en conflicto sostenido después que el entonces Presidente Trump ordenara un ataque estadounidense en Bagdad que mató al Mayor General Qassem Soleimani, el líder de la paramilitar Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Irán respondió con un aluvión de misiles balísticos contra las tropas de EE.UU. en Irak, un ataque que causó docenas de víctimas, pero no muertes estadounidenses.
Está lejos de ser claro, sin embargo, que Washington e Irán puedan evitar una escalada esta vez que ninguna parte parece querer.
El ejército y poder financiero de Irán forman la columna vertebral de su red de satélites en toda la región, pero Teherán no ejerce el mando y control total sobre ella. No todo miembro comparte la ideología chií de Irán, y todos los grupos tienen agendas internas que a veces entran en conflicto con las de Teherán. Algunos operan en áreas aisladas geográficamente, haciendo difícil para Irán proporcionar armas, asesores y entrenamiento. Eso incluye a Hamas, que es un movimiento sunní, y a los huzies en Yemen, cuyos ataques contra la navegación han terminado los flujos del comercio global y provocaron contraataques estadounidenses y de Reino Unido. En Siria e Irak, los grupos apoyados por Irán, han lanzado ataques con drones y cohetes contra bases de EE.UU., la mayoría de los cuales han sido interceptados por los sistemas de defensa aérea.
El miércoles, un destructor de misiles guiados de la Armada de Estados Unidos en el Mar Rojo dijo que interceptó un misil balístico disparado desde una zona controlada por los huzíes en Yemen y derribó tres drones iraníes "en su vecindad" sin heridas para la tripulación o daño al buque. 
Si un misil huzí impacta un buque de guerra de EE.UU., podría producir aun más presión sobre la Casa Blanca para que responda con ataques contra Irán, dijo Feierstein.
Ali Vaez, director del Proyecto Irán en el Grupo de Crisis Internacional, una think tank de resolución de conflictos, dijo que la muerte de soldados estadounidenses en el ataque en Jordania ha forzado probablemente a Biden a elegir objetivos que podrían resultar en bajas iraníes.
"Si atacan activos del CGRI pero minimizan las bajas, Irán podría no necesariamente responder de
una manera que extendería el ciclo de violencia," dijo él. "Pero si hay bajas del CGRI, será difícil para ellos absorber ese costo y no responder."  
    

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