Si tus nietos te piden que les cuentes la historia de un superhéroe, cuéntales la historia de Aner.
Aner fue a disfrutar junto a sus amigos en el festival de música Nova. No sabía lo que le esperaba.
En ese festival bailó con sus amigos, sonrió y disfrutó. Con una sonrisa de luz y una mirada mágica.
Unos minutos después, los terroristas llegaron hasta el lugar y, mientras todos se tiraron al piso intentando salvarse, Aner permaneció de pie, junto a la entrada.
Los terroristas lanzaron una granada al refugio. Aner la agarró con sus manos y la tiró de vuelta para afuera.
Los terroristas, al ver que la granada había explotado afuera, tiraron una segunda granada. Nuevamente Aner la agarró con sus manos y la echó afuera.
Así ocurrió siete veces. Aner de pie, salvando la vida de decenas de personas.
Un ángel valiente contra monstruos asesinos. De pie, orgulloso, salvando vidas.
Lamentablemente en la octava granada, Aner no alcanzó a sacarla y explotó.
Algunos de los que estaban en el refugio fueron asesinados, otros fueron heridos y secuestrados a Gaza.
Pero algunos otros sobrevivieron gracias al heroísmo de Aner. Y contaron su historia.
A la derecha vemos su última foto. De pie. En el refugio. Salvando vidas.
Su espíritu y valentía siempre estará con nosotros.
Cuéntale a tus nietos la historia de Aner. La historia de cómo frente a la maldad más oscura, Aner estuvo ahí de pie, hasta el último momento. Cómo frente a la crueldad más inhumana, Aner sacrificó su vida por salvar a los demás.
Bendita sea la memoria de este héroe.
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