AMIGOS DE ISRAEL - CORDOBA (ARGENTINA)

  

ISRAEL LUCHA CONTRA LA AMNESIA GLOBAL

Incluso amigos del estado judío lo presionan para que olvide las lecciones que aprendió de la masacre de Hamas del 7 de octubre.

Por Elliot Kaufman

Junio 27, 2024

TRADUCIDA POR  Marcela Lubczanski

Jerusalén

"Rezamos para que un día haya paz," dice Nina Tokayer, mitad del dúo musical israelí Yonina, después que es extinguida una vela para cerrar el Shabat. "A veces eso significa eliminar a nuestros enemigos, quienes odian la paz y quieren destruirnos. Por alguna razón, gran cantidad de gente en todo el mundo no entiende eso."

Los israelíes no entienden lo que el mundo no comprende acerca del 7 de octubre. Hamas es el partido mayoritario palestino, y el 7 de octubre fue su apoteosis. Lo intentará nuevamente si Israel renuncia a Gaza demasiado temprano, y lo hará peor si Israel se rinde en la Margen Occidental. Aun así, el mundo demanda ambas cosas, dejando que los israelíes concluyan que el mundo tiene poco problema en someterlos a más masacres. Los israelíes sienten como que una forma obligatoria de amnesia está siendo impuesta sobre ellos: No recordarás como se ve el nacionalismo palestino real.

La lucha por la memoria tiene significado estratégico. Micah Goodman, un prominente intelectual israelí de centro, dice que la primera lección del 7 de octubre es: "Cuando abandonamos territorio, no estamos protegidos de ese territorio." Esto se ha vuelto un consenso nacional.

"Tuvimos 7 de octubre antes—en 1929," dice el Sr. Goodman. Entonces, turbas árabes masacraron a más de 100 judíos a lo largo de Hebron, Safed, Jerusalén y Jaffa, y dejaron más de 300 heridos. "Los judíos fueron atacados en las calles, en sus casas, con todas las atrocidades terribles que vimos el 7 de octubre. Esto fue antes de la nakba de 1948, antes de la ocupación de 1967."

Yo pensé en la lucha por la memoria en una visita a una base militar israelí, hogar de una unidad de combate de elite, la identidad de cuyos miembros es mantenida en secreto. "El mundo no entiende el dolor," dice Maxim, un soldado joven, "y no creo que le importe." El concede que la gente puede haber olvidado el ataque de Hamas del 7 de octubre. Roi, su camarada, no lo cree: "Ellos saben lo que sucedió, pero les importa un carajo. O lo apoyan y lo llaman 'resistencia.'"

Asaf, un combatiente de 21 años de edad, dice, "Los árabes ganan porque son pacientes. Nosotros podemos derrotar a Hamas, pero si abandonamos, ellos lo reconstruirán todo y en 10 años atacarán nuevamente." En su visión como soldado, "la única forma en que ganemos es si capturamos la tierra."

El no debería decir eso. ¿Qué podría ser más repulsivo para los oídos extranjeros que una reocupación israelí de Gaza? Mucho menos repulsivo para el mundo es el otro escenario de Asaf: Hamas mantiene Gaza y trama el siguiente 7 de octubre.

En el kibutz fronterizo de Kfar Aza, Chen Kotler trabaja para impedir que el 7 de octubre sea olvidado. Ella cuenta acerca de los terroristas sobre su techo y en la casa de su hermana. "Junto a este asfalto, ocho personas fueron asesinadas," dice ella en un lugar. Hamas todavía mantiene rehenes a cinco de sus vecinos: Gali y Ziv Berman, Emily Damari, Doron Steinbrecher y Keith Siegel, un ciudadano estadounidense de 65 años de edad. Los edificios han sido arruinados, y la comunidad tendrá que luchar para sobrevivir.

¿Pero no están muriendo más personas en Gaza? Los medios de comunicación están felices de ocultar las distinciones relevantes. Los activistas promovieron la mentira del "genocidio" aun antes de la guerra. Eylon Levy, hasta hace poco portavoz del gobierno de Israel, explica, " las calumnias a Israel hoy están preparando la respuesta al próximo 7 de octubre: 'Los judíos lo tenían merecido.'"

Tal vez Israel no puede satisfacer la mirada occidental. Un cartel en una casa destruida en Kfar Aza dice: "Aviad Edri fue asesinado brutalmente en esta casa." Pero el Occidente quiere ver el cuerpo tirado sobre el terreno. Los israelíes no cooperarán—y no deberían hacerlo. Algunos de los vecinos sobrevivientes de la Srta. Kotler incluso se oponen a las visitas y no permiten fotos. "Esto pronto será historia," dice ella. "Los tractores llegarán para reparar. Entonces, tendrás que cargarlo por tu vida entera."

El mundo no está dispuesto a cargar el peso por demasiado tiempo. Si bien el Presidente Biden dejó en claro después del 7 de octubre que Hamas no debe permanecer en el poder, para febrero él no estaba tan seguro. El llamó "exagerado" al contraataque de Israel. En un evento de recordación del Holocausto en mayo, él instó al mundo a "nunca olvidar" el 7 de octubre mientras retenía las armas de Israel para prevenir un ataque contra el bastión de Hamas.

Thomas Friedman ahora escribe lo que está implícito en la política de Biden: Está bien dejar a Hamas en el poder. Tal vez habrá un acuerdo para compartir el poder. Tal vez el pueblo de Gaza restringirá a Hamas. O tal vez el Occidente no ha aprendido nada del 7 de octubre.

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Hay una historia que el Occidente se cuenta a sí mismo: Después de la masacre, Israel tuvo la simpatía y apoyo del mundo. Pero Israel fue demasiado lejos, y el mundo se volvió contra ella. A los occidentales de pensamiento correcto les gusta esta historia porque los occidentales de pensamiento correcto son sus estrellas. Ellos son movidos por la difícil situación de Kfar Aza y los asistentes al festival Nova para denunciar a Hamas, pero no tanto como para, como esos israelíes vengativos, perder su imparcialidad e instinto humanitario.

La verdad es más oscura. Mucho, quizás la mayoría, del mundo no condenó el 7 de octubre o repudió a Hamas. Catar y Egipto, los mediadores, ambos culparon a Israel el 7 de octubre. El 8 de octubre, China llamó a Israel a "terminar inmediatamente las hostilidades." Rusia todavía acoge delegaciones de Hamas. Ninguno de los patrones de Hamas lo ha abandonado o ha sido presionado seriamente para hacerlo.

Los grandes grupos de derechos humanos se equivocaron respecto al 7 de octubre acerca de "los civiles a ambos lados." Desde entonces, ellos han fingido que la guerra comenzó el 8 de octubre, representando la campaña israelí como pura malevolencia. La izquierda en los campus vivó el ataque. La Asamblea General de Naciones Unidas todavía no lo ha condenado.

El apoyo estadounidense por Israel ha sido esencial, pero tiene cuerdas atadas. "Si Estados Unidos experimentara lo que está experimentando Israel, nuestra respuesta sería rápida, decisiva y desbordante," dijo el Sr. Biden el 10 de octubre. Pero en cada etapa de la guerra él ha trabajado para lentificar y disminuir la respuesta militar israelí. Los generales estadounidenses aconsejaron a Israel no invadir Gaza, dicen altos funcionarios israelíes. Los estadounidenses insistieron en que los operativos desde el perímetro derrotarían a Hamas.

Para enero la administración Biden estaba presionando duro por un estado palestino, al cual describió como la única solución real, tal como lo había pensado el 6 de octubre. No importa que las encuestas muestren que dos tercios de los palestinos apoyan el ataque del 7 de octubre.

Durante el hummus en Tel Aviv, el intelectual de derecha Gadi Taub lo dice provocativamente: "El plan de Biden para terminar la guerra es que Netanyahu caiga y Sinwar permanezca." El presidente estadounidense ha pasado meses impulsando un acuerdo para terminar la guerra, y sus segundos insisten en que las tropas israelíes abandonen Gaza después. Como nadie más aparte de los israelíes luchará y morirá para mantener a Hamas abajo, el gobierno de Hamas sería restaurado rápidamente. 

"El 7 de octubre mató no sólo el sueño de la paz," dice el Sr. Levy, el ex portavoz israelí. "Mató a los soñadores" de los kibutzim fronterizos. Pero el Sr. Biden y su equipo, los no demasiado callados estadounidenses, están aun soñando. Ellos lo llaman un proceso de paz, pero una retirada israelí que regrese Gaza a Hamas es el primer paso para la siguiente masacre, la siguiente guerra.

Eran Massas, un teniente coronel israelí de la reserva, dice, "Hamas no son personas, son animales." En respuesta el instinto occidental es preocuparse por la deshumanización. Cuando el Sr. Massas cuenta cómo rescató civiles el 7 de octubre, y cómo él sigue acosado por una mujer que encontró, su vestimenta verde puesta a un lado de su cadáver masacrado, el mismo instinto occidental es mirar a otro lado—a cualquier lado menos a sus ojos.

El Sr. Kaufman es el editor de cartas del Journal.