miércoles, 9 de febrero de 2011

Peligroso mosaico


Por Angélica Mora

Por años, la situación actual del Oriente Medio se ha ido gestando y ha desembocado en lo que es hoy, una región volátil cuyos posibles cambios -inevitablemente- van a perjudicar al resto del mundo.

La situación que hoy vive Egipto es una copia de los tumultos que precedieron a la salida del Sha de Irán en 1979.
En aquella oportunidad, la masa de la población quería -más que nada- mejores condiciones de vida. Pero fuerzas opositoras radicales, conducidas por el Ayatollah Khomeini, usaron el momento para tomar el control de la situación, con espectacular ganancia para la causa del Islam.

Y fue así como Irán, de una nación próspera y moderna, se transformó en lo que es hoy, un país sin libertades y en una amenaza para la Humanidad.
Los iraníes, que tenían el camino abierto para estudiar las profesiones que así estimaran, hoy están sometidos al capricho de fanáticos religiosos en todos los aspectos de sus vidas.

Sin embargo, las mujeres son las que más han perdido al ser sometidas como meros objetos de los hombres, sin ningún derecho y destinadas sólo a producir hijos, sin poder salir físicamente de la burka, vestimenta que deja sólo sus ojos, a través de rejillas, al descubierto.
Y ni que hablar de la justicia aplicada contra ellas, que van desde el desfiguramiento del rostro hasta apedrearlas hasta la muerte.

Por otra parte, el mundo occidental ve con horror como esta otrora sociedad libre ahora está sometida a un poderoso individuo, Mahmoud Ahmadinejad, quien amenaza con el poder nuclear.
Irán, como nación, pasó de un sólido amigo de Estados Unidos y sus aliados, a convertirse en la peor némesis del mundo libre.

Lo mismo puede suceder hoy con Egipto.
La hermandad musulmana- la organización que emergió a la luz como Al Qaeda and Hamas- es la mayor fuerza opositora en el país y hoy, detrás de las revueltas, se puede ver la mano de ésta y- otras agrupaciones radicales.
Si esta fuerza toma el poder, Estados Unidos habrá perdido un gran aliado, e Israel sería el perjudicado más directo, aunque el mundo entero sufriría la consecuencias.

También el patrimonio del mundo está sufriendo con los actuales desmanes dirigidos hacia las obras milenarias por las turbas.
Sin embargo, estos empalidecen cuando se piensa lo que pasará si otra religión toma el poder en Egipto.

Basta recordar la destrucción de las milenarias Estatuas de las Cavernas en Afganistán:
Los Budas de Bamiyan construidos en el siglo VI, esculpidos en las laderas de una montaña de piedra en el centro de Afganistán cerca de Kabul, fueron dinamitados y destruidos completamente por fuerzas talisbanas en el 2001, por ser "ídolos que no debían existir”.

Yo tengo un dicho, que lo empleo de vez en cuando y es "Siempre se Puede estar Peor". Hoy lo puedo aplicar a la actual volátil situación en Egipto.
Los ciudadanos de esa nación quieren sacudirse de la presencia de Mubarak, quien ha estado 30 años en el poder. Pero de esta dictadura blanda pueden caer en una dura aún peor y añorar en un poco tiempo más la del pasado, al ver arrebatadas sus libertades.

Pueden preguntar a los cubanos y venezolanos. Ellos pasaron por experiencias semejantes y hasta hoy no pueden zafarse de sus cadenas.

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