viernes, 26 de enero de 2024

 


BRET STEPHENS

EN DAVOS, LOS REHENES ISRAELÍES OBTIENEN UNA ESCUCHA

Two people in front of a blue screen bearing the logo of the World Economic Forum.
Credit...Markus Schreiber/Associated Press
La reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, es en gran medida una oportunidad para que los poderosos se mezclen con los aun más poderosos. En la mayor parte, he pasado mi tiempo aquí escuchando a líderes gubernamentales — el ministro del exterior de Irán me impactó como un simulador excepcionalmente talentoso — y parloteando con líderes empresariales, miembros de think tanks y funcionarios en las famosas cenas privadas y eventos después de las fiestas de Davos.

Pero las historias más conmovedoras que escuché esta semana llegaron de algunas de las personas menos poderosas aquí.

“Abro mis ojos y siento que mi garganta se cerró,” me dijo Rachel Goldberg, describiendo sus mañanas durante los anteriores más de 100 días. "Digo un rezo judío y pido, 'Que hoy sea el día.' Y luego digo, ‘Finge ser humana.’ Y me pongo este traje porque, si soy una pelota en el suelo, no puedo salvarlo." Ella estaba hablando — con extraordinaria auto compostura — de su hijo de 23 años, Hersh Goldberg-Polin. El 7 de octubre, él estaba asistiendo al festival de música Nova con un amigo cuando terroristas de Hamas, llegando en parapentes y camionetas, asesinaron a 364 personas allí a sangre fría. Hersh y cerca de otros 30 trataron de ocultarse en un pequeño refugio antibombas al costado del camino. Los terroristas lo atacaron con granadas de mano, luego una granada propulsada por cohete, matando a casi todos adentro.

Hersh sobrevivió al ataque, por poco. Goldberg me mostró imágenes de video, tomadas por Hamas, de él siendo puesto dentro de la parte trasera de un camión y llevado a Gaza. La parte baja de su brazo izquierdo ha sido volada, dejando un muñón ensangrentado. Revuelve el estómago mirar.

Goldberg está en Davos para hablar con cualquiera que pueda ayudar a salvar y regresar a los 132 rehenes restantes, incluido Hersh. Así lo está Noam Peri, quien trabaja para Google en Israel. El padre de Peri, Jaim, un soldador y artista del kibutz Nir Oz,  cerca de la Franja de Gaza, fue llevado de su casa en la mañana del 7 de octubre.

Él se estaba ocultando con su esposa, Osnat, en el cuarto de seguridad de su casa cuando irrumpió Hamas. Jaim heroicamente empujó lejos a un terrorista, dando a Osnat tiempo de ocultarse en un rincón de la habitación. Cuando Hamas regresó, el caminó fuera con ellos, perdiendo una de sus sandalias en el camino. Ellos nunca pensaron regresar para revisar la habitación en busca de más gente. “Él salvó a mi madre,” me contó Noam. Ella tuvo pruebas de vida por última vez hace casi dos semanas, cuando Hamas hizo un video de Jaim y otros dos rehenes ancianos, viéndose frágiles y con miedo. Él está sin sus lentes, sin audífono ni medicación, muy probablemente en un túnel sin aire profundo bajo tierra, sostenido, según el testimonio de los rehenes que han sido liberados, bajo una dieta de hambre – típicamente, dos dátiles a la mañana, media pita y algo de arroz, otra media pita.

Él cumplirá 80 años en abril, asumiendo que está aun vivo.

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