domingo, 17 de abril de 2016

                                       **Pompeya, con Penas y Olvidos


Hay momentos, como hoy, que las penas, que duermen en el fondo de mi alma, se
despiertan, buscando el aire, de la superficie, que se transforma en recuerdos y ellos
me hacen llorar. Es cuando tomo a Pompeya, mi fiel guitarra, tenso sus cuerdas y
arrancando con la bordona, esta poesía suelo recitar:

Vidala de las penas, quiero que escuches estas estrofas y que te hagan dormir.
Descansa en el fondo de mi alma, que ahí vivirán, mientras viva yo.
Vidala del dolor, no me hagas sufrir, ya bastante daño, de ella, recibí.
¡ Vidala, vidala !  Necesito que te duermas y yo podré vivir.

Pompeya, mi querida guitarra, te agradezco por tu sonido, que acompañan a mis pobres
versos. Y con tus hermosos rasguitos y mi garganta, tapada de olvido, hemos conseguido que el sueño calme a la vidala de las penas, a la vidala del dolor.
Será hasta otro momento, querida Pompeya, que nuevamente te buscaré a vos y juntos
enfrentaremos a la memoria, que es nuestro enemigo mayor.
¡ Descansa, Pompeya, ya habrá otra ocasión !
Mario Beer-Sheva

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.