Ante la pronta fecha para la celebración de las elecciones presidenciales estadounidenses, conviene evaluar su política exterior. La administración Trump ha emprendido cambios conceptuales que ven a China como adversario y a Rusia como una potencia que desvanece y que le ha restado importancia al Medio Oriente y Europa. Sin un compromiso diplomático y militar sólido, estas nuevas políticas corren el riesgo de ceder dichas regiones a la dominación china. En contraste, las evidencias sugieren que una administración Biden retornaría en gran medida a las políticas de la era Obama adaptadas al imperialismo chino.
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