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El 27 de junio de 1976, dos terroristas palestinos de la OLP y dos militantes alemanes secuestraron un avión de Air France en Grecia con 248 pasajeros y tripulantes. Obligaron al avión a aterrizar en Libia para repostar y luego a Entebbe, Uganda. Los secuestradores fueron recibidos por los ugandeses y otros tres secuestradores palestinos se les unieron en Entebbe.
Separaron a los pasajeros israelíes de los no israelíes y liberaron a los no israelíes, que fueron trasladados a Francia. El ejército ugandés fue desplegado para ayudar a los secuestradores y la fuerza aérea ugandesa se puso en alerta para impedir que fuerzas extranjeras pudieran llevar a cabo misiones de rescate.
El 3 de julio de 1976, el gobierno israelí autorizó una misión de rescate. Yonatan Netanyahu (hermano mayor de Benjamin Netanyahu) era el jefe de la unidad de comando de élite enviada a Uganda para rescatar a los 106 rehenes restantes. Una vez allí, destruyeron la mayoría de los aviones ugandeses, eliminaron a todos los secuestradores y mataron a casi 50 soldados ugandeses que ayudaban a los secuestradores.
El gobierno keniano ayudó a los israelíes, lo que llevó al presidente ugandés a ordenar que todos los kenianos en Uganda fueran asesinados. Más de 240 kenianos fueron asesinados y varios miles huyeron.
En la operación sólo murió un comando israelí... Yonatan Netanyahu. También murieron cuatro rehenes, una de las cuales no fue asesinada durante la operación, sino por soldados ugandeses que la asesinaron en el hospital donde estaba siendo tratada.
Esta fue una de las mayores operaciones de rescate de todos los tiempos.
¿Y quiénes fueron los críticos más enérgicos que condenaron la operación de rescate? Nada menos que las Naciones Unidas, encabezadas por Kurt Waldheim, de quien más tarde se descubrió que había sido un alto oficial nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Pensemos en ello por un momento. Terroristas islamistas armados, sedientos de sangre, tomaron como rehenes a personas inocentes, con la ayuda de todo un ejército de soldados musulmanes, y, sin embargo, fue Israel el que recibió críticas por atreverse a tener el coraje y la moralidad de rescatar a los rehenes inocentes, que eran los que estaban siendo condenados.
Han pasado 50 años y no ha cambiado absolutamente nada. Los palestinos siguen matando y secuestrando. Los israelíes siguen teniendo que defenderse solos para rescatar a su pueblo de los terroristas. Y las Naciones Unidas siguen apoyando y protegiendo a los terroristas y condenando y vilipendiando a Israel.
No hay nada nuevo en 2024.
Recuerden esto la próxima vez que los medios intenten decirles que somos los malos por luchar para salvar y proteger a nuestra gente.
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