LAS MENTIRAS DE DICIEMBRE. POR GABY KESELMAN LOB
Diciembre llega todos los años con su inevitable desfile de rituales: los pinos verdes decorados, las interminables publicidades de regalos, y, por supuesto, las películas navideñas. Todos los años las mismas, con sus protagonistas sonrientes y sus finales felices. Pero hay algo más que llega con diciembre: las mentiras.
Es un pacto tácito, una complicidad universal. Los niños escriben sus cartas a Papá Noel, confiados en que ese señor barrigón, tras revisar que se han portado bien durante el año, les traerá un regalo.
Los adultos se unen al juego. Se disfrazan de un hombre inexistente, comprarán regalos en su nombre, y sonreirán al ver la emoción en los ojos de sus hijos.
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