martes, 19 de febrero de 2013
ISRAEL: Tzipi Livni abre el juego
Primer paso hacia la coalición
Tzipi Livni, que encabeza el partido "Hatnuá" (El Movimiento) anunció en una conferencia conjunta con el primer ministro Binyamin Netanyahu su incorporación al nuevo gobierno. Será ministra de Justicia y estará a cargo de las negociaciones de paz con los palestinos.
Llueven las críticas, pero Tzipi Livni y Binyamin Netanyahu dieron, esta noche, una conferencia de prensa en la cual anunciaron - juntos, pero no demasiado - que Livni será la próxima ministra de Justicia de Israel y estará a cargo de las negociaciones de paz con los palestinos.
A pesar de que Livni logró tan sólo 6 bancas en la Knesset (el Parlamento israelí) en las recientes elecciones, y de una larga y frondosa historia de rencillas y enfrentamientos políticos con Netanyahu, en la madrugada de ayer llegaron a un acuerdo que anunciaron oficialmente esta noche.
Por el momento, los representantes de los partidos que tuvieran mayor número de votos en las elecciones no han hecho comentarios, y se desconoce si también en este punto se pusieron previamente de acuerdo, como para seguir irritando a Netanyahu. Es que el primer ministro ha intentado últimamente por medios legítimos y otros no tanto, romper la extraña alianza de estos dos jóvenes e inexpertos candidatos, pero sin ningún éxito.
¿Qué ganan Livni y Netanyahu con este acuerdo?
Para Livni, este acuerdo que le abre las puertas al próximo gobierno y hasta la conferencia de prensa junto al primer ministro - dicen los que saben - tiene un delicioso sabor a venganza. Cuando intentó conformar un frente de centro-izquierda, poco antes de las elecciones, sus "socios" - Yair Lapid de "Iesh Atid" y Sheli Yejimovich de "Avodá" - no sólo frustraron su intento sino que también la dejaron afuera y tan mal parada que perdió una gran cantidad de votos.
Por otra parte, liderar la oposición no le agrada y no le trajo grandes éxitos o satisfacciones. En cuanto al ministerio de Justicia, es un cargo que Livni ya ocupó, y si bien hay muchas y variadas críticas a su gestión, fue allí donde comenzó a forjar su imagen de "política incorruptible".
Netanyahu, por su parte, sale ganando con el descongelamiento. Por una parte, de las negociaciones para formar gobierno, que estaban completamente empantanadas y llevando al primer ministro al límite de la tensión e incluso del agotamiento.
Pero, por sobre todas las cosas, Binyamin Netanyahu está enviando hoy un clarísimo mensaje a la Casa Blanca. Su compromiso con la reanudación de las negociaciones de paz con los palestinos ya no pasa por el Discurso de Bar Ilán (en el que por primera vez pronunciara la fórmula "Dos Estados para dos pueblos"), que por el momento había quedado tan sólo en el papel y en un breve momento de gloria.
El mes que viene, cuando Barack Obama llegue a Israel, el primer ministro israelí podrá mostrarle que su compromiso es real, hasta tal punto que ha sido capaz de dejar de lado los "desencuentros" y "desacuerdos" del pasado, y confiarle a la experta Tzipi Livni el desafío de las negociaciones.
En esta "jugada" hay también un claro mensaje para el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. Netanyahu lo insinuó en la conferencia de prensa cuando dijo que "esperamos ahora tener un socio para el diálogo del lado palestino". La elección de Tzipi Livni a la cabeza de un "diálogo de paz sin condiciones" es algo que los palestinos difícilmente puedan rechazar. Más difícil aún será que puedan encontrarle alguna explicación lógica y presentable a ese rechazo.