sábado, 27 de abril de 2024

 DEL WSJ

DEFINIENDO LA LIBERTAD DE EXPRESION EN EL CAMPUS

Los manifestantes anti-Israel invocan una Primera Enmienda que no entienden.
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski


Abril 23, 2024


Se supone que las universidades sean lugares donde los estudiantes y profesores pueden debatir la política y otros temas sin miedo o censura. Mientras las protestas anti-Israel se extienden en Columbia, Yale, Harvard, la Universidad de New York y otras partes, sin embargo, los progresistas están afirmando que cualquier restricción sobre los manifestantes es una violación de la libertad de expresión. 

Eso no es cierto, y es importante entender por qué. En virtud de su "doctrina de acción estatal," la Corte Suprema ha fallado que la Primera Enmienda se aplica a las acciones del gobierno hacia los ciudadanos. No se aplica a los ciudadanos privados o a las instituciones excepto en raros casos cuando están actuando como agentes del gobierno.
Como el decano de la escuela de derecho de Berkeley, de la Universidad de California, y ardiente liberal Erwin Chemerinsky explicó hace poco a los estudiantes anti-Israel que querían protestar sobre su césped, su propiedad "no es un foro para la libertad de expresión."
Como una universidad privada, Columbia tiene el derecho de establecer sus propias normas sobre el discurso como parte de un contrato para enseñar o estudiar en la escuela. Lo hace en una forma que es consistente con las obligaciones de una institución pública en virtud de la Primera Enmienda. Aquí está lo que las Normas de Conducta Universitaria de Columbia dicen sobre las protestas: "Todo miembro de nuestra comunidad... retiene el derecho de manifestar, concentrarse, hacer piquetes, hacer circular peticiones y distribuir ideas" y de "expresar opiniones sobre cualquier tema o lo que se le parezca, aun cuando tal expresión invite a la controversia y escrutinio agudo." El código de conducta protege los derechos de los oradores aun cuando las "ideas expresadas podrían ser vistas como ofensivas, inmorales, irrespetuosas, o incluso peligrosas."
Suena bien. Pero el código de conducta de Columbia dice que una persona viola las normas que cuando se "involucra en conducta que coloca a otro en peligro de daño corporal," o "usa palabras que amenazan con daño corporal en una situación donde hay peligro claro y presente de tal daño corporal."
El acampe y protestas anti-Israel de Columbia han incluido intimidación física a estudiantes judíos y declaraciones antisemitas. En octubre del 2023, 100 profesores de Columbia firmaron una carta defendiendo a los estudiantes que habían inundado el campus en apoyo de la "acción militar" de Hamas el 7 de octubre. Columbia tiene todo el derecho de restringir el discurso o acciones que amenazan a otros estudiantes.
Los manifestantes tampoco tienen un "derecho" de reunirse en la propiedad de la escuela para interrumpir el funcionamiento de la universidad o intimidar a estudiantes que van camino a clase. Incluso en una universidad pública, todas estas normas constituirían restricciones razonables en el tiempo, lugar y forma del discurso.
Esta nueva adopción progresista de la libertad de expresión suena especialmente vacía después de años de intentos por parte de los estudiantes y profesores de prohibir a los oradores conservadores en el campus y castigar a los estudiantes por supuestas micro-agresiones. Los que una vez afirmaron que el discurso es violencia ahora afirman que la violencia es discurso. Ellos no entienden la Constitución mejor de lo que entienden al Medio Oriente.

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