¿PODRIA POR FAVOR PONERSE DE PIE EL VERDADERO BENJAMIN NETANYAHU?
Un "caballo fuerte" para nuestros tiempos
Por Roger Simon
Enero 6, 2025
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
He estado siguiendo intensamente los acontecimientos en Israel con la respiración contenida desde el 7 de octubre del 2023—ahora incluso más así ya que Sheryl y yo estaremos llegando al Aeropuerto Ben Gurion más tarde este mes para un viaje de visita e investigación para una novela que estoy escribiendo. Estamos también complacidos de estar gastando nuestro dinero de vacaciones en Israel bajo las circunstancias.
Si bien la situación parece estar mejorando, el debate interno en el estado judío se arremolina como siempre, también como siempre en torno al rol y actuación del primer ministro de más largo desempeño de Israel (17 años en total), Benjamin Netanyahu.
El hombre se está recuperando simultáneamente de una prostatectomía, enfrentando un juicio largamente dilatado por presuntos actos personales y conduciendo una guerra en siete frentes. Y eso es sólo para empezar. El también es un actor clave en la reforma altamente discutida del sistema legal de Israel que hasta ahora no tiene ninguna constitución formal. Y luego está el debate que rodea a los ultraortodoxos sirviendo en el ejército que tiene consecuencias cruciales para el futuro del país. Y... y... y....
Lo amen o lo odien, viviendo bajo la más extraordinaria presión, Bibi ha llegado a simbolizar los altibajos de la nación que él lidera tanto, indudablemente más en la actual visión del público, que su mismo fundador, David Ben-Gurion.
Como Winston Churchill y Donald J. Trump, él es un hombre de tremenda controversia. La multitud de "desde el río al mar" lo desprecia, vinculándolo a menudo con el Diablo. (A ellos tampoco les gustan mucho DJT o Churchill tampoco, suponiendo que ellos sepan siquiera quién era el último.) Netanyahu también comparte la confianza propia destacable de los otros dos.
¿Es merecido? ¿Cuál es la realidad?
Como mi título indica, me trae a la mente el programa de panel de televisión de CBS de mi juventud, "Decir la Verdad," con la pregunta tradicional del programa, "¿Podría por favor ponerse de pie el verdadero [llenen el espacio]?”
En un artículo de opinión en el Jerusalem Post el 4 de enero, Hadassah Chen hace una defensa convincente de Bibi. Ella incluso se llama a sí misma una "bibista" en "Elegido para liderar: Netanyahu será recordado como uno de los más grandes de todos los tiempos."
Preocupada por los resultados de su operación, ella continúa diciendo, también haciendo referencia a Churchill, “Tristemente, la grandeza de estos hombres es siempre celebrada demasiado tarde. Cuando se me preguntó si Bibi es el líder correcto para manejar esta guerra, yo respondí firmemente que sólo él tiene la capacidad de liderarnos en este preciso momento."
Ella además escribe: “Tantas noticias falsas rodean a Bibi y su familia. Tantas mentiras, y tanta injusticia en la forma en que han sido manejadas las cosas, ya sea que es su juicio insano, el manejo de la guerra, o su apoyo a su esposa, que es masacrada por los medios. Intenten pararse en sus zapatos por un día—la persona promedio estaría desbordada y colapsaría."
¿Suena conocido?
Mi amigo de muchos años, Peter Berkowitz de la Hoover Institution, asume una visión más cínica. Al comentar sobre una reciente entrevista en el Wall Street Journal con Netanyahu, Peter escribe en Real Clear Politics:
“El regreso de Trump a la Casa Blanca refuerza el optimismo de Netanyahu. En la entrevista del Journal él expresó la esperanza que al final podría lograrse un acuerdo para regresar a los aproximadamente 100 rehenes restantes retenidos por Hamas durante más de 14 meses en condiciones de pesadilla en Gaza. Y él anticipó la expansión de los Acuerdos de Abraham mediante la normalización de las relaciones con Arabia Saudita.
“En retrospectiva, Netanyahu concluyó que tuvo razón, enseguida después de las masacres del 7 de octubre, en declarar la 'victoria total' como el objetivo de guerra de Israel.
“El alentador relato del Journal del liderazgo de Netanyahu en tiempos de guerra y la resiliencia, valentía y agudeza militar de Israel podría proporcionar un correctivo valioso para la cobertura frecuentemente sesgada y hostil a la que ha sido sometido el ejercicio de su derecho a la legítima defensa por parte del estado judío. Pero el retrato que hace el Journal de Netanyahu está también incompleto y puede llevar a error.
“La insistencia del primer ministro en la victoria total, por ejemplo, siempre ha prometido demasiado. Ahora, como el año pasado, enmascara las duras realidades de la región y la agitación política de Israel."
Peter, quien es vastamente más experimentado en estos asuntos que yo y está escribiendo desde Tel Aviv en este artículo, sin dudas expresa la opinión predominante de muchos allí, periodistas y académicos cuyas opiniones a menudo reflejan las de la misma clase en Estados Unidos. Pero yo me pregunto si se justifica una evaluación tan sombría. Después, o tal vez incluso durante, mi corto viaje afinaré mi opinión, aunque no estoy seguro que la de nadie valga mucho. Estamos en las fauces de la historia.
Pero actualmente me pregunto esto: Si no la victoria total, ¿qué? ¿Lo mismo, mismo de siempre? Ese es un futuro sombrío de hecho, para todos los implicados, incluidos los gazatíes.
Peter expresa la crítica, como lo hacen muchos de ese mismo grupo, que Netanyahu aun no ha llegado con una propuesta de qué hacer respecto a Gaza después de la guerra. Muy cierto. Pero ¿quién lo ha hecho? No he visto nada parecido a una buena solución por parte de nadie, ciertamente no de nuestro gobierno. Podría ser que no exista una, lo que es aun más sombrío.
Por ahora, al menos para mi, la victoria total parece en verdad el primer paso necesario para cualquier solución. De hecho, es el más obvio en términos meso-orientales como dejó en claro Lee Smith hace años en "El Caballo Fuerte." La ambigüedad estilo Chamberlain no funciona bien en esa parte del mundo (tal vez en el nuestro tampoco, si somos honestos).
En ese sentido, yo apoyo al "Caballo Fuerte" Benjamin Netanyahu. Sin alguien así, por raro que sea, estamos perdidos. La crítica al manejo de la guerra por parte de Bibi, aunque quizás precisas en algunos detalles, se sienten frecuentemente motivadas por el más humano de todos los defectos que tan frecuentemente es exacerbado en la política, la buena antigua envidia (confróntese con el Décimo Mandamiento). O, como lo dijo Shakespeare, “¿Por qué ese nombre debería sonar más que el tuyo?”
Y luego, no hace falta decirlo, los medios israelíes y locales nos han mentido excesivamente.
En ese sentido, tengo, de entre todas las personas, al que pronto va a ser ex secretario de estado, Antony Blinken, a quien a menudo he criticado y todavía veo como un caballo notoriamente débil, en apoyo parcial. El Sr. Blinken, en una conversación de despedida con el New York Times, afirma que a pesar de las acusaciones que Netanyahu estuvo torpedeando los ceses del fuego y por lo tanto la liberación de al menos algunos de los rehenes, la verdad fue otra. El Secretario dijo al Times: “No, eso no es preciso. Lo que hemos visto una y otra vez es a Hamas no concluyendo un acuerdo que debería haber concluido."
No hay sorpresa ahí considerando el comportamiento brutal y sádico de la organización terrorista desde su formación (en 1987), pero yo desearía que el Sr. Blinken hubiese dicho eso antes—y en voz alta. Podría haber movido las cosas más rápidamente y salvado vidas a ambos lados, por no mencionar contrarrestar a propaganda penetrante que domina el Occidente hasta la náusea. El misericordioso secretario saliente también admitió que cada vez que él y la administración Biden demandaron que Israel proporcione más alimento y ayuda a Gaza, aun más difícil hizo Hamas un alto el fuego y el retorno de los rehenes, sintiendo la debilidad.
Con ese mismo alimento casi siempre robado por Hamas en primer lugar, este patrón repelente fue durante mucho tiempo obvio desde afuera, pero la gente de Biden persistió en su política y pronunciamientos pomposos. ¿Por qué? ¿Sólo por los votos en Michigan que nunca se materializaron? Bueno, ellos son las personas que le dieron una Medalla de la Libertad a George Soros.
Esto es con lo que Benjamin Netanyahu ha tenido que lidiar, Hamas de un lado, la administración Biden del otro. Uno sólo puede imaginar la presión sobre un jefe de un estado democrático en guerra en tal situación. Considerando eso, él lo ha hecho de manera brillante—y lo hizo para las otras democracias occidentales que han sido casi uniformemente desagradecidas, incluso lo convirtieron en un criminal de guerra en algunos casos. Esto podría ser visto como la versión final del viejo dicho acerca de que ninguna buena acción pasa sin ser castigada..
Por esa razón es fácil responder la pregunta “¿Podría ponerse de pie el verdadero Benjamin Netanyahu?”
Como otros han escrito, si Israel fuera a tener su propio Monte Rushmore, una escultura de Netanyahu debería estar justo allí con Ben-Gurion.
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