viernes, 10 de enero de 2025

 

El día que Einstein cometió un error.

En la imagen se observa el rostro del joven que obligó al gran Albert Einstein a rascarse la cabeza y los bigotes contemplativamente ante un numeroso público.
  • Ese muchacho larguirucho de rostro huesudo y peinado a la seda, provoco que el famoso Albert Einstein lo pensara dos veces, y un minuto después, se retractó de una ecuación que acababa de presentar en una conferencia.
Corría el año 1930 y se trataba de una conferencia de la Sociedad Alemana de Física celebrada en Leipzig.
  • Después de que el presidente de la asociación elogiara profundamente a Einstein por su gran discurso, preguntó si alguien del público tenía alguna pregunta o comentario.
  • Durante unos instantes, el silencio recorrió la sala.
De repente, una voz juvenil surgió de la última fila de la sala y en un alemán entrecortado, expreso unas palabras que mantuvieron al público expectante.
  • «Lo que dijo el profesor Einstein no es estúpido, pero la segunda ecuación que escribió no se deduce de la primera. De hecho, requiere más suposiciones que no se han hecho, y lo que es peor, no satisface un criterio de invariancia, como debería ser en cambio». repitió sin miedo.
Todas las cabezas se volvieron por reflejo hacia esta voz audaz y desafiante que sumergió a todos en la incredulidad, incapaces de contener su asombro en el vacío circundante.
  • Desconcertados, mientras se preguntaban quien podia ser, Einstein se encontraba profundamente perdido en el escrutinio de la supuesta ecuación errónea en la pizarra, casi paralizado por la nueva revelación, excepto por su mano, que se rascaba mecánicamente el bigote.
Al cabo de aproximadamente un minuto que parecio eterno, Einstein se dio la vuelta, admitiendo su error, y dijo:
  • «La observación de ese joven de ahí es perfectamente correcta. Por lo tanto, les pido que olviden todo lo que les he dicho hoy».
Aquel día, en aquel preciso momento, el destino arrancó de la oscuridad al intrépido joven de 22 años, y lo convirtió en uno de los fisicos teóricos más destacados de la Unión Soviética. Su nombre: Lev Davidovich Landau, nacido el 22 de enero de 1908, en Bakú, en el seno de una familia judia de Azerbaijan que en aquel entonces era parte del imperio ruso, y quien obtendria anos mas tarde, en 1962, el Premio Nobel de Física.
De igual modo, ese día, Albert Einstein demostró el tipo de humildad no adulterada que el conocimiento genuino confiere a cualquier recipiente que lo albergue. La verdadera educación es humilde, no al revés.
«El ABC de la ciencia», de Giuseppe Mussardo, 2020, Springer.

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