Seis años más tarde, un tribunal de la ONU apunta a los asesinos de Rafik Hariri.
1/7/11
Han pasado más de seis años desde que un masivo coche bomba en Beirut asesinó a Rafik Hariri, un ex primer ministro de Líbano, y a 22 miembros de su séquito. Durante ese tiempo el país ha sido testigo de la expulsión del ejército de Siria, una devastadora guerra con Israel, los asesinatos de una veintena de figuras pro-occidentales, y el mes pasado, la toma efectiva del gobierno por parte de Hezbollah.
Sin embargo, no fue hasta el jueves que el mundo se enteró de la identidad de los acusados por el delito a través del Tribunal Especial para el Líbano respaldado por Naciones Unidas. Moustapha Badreddine, cuñado del fallecido supremo líder militar de Hezbollah Imad Moughnieh, encabezó la lista de cuatro hombres, pero por lo demás los detalles de la acusación permanecieron sellados. Corresponde ahora al gobierno libanés enviar las órdenes de detención para los cuatro y enviarlos a La Haya. No nos sorprenderíamos si sus paraderos continuan siendo desconocidos por muchos años, e incluso si son encontrados y entregados, su juicio llevaría probablemente años.
Hay una lección aquí sobre lo que sucede cuando la ONU entrega las riendas de cualquier proceso significativo, sobre todo de uno tan cargado como el asesinato de Hariri. Aunque el investigador de la ONU Detlev Mehlis trabajó rápidamente para mostrar la mano de Siria en la orden del golpe, la investigación se empantanó en los investigadores posteriores. Desaparecieron informes, fueron filtrados documentos, un investigador clave libanés fue asesinado. Por encima de todo, la ventana política durante la cual la investigación tuvo el pleno respaldo de un gobierno libanés simpático fue cerrada.
Ahora el Líbano es un lugar cambiado. "Están equivocados quienes piensan que vamos a permitir el arresto o detención de cualquiera de nuestros combatientes", advirtió el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en previsión de la acusación. "Cualquier mano que toque a cualquiera de ellos será cortada." Con el gobierno libanés ahora bajo la dirección flexible del primer ministro Najib Mikati, el Sr. Nasrallah probablemente no tenga que llevar a cabo sus amenazas.
También es probable que la justicia, por lo menos la del tipo tribunalicio, nunca sea impuesta a los que dieron a Badreddine y sus camaradas sus órdenes. Hezbollah es una organización disciplinada y jerárquica, que trabaja mano a mano con Damasco y responde a sus amos en Teherán. Tal vez los detalles de la acusación revelen más sobre este tema en su debido momento. Pero el hecho que las acusaciones no se elevaron más que a estos cuatro personajes indica cuán malamente ha fracasado la empresa general - la cual hasta ahora ha costado unos $200 millones y sigue contando.
Todo lo cual significa que si los intereses de justicia en el caso Hariri van alguna vez a ser servidos, sucederá a causa de la valentía de los manifestantes sirios que se están enfrentando a su régimen brutal, y quizás de los iraníes levantandose nuevamente contra los suyos. Una comunidad internacional que realmente se preocupa por llevar a los asesinos de Hariri a juicio sera mejor servida promoviendo el cambio de régimen en Damasco y Teherán en vez de financiar un proceso interminable en La Haya.
FUENTE: THE WALL STREET JOURNAL- Traducido por Luisa Kasvin especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba
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