domingo, 17 de febrero de 2013
Corea del Norte e Irán, la gran amenaza nuclear para el mundo
La tercera prueba de un arma nuclear llevada a cabo el 12 de febrero por Corea del Norte -la primera fue en 2006 y la segunda en 2009- además de constituir una flagrante violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y resultar un peligro para la estabilidad regional, la paz y la seguridad internacionales, alerta sobre la peligrosa asistencia y colaboración entre regímenes de ideología tan opuesta como el comunista y nihilista de la República Popular Democrática de Corea y la teocracia extremista de la República Islámica de Irán para desarrollar bombas atómicas y compartir la tecnología para lanzar misiles balísticos de largo alcance. Asimismo, esa peculiar alianza revela la inutilidad de las sanciones económicas impulsadas por EE.UU., la ONU y muchos países para impedirlo.
Según la Agencia Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas (IAEA, por sus siglas en inglés) la última prueba nuclear de Corea del Norte. que provocó un terremoto de alrededor de 5 grados en la escala Ritcher, ha sido dos veces más potente que la realizada en 2009, calculada en casi 2 kilotones, mientras que la explosión registrada de este martes 12, de acuerdo a lo afirmado por Kim Min-seok, portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, se estima que fue del orden de los 6 a 7 kilotones.
Los norcoreanos asumieron haber detonado un dispositivo nuclear en miniatura con mayor fuerza explosiva en forma “segura” y perfecta”. “La prueba nuclear se llevó a cabo como parte de las medidas para proteger nuestra seguridad y soberanía nacional en contra de la hostilidad temeraria de los Estados Unidos que violaron el derecho de nuestra república de lanzar un satélite pacífico”, informó la agencia estatal de noticias de Corea del Norte, North Korean Central News Agency (KCNA). Ante la reacción de Obama que calificó la explosión de la bomba atómica en miniatura como una “amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos” el gobierno de Kim Jong-un, desafió a los norteamericanos antes de la inminente sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU advirtiéndoles que si Washington mantiene su hostilidad hacia el país del este asiático y “complica aún más la situación”, Pyongyang se quedará “sin más remedio que tomar una segunda ronda de medidas no especificadas aún más fuertes y hasta una tercera de mayor intensidad”. El Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano dijo en un comunicado que su prueba nuclear el martes fue una “medida de autodefensa” que no viola ninguna ley internacional. La Cancillería añadió que Pyongyang va a afrontar medidas como las inspecciones forzosas de buques o un bloqueo marítimo como un “acto de guerra” que podría provocar “represalias sin piedad” y que Washington debe hacer una elección entre “tomar el camino de la distensión o continuar en su equivocado curso actual, de políticas contra la República Democrática Popular de Corea y más tensiones crecientes”.
Sin embargo, como disuasivo o amenaza velada, la semana pasada Corea del Norte dio a conocer un video de propaganda militar, que muestra una ciudad de Estados Unidos en llamas atacada por misiles y con audio una versión instrumental de “We Are The World”.El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ensayo nuclear norcoreano, considerándolo una “clara y grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad”, al tiempo que ha confiado en que sus 15 miembros adopten las “acciones adecuadas”.
USA, Japón y Reino Unido también han condenado la prueba nuclear norcoreana, mientras Corea del Sur ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, al considerar el test una “amenaza inaceptable para la paz regional”. Rusia también condenó el ensayo nuclear: “Al efectuar una nueva prueba nuclear Pyongyang, una vez más, ha pasado por alto las normas del derecho internacional y ha hecho caso omiso a las resoluciones de la ONU”, señaló la cancillería rusa, subrayando que dicha conducta “merece la condena y la respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional”. Sólo China, con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, sigue con su respaldo permanente a Corea del Norte. Rusia también condenó el ensayo nuclear: “Al efectuar una nueva prueba nuclear Pyongyang, una vez más, ha pasado por alto las normas del derecho internacional y ha hecho caso omiso a las resoluciones de la ONU”, señaló la cancillería rusa, subrayando que dicha conducta “merece la condena y la respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional”.
La República Islámica de Irán que ambiciona denodadamente obtener armamento nuclear, cínicamente- como al atribuir a Israel el atentado terrorista en 1994 de la AMIA en Buenos Aires, de la que ella misma está acusada por la justicia argentina- a través del portavoz del Ministerio de Exteriores, Ramin Mehmanparast dijo que “Debemos procurar que ningún país tenga armas nucleares y que todas las armas nucleares sean eliminadas”, “todos los países deben tener la posibilidad de usar la energía nuclear pero con fines pacíficos”.
Corea del Norte e Irán son aliados tecnológicos desde hace décadas. Ya en los años 80, Teherán importaba misiles y tecnologías balísticas de Pyongyang. Después que Rusia y China redujeron el flujo de tecnología, Pyongyang se constituyó en la fuente principal de la tecnología de misil balística y de componentes de Teherán. Además, los informes publicados atribuidos a fuentes de inteligencia han encontrado pruebas de cooperación nuclear entre estos dos Estados, de larga data. Se conoce que el programa de armas nuclear de Corea del Norte está basado en el plutonio separado obtenido de un reactor, mientras que los esfuerzos de Irán están basados en el uranio enriquecido producido por la tecnología de centrifugadora comprada a Abdul Qadeer Kant, el científico indio que fabricó la bomba atómica a Pakistán.
Pyongyang mantiene una misión permanente de científicos nucleares y de misiles en Teherán, mientras que los expertos iraníes asisten regularmente a las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte.
Los Shahab, los primeros misiles de largo alcance en los que empezó a trabajar Irán, se basaban en tecnologías norcoreanas. Después de que en 2009 la ONU impusiera sanciones contra Pyongyang prohibiendo a los estados miembros importar y exportar armas norcoreanas, los gobiernos occidentales en reiteradas ocasiones han acusado a Irán de seguir colaborando con Corea del Norte.
Así, los medios de comunicación estadounidenses especularon que el Sejjil, primer misil iraní de combustible sólido, estaba equipado con un sistema de navegación procedente de Corea del Norte. También se informó que un grupo de especialistas iraníes fue a Corea del Norte para participar en el desarrollo de los misiles balísticos norcoreanos Taepodong 2.
En mayo de 2011 expertos de la ONU publicaron un informe donde indicaron que Pyongyang y Teherán estaban violando las sanciones impuestas por la Organización. El documento señalaba que los dos países intercambian tecnologías de misiles y que el tráfico de los componentes balísticos se realizaba con la mediación de un tercer país, presuntamente China. Por supuesto, tanto Irán como Corea del Norte y China negaron drásticamente estas acusaciones. En marzo de 2012 el diario alemán Die Welt aseguró que Corea del Norte había realizado en 2010 pruebas nucleares en su territorio para Irán, dando como referencia a una fuente anónima de la inteligencia estadounidense.
En abril de 2012 Pyongyang inscribió en su Constitución que es un Estado nuclear. En agosto de 2012 proclamó que está preparado para “una batalla a vida o muerte contra los enemigos” y en caso de una agresión no vacilará en usar todos los medios a su alcance.
El periodista del Jerusalem Post, Ron Ben-Yishai en un análisis atinado, dice que la conducta de Pyongyang enseña a Irán que puede levantar las sanciones de Occidente sin detener el programa nuclear. Cuando las negociaciones se acercan a su fin, Corea del Norte se compromete a desprenderse de las armas nucleares o dejar de realizar pruebas con misiles, o incluso ambas cosas. Luego de recibir la ayuda en forma de gasolina y los alimentos que necesita para alimentar a las masas hambrientas, Pyongyang siempre vuelve a sus viejos hábitos. Sostiene que Corea del Norte vende su conocimiento nuclear y sus misiles al mejor postor, y también es responsable de la transferencia de misiles balísticos y misiles a Siria, Irán e incluso Egipto. En realidad, todos los estados árabes han comprado cohetes y misiles, o los conocimientos sobre la manera de fabricarlos, de Corea del Norte, por un alto precio. Las sanciones impuestas por la ONU sobre la importación y exportación de armas de Corea del Norte no sirvieron de nada, incluso cuando los barcos norcoreanos que transportaban armas fueron interceptados y que China, el único aliado de Pyongyang, amenazó con detener los envíos de alimentos y petróleo a Corea del Norte.
La República Islámica de Irán sigue la eficaz estrategia norcoreana diplomática de negociación, que aparenta flexibilidad con el objeto de ganar tiempo para completar la producción de armas nucleares y después sentarse a discutir con las potencias occidentales desde una posición de fuerza. Los persas también adoptaron de los norcoreanos la práctica de construir instalaciones masivas subterráneas en terrenos montañosos, protegidas por muchas capas de hormigón.
El organismo de control nuclear de la ONU dijo a sus estados miembros que Irán había anunciado planes para instalar y operar máquinas avanzadas de enriquecimiento de uranio en su planta nuclear de Natanz el mes pasado, en lo que sería un salto tecnológico que le permite acelerar significativamente la actividad que Occidente teme fundadamente que podría ser utilizado para desarrollar un arma nuclear.
La IAEA sigue instando infructuosamente a Irán a permitirle el acceso a los sitios nucleares, particularmente Parchin, así como a las personas y los documentos que pueden ayudar a proporcionar información de las actividades nucleares de Teherán. Según la International Energy Agency (IEA), las sanciones impuestas por Occidente contra Irán por su disputado programa nuclear-que no lo disuaden de su objetivo- lograron un significativo éxito en la reducción de los ingresos de exportación de petróleo de Irán en $ 40 mil millones de dólares en 2012.
En abril de 2010, un documento publicado del pentágono describiendo el uso del arsenal atómico y el riesgo de terrorismo nuclear, afirmaba que Irán y Corea del Norte son la mayor preocupación del gobierno de EE.UU. de acuerdo con la Revisión de la Postura Nuclear. No obstante por votación dividida, el Comité de Servicios Armados del Senado aprobó el martes 12 de febrero la nominación propuesta por el presidente Barak Obama, del ex senador republicano Chuck Hagel, un férreo defensor de las negociaciones diplomáticas con Irán, como nuevo secretario de Defensa de EE.UU. Los 14 demócratas del comité votaron a favor de éste, a quien los republicanos han atribuido no apoyar lo suficiente a Israel y ser muy suave y condescendiente con Irán. Hagel recibió 11 votos en contra, y ahora la confirmación de su nombramiento queda en manos del pleno del Senado, que por tener una mayoría de legisladores demócratas cuenta con los votos necesarios para conseguirlo.
Recientemente, Hagel hizo hincapié en la importancia de reforzar las alianzas con Corea del Sur, Japón y Australia para hacer frente a Corea del Norte, a la que calificó como “absolutamente imprevisible”. Agregó que Corea del Norte representa una amenaza real para los EE.UU. y sus aliados regionales. Su tradicional postura timorata con Irán, país al que parecería no considera una amenaza real para EE.UU. ni el aliado Estado judío, le daría la razón al senador Lindsay Graham quien expresó que Hagel sería “el secretario de Defensa más antagónico hacia el Estado de Israel en la historia de nuestra nación”.
Rubén Kaplan
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