En El pianista (2002), dirigida por Roman Polanski, Adrien Brody interpretó a Władysław Szpilman, un talentoso pianista judío polaco que logró sobrevivir al Holocausto. Su dedicación para dar vida a este papel fue verdaderamente extraordinaria.
Para aproximarse a las duras condiciones de su personaje, Brody perdió cerca de 14 kilos. Además, se aisló socialmente, abandonando su hogar y vendiendo casi todas sus pertenencias, incluido su automóvil. Este intenso proceso de preparación le permitió sumergirse en la psique de Szpilman, logrando una actuación inolvidable.
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