DEL WSJ

TRUMP OBLIGO A ISRAEL A HACER UN PACTO CON EL DIABLO

Algunos rehenes volverán a casa, pero Hamas sobrevive, lo cual significa que morirán más israelíes y estadounidenses.

Por Ariel Kahana

Enero 15, 2025

traducido por  Marcela Lubczanski

El acuerdo de alto el fuego y rehenes anunciado por Israel y Hamas el miércoles es un mal acuerdo. Peor, llega en un mal momento y bajo condiciones desfavorables. El acuerdo estipula que aproximadamente tres docenas de rehenes secuestrados de Israel por Hamas el 7 de octubre del 2023, serán devueltos a sus familias. Si bien esas son buenas noticias, el precio—la supervivencia de Hamas—es demasiado empinado.

Un mejor acuerdo estuvo disponible y pudo haber sido alcanzado si Jerusalén y Mar-a-Lago esperaban unos días. La demanda del presidente electo Trump de un acuerdo final antes de su asunción el 20 de enero presionó al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que acepte el marco actual. No sabemos si Netanyahu intentó convencer a Steve Witkoff, el enviado al Medio Oriente del Sr. Trump, de esperar por un mejor acuerdo. Pero está claro que esperar probablemente habría resultado en términos mejorados.

En virtud del acuerdo, Hamas podrá reponer sus filas diezmadas. Setecientos o más terroristas iran directo desde las prisiones israelíes a las calles de Gaza. Muchos son asesinos sádicos que han pasado sus años tras las rejas soñando con un retorno al campo de batalla.

Al liberar a estos asesinos endurecidos, Israel está repitiendo un error que ha aprendido 100 veces de la forma dura: Liberar a grandes números de terroristas enciende olas de terror. Esto sucedió después del Acuerdo Jibril de mayo de 1985, el cual llevó a la primera intifada. En el 2011, Israel intercambió a 1,027 prisioneros de Hamas por un rehen secuestrado—el soldado Gilad Shalit. Entre los liberados a cambio del Sr. Shalit estuvo Yahya Sinwar, quien más tarde se convirtió en el líder de Hamas en Gaza y planificador de la masacre del 7 de octubre.

Los terroristas de Hamas liberados por el acuerdo actual pronto volverán a unir a la red de la organización, la cual abarca Judea, Samaria, Gaza, Catar y Turquía. Una vez reunidos con sus colegas, ellos lanzarán nuevos ataques. Es como si Estados Unidos enviaba a los combatientes capturados de al Qaeda de regreso a Afganistán en el 2002. Locura. 

Mercancías y combustible también fluirán hacia Gaza como resultado del acuerdo del miércoles. Hamas utilizará el combustible para excavación de túneles y operaciones contra los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel. De acuerdo con informes desde el campo de batalla, Hamas está todavía luchando desde adentro de los túneles. El combustible que los terroristas de Hamas reciben les permitirá actualizar su red subterránea en preparación para la reanudación de la guerra, la que llegará más temprano o más tarde. En otras palabras, Israel, con sus propias manos, está ayudando a su enemigo a prepararse para librar la guerra.

Hamas tiene una larga historia de robar la ayuda extranjera, vender lo que roba a los gazatíes a precios inflados, y usar las ganancias para reclutar jóvenes combatientes. Cuando entre en efecto el alto el fuego y las FDI se retiren, la organización se reconstruirá rápidamente y reanudará sus actividades transfronterizas.

Es razonable preguntar por qué las FDI no han podido destruir por completo a Hamas en 15 meses. La razón principal es que el Presidente Biden y el Secretario de Estado, Antony Blinken, intervinieron repetidamente en formas que ayudaron a Hamas a sobrevivir. La aceptación por parte de Israel de la demanda estadounidense que luche con una mano atada detrás de su espalda fue un fracaso estratégico. Un fracaso estratégico no justifica otro.

Muchos israelíes esperaban que el Sr. Trump detendría la locura y daría al Sr. Netanyahu la luz verde para aplastar a Hamas de una vez por todas. En su lugar el Sr. Trump empujó al Sr. Netanyahu a aceptar un trato con el diablo. El primer ministro nunca debió haberlo hecho.

El Sr. Kahana es diplomático y corresponsal en la Casa Blanca por Israel Hayom, un diario.

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