LAS VIDAS ISRAELIES NO CUENTAN: LO QUE LA CRUZADA DE CELEBRIDADES POR BARGHOUTI DICE SOBRE NUESTRAS 'ELITES'
Un elenco de nombres conocidos, desde Stephen Fry a Sting, demandan la liberación de un hombre condenado por ordenar ataques terroristas letales. Yo dudo que alguno de ellos trabajaría jamás nuevamente si él hubiese sido condenado en el Reino Unido y sus víctimas eran británicas.
Por Stephen Pollard
Diciembre 3, 2025

Marwan Barghouti (2º a la derecha) al inicio de su juicio en el Tribunal de Tel Aviv, septiembre 5, 2002 (Image: Getty)
Aquí hay un experimento mental (es más una pregunta, pero “experimento mental” lo hace sonar tanto más importante). Imaginen que hubiera un prisionero cumpliendo tiempo en una prisión británica por cinco cargos de asesinato relativos a su participación en tres ataques terroristas separados en Inglaterra. En un ataque, un monje fue asesinado. En otro fue atacada una estación de servicio. Y en el tercero, tres personas fueron asesinadas en un restorán de mariscos. Estas fueron condenas específicas y claras por las cuales el tribunal deliberó cuidadosamente. De hecho, en su juicio el terrorista fue absuelto de otros 21 cargos de asesinato relativos a 33 ataques más porque la fiscalía no pudo convencere al tribunal de su participación directa.
En sus comentarios durante la sentencia, el juez dijo que el terrorista fue “responsable de proporcionar dinero y armas a las unidades de campo..." y que él estuvo actuando "basado en instrucciones" del líder de su grupo terrorista.
Luego imaginen que después que él cumplió 23 años de su sentencia un grupo de íconos culturales y celebridades firmaran una carta abierta exigiendo su liberación. Los firmantes incluyeron a escritores tales como Margaret Atwood, Sir Philip Pullman, Zadie Smith y Annie Ernaux; a actores como Sir Ian McKellen, Benedict Cumberbatch, Sir Stephen Fry, Tilda Swinton, Josh O’Connor y Mark Ruffalo; a músicos que incluyen a Sting, Paul Simon, Brian Eno y Annie Lennox; y a otros tales como la autora de libros de cocina como Delia Smith, al director Sir Richard Eyre, al artista Ai Weiwei, y al empresario Sir Richard Branson.
Aquí está la pregunta: ¿si estas personas realmente hubiesen firmado una carta demandando la liberación del terrorista ustedes pensarían que habrían perdido todos el jucio? Sugieron que sí, por decirlo suavemente. Habría indignación masiva. Yo dudo que alguno de ellos habría trabajado jamás nuevamente si, por ejemplo, hubiese firmado una carta demandando la liberación de los atacantes del Manchester Arena bombers, Salman y Hashem Abedi. La misma idea es loca.
Pero ellos de hecho firmaron tal carta, acerca de un terrorista exactamente como yo esbocé en el experimento mental de más arriba. Nosotros dabemos, porque el Guardian ha hecho una canción y baile sobre ella. La única diferencia es que Marwan Barghouti, el terrorista en cuestión, fue condenado no aquí en el Reino Unido por esos asesinatos exactos, en esas circunstancias exactas como fueron detalladas más arriba, sino en un tribunal israelí. Y las víctimas eran todas israelíes.
No es que ustedes lo sabrían a partir del informe del Guardian, el cual no hace ni una sola mención al hecho que él es un asesino condenado, describiendo a Barghouti sólo “como el líder palestino encarcelado visto como capaz de unir a las facciones y traer la mejor esperanza a la misión estancada de crear un estado palestino.” Benditos son los pacificadores, especialmente si ellos son también asesinos en masa, aunque mejor no mencionar eso.
Los firmantes son la definición misma de una banda variopinta. Cuando yo les digo a ustedes que uno de los otros en firmar la carta es Gary Lineker, todo cae en su lugar. Algunos, sin embargo, no tienen ninguna historia particular de activismo contra Israel; mi presunción es que son meramente idiotas arrogantes, tan acostumbrados a que se les diga cuan maravillosos son que ellos llegan a creerlo. Ah, tener la confianza en sí misma de Delia Smith, quien parece pensar que su habilidad para enseñar a la gente el mejor método para hervir un huevo significa que Israel necesita la sabiduría de ella sobre su seguridad nacional.
Todos los firmantes tienen, por supuesto, derecho a su opinión. Y nosotros tenemos igualmente derecho a señalar la grotesca moralidad distorsionada de su demanda que debido a que las víctimas de Barghouti eran israelíes, él debería ser tratado como alguna especie de santo en lugar de como un asesino a sangre fría.
Es muy el mismo esquema de pensamiento de los que están buscando que Israel sea expulsada de la Compentencia de Canciones Eurovision del próximo año porque ha osado contraatacar al terror. El voto decisivo tendrá lugar mañana, y la lista de división es enteramente predecible. Las transmisoras alemana y austríaca, que por razones obvias entienden la naturaleza del odio al judío, ambos han dicho que se retirarán de la competencia si Israel es expulsada. Mientras tanto las transmisoras de países que se han comportado largamente como si Israel fuera la encarnación del sucio judío – España, Irlanda, Países Bajos, Eslovania e Islandia – son los que están liderando la carga contra el estado judío.
Mientras tanto la BBC dice que “continuará siendo parte de las discusiones”. Dado su historial como la principal transmisora del odio contra Israel, yo esperaría encontrar que esas discusiones la llevaron a unirse en echar a Der Jude. Si ustedes están mirando a la BBC en busca de columna moral, esperen quedar decepcionados.
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