El Verdadero Proposito de Shabat.
Nuestro mundo nunca se detiene. El progreso se ha convertido en nuestra religión, la productividad en nuestra virtud, y el descanso en un placer culposo.
Pero, ¿y si nuestra obsesión por el movimiento constante nos está haciendo perder algo fundamental sobre la existencia humana?
¿Y si la clave del progreso está en saber cuándo detenerse?
Aquí entra el Shabat.
Nunca en la historia hubo tanta necesidad de este santuario semanal frente a la búsqueda implacable de logros mundanos.
Un día a la semana, la maquinaria del esfuerzo humano se detiene.
Los teléfonos enmudecen.
Las computadoras se cierran.
La creación misma toma un respiro. Observar el Shabat ha transformado mi comprensión de mi lugar en el mundo.
El judaísmo afirma que la vida tiene un destino: el Mundo Venidero. En Pirkei Avot (Ética de los Padres), los sabios rabínicos asi lo describen:
“Este mundo es un pasillo; el próximo mundo es el salón del banquete. Prepárate en el pasillo para poder entrar al banquete”.
Cuando comencé a volverme observante, no entendía la necesidad de un Mundo Venidero. Tras una tormenta de verano en Atlanta, estaba con Rav Karmi Ingber en su patio trasero recogiendo ramas caídas.
Le pregunté:
“Este mundo es maravilloso; tenemos mucho que hacer aquí. Podemos crecer, construir relaciones, ayudar a otros, cumplir mitzvot.
¿Para qué necesitamos un Mundo Venidero?”
Él me respondió:
“Si te dijera que tomaras todas las ramas que recogimos y las volvieras a poner en el césped, ¿cómo te sentirías?”.
Me dio un momento para reflexionar.
'Esa es una vida sin el Mundo Venidero'. Nuestras acciones se sienten significativas porque creemos que nos están llevando a algo más grande. El destino da sentido a todo el viaje.
Su mensaje me llegó.
El destino da sentido a todo el viaje.
Y ese es el propósito del Shabat!
El Talmud dice: “El Shabat es un anticipo del sabor del Mundo Venidero”.
En un mundo sumido en la marcha implacable del progreso y la cacofonía de la vida moderna, el Shabat es un oasis atemporal donde el alma encuentra consuelo y propósito en medio del caos.
En Shabat, tratamos de experimentar la vida como completa y perfecta.
No hay más actos de creatividad, no más trabajo, no más cocinar. Se supone que ni siquiera tenemos que pensar en lo que haremos después del Shabat.
Lo que es, es. Hemos llegado. Todo está completo.
Aquí tienes una práctica para saborear esta perfección cada Shabat.
Cuando se ponga el sol el viernes por la noche, cierra los ojos y respira profundamente.
Deja de lado las tareas no acabadas de la semana, ya que por ahora están completas.
Siente esa sensación de “Ahhhh... Lo logré”.
Entonces abre los ojos a un mundo perfecto tal como es.
Este momento de serenidad del Shabat es tu anticipo del sabor del Mundo Venidero.
Que todos podamos saborear el placer sagrado del Shabat cada semana y merecer experimentar la perfección y el descanso supremos del Mundo Venidero.
¡Shabat Shalom!
La inspiración para este ensayo proviene de las enseñanzas de Rav Akiva Tatz.
Editado de Aish Latino
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