Malham Asaad, un aficionado druso-israelí de 36 años al Maccabi Tel Aviv, salvó a muchas personas en Ámsterdam cuando escuchó a los agresores planear "atacar a cualquiera que hablara hebreo". En un instante de claridad, comenzó a hablar en árabe con los demás asistentes para darles la impresión de que formaban parte de la multitud y no de los objetivos de los agresores. Este acto de valentía pone de manifiesto la solidaridad entre judíos y drusos, una respuesta inesperada ante la discriminación.
Documentación en redes sociales según el artículo 27 A de la Ley de Derechos Creativos
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