viernes, 26 de diciembre de 2025

Israel vende gas natural a Egipto por USD 35.000 millones

 Hace pocos días, Israel aprobó oficialmente el mayor acuerdo de exportación de gas en su historia.Un contrato para suministrar hasta 130.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural a Egipto por valor de aproximadamente 35.000 millones de dólares hasta 2040.

El convenio, firmado entre el Gobierno israelí y las empresas Chevron, NewMed Energy y Ratio Energies, representa un hito comercial y geopolítico en Medio Oriente.

Impulso económico para Israel

Desde el punto de vista económico, la exportación de gas natural se traduce en un ingreso significativo para las arcas del Estado.

Se estima que Israel podría generar cerca de 58.000 millones de shekels (unos 18.000 millones de dólares) en ingresos fiscales, incluyendo impuestos, regalías y gravámenes adicionales, gracias al aumento de las exportaciones de gas.

Esto tiene efectos multiplicadores como el fortalecimiento del sector energético, mayor inversión extranjera y consolidación de proyectos de infraestructura asociados a la producción de gas.

Además, el sector energético se convierte en un pilar clave del crecimiento económico israelí.

La expansión de la producción en campos como Leviathan, uno de los mayores del Mediterráneo con reservas estimadas en unos 600 bcm, requiere inversiones multimillonarias en perforación, instalaciones y nuevos gasoductos.

La entrada de capital y la creación de empleos en estos segmentos pueden dinamizar otras partes de la economía.

Un crecimiento sostenido de las exportaciones también aumenta la estabilidad fiscal a largo plazo, un factor especialmente importante en un contexto global de incertidumbre económica.

En un entorno donde los precios de los hidrocarburos son volátiles, el establecimiento de contratos a largo plazo con países vecinos mitiga ciertos riesgos.

Para Egipto esto es una “salvación energética” 

Para Egipto, el acuerdo con Israel representa una respuesta urgente a una crisis energética interna.

En los últimos años, la producción de gas egipcia ha caído considerablemente, hasta un 15 % en 2024, mientras que la demanda sigue creciendo debido al aumento de la población y la expansión industrial.

Egipto, que antes era exportador de gas, se ha convertido en importador, lo que ha obligado al país a recurrir a la compra de gas natural licuado (LNG) en mercados globales a precios más altos.

En este escenario, el gas israelí, más competitivo que el LNG importado, es una forma de aliviar el déficit energético.

Dinámica regional y estratégica

Más allá de los balances económicos, la venta de gas israelí a Egipto tiene un fuerte componente estratégico.

En teoría, no se trata solo de un contrato comercial: es un vínculo económico directo entre dos países con una historia compleja y un presente complicado, en una relación diplomática delicada desde la firma del tratado de paz de 1979.

Por su parte, Israel pasa a tener una ventaja estratégica, al tener de alguna manera control sobre el flujo de energía hacia Egipto.

La venta de gas marca un antes y un después en la economía energética del Mediterráneo oriental.

Para Israel, el acuerdo trae ingresos fiscales importantes, impulso a su industria y consolidación como actor energético regional. Para Egipto, representa un alivio a corto plazo de sus problemas de escasez energética.

A nivel estratégico, esta relación económica promueve cierta estabilidad y cooperación en una zona geopolíticamente volátil, aunque también introduce nuevos vectores de dependencia y vulnerabilidad que ambos países deberán gestionar con cuidado en los próximos años.

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