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Perasha Sheminí
BS"D
LA TORA ES DEL CIELO!
En esta Perasha vemos que la Tora establece las características que deben poseer los animales para que puedan ser consumidos por lo integrantes del Am Israel: Que tenga la pezuña partida en dos, y que sea rumiante. El animal que posea estas dos particularidades juntas, es apto; el que carezca de solo una de ellas no es apto para consumirse.
Cuando el Am Israel recibió estas encomendaciones, no fueron entregadas solamente las reglas que hacían a los animales aptos y no aptos, sino que también fueron descritos y catalogados, uno por uno, los que se ajustaban a las exigencias. Diez tipos de animales son los que reúnen las dos características juntas (vacas, cabras, ovejas, ciervos, etc.). Fuera de estos, ningún otro animal es comestible. Entre los que no son comestibles, la Tora enumera cuatro clases de animales que solo cuentan con una de las características necesarias (el camello, el conejo, la liebre y el cerdo).
¿Cuál es el objeto de esta tan detallada lista de nombres? ¿Por qué no se limito la Tora únicamente a exponer las reglas? Para que sepamos que no existen en el mundo otras especies de animales permitidos, más que los nombrados. Y fuera de los que figuran en la corta lista de los no permitidos, no hay otros animales que posean ni siquiera una de las características apuntadas.
Ahora reflexionemos: Cuando una persona establece ciertas normas de acuerdo a su voluntad y entendimiento, no puede sino ajustarse a lo que ven sus ojos o a lo que escuchó de los demás. Puede decir, por ejemplo: "Lo animales deberán reunir tales condiciones. Y aquellos que así los encuentren, los tomaran pare sí". Pero jamás se arriesgará a decir: "Sólo éste y éste podrá comerse por satisfacer los requisitos necesarios. No busquen en ninguna parte del mundo porque no encontraran otros. Y únicamente éstos, en todo el reino animal, son los que tienen una sola de las características, por lo que no son aptos para el consumo". Quien así proclame, se arriesgara que, a lo largo de la historia, surja alguien que descubra un animal con una o con las dos características, que no haya sido catalogado, y todos sus postulados se vean carentes de veracidad. Y aun el más sabio, no podrá basarse en su propia sabiduría. Deberá cuidarse de sus palabras, pues el mundo entero no está totalmente descubierto por el ser humano, y no hay nadie que pueda asegurar conocerlo completamente.'
Ya hace más de tres mil doscientos años que, fue entregada la Tora Los científicos no dejaron de investigar en ningún momento, todos los ámbitos y rincones del conocimiento del mundo que nos rodea. El ojo humano llegó a lugares donde jamás había pisado nadie anteriormente, y descubre permanentemente datos insospechados. La lista de seres vivientes se renueva y aumenta día con día. Y sin embargo, nadie descubrió (ni descubrirá) ningún animal con pezuña cortada y rumiante, aparte de los nombrados en la Tora, ni ninguna especie de la fauna que posea una sola de las características, fuera de las cuatro que fueron enumeradas en esta Perasha. Ésta es, según el Midrash, "La prueba fehaciente de que la Tora es del Cielo".
El hombre, desde su advenimiento al mundo, no dejó de estudiar e investigar la naturaleza. Innumerables secretos descubrió; incontables conocimientos adquirió. No obstante, todo lo que el hombre sabe acerca de la naturaleza, es solo una gota en el inmenso mar de insondables datos.La gran mayoría de los cómos y los porqués de la naturaleza, permanecen ocultos al conocimiento humano.
Entonces, ¿existe alguien que pueda asegurar que ya lo sabe todo; que no hay nada que desconozca? No, nadie. El único que puede decirlo, es El Creador del Mundo; el que estableció y distribuyo la naturaleza. Solo Él proclama: "¡Vean! Estos animales que he creado, así son y así viven. Y los que no he creado, ¡no existen...!”
Los científicos que aparecieron a lo largo de toda la historia, tratan .siempre de averiguar qué es lo bueno y que es lo malo; cual es la forma correcta de vivir y cual no; que beneficia y que perjudica. Pero ¿cómo viven ellos mismos y cómo piensan? ¿En qué se basan para establecer sus postulados? ¡Al fin y al cabo, solo pueden calcular hasta un tiempo determinado, y con los datos que aparecen frente a sus ojos! Qué científico puede aseverar: “Yo lo sé. Esto es bueno y esto es malo para siempre”? Ninguno.
Solo HaShem está facultado para establecer los límites entre el bien y el mal, porque solo Él lo sabe todo, y lo sabe para siempre; porque solo Él es Su Hacedor.
Cuando la Torá nos indica: “Esta especie de animales es la que comerás, y ésta no la comerás”, pretende beneficiarnos, alejándonos de un mal que no aparece como tal frente a nuestros ojos. HaShem cuida a Su Pueblo, y lo conduce en el único Camino correcto, porque únicamente Él conoce los secretos de la naturaleza y de la vida, desde su creación hasta la eternidad…
(Extraído de Ish Ubetó – Rabí Eliahu Ki Tov – 203)
“HAMAOR”; Tomo 2; Kolel MAOR ABRAHAM-KÉTER TORÁ; Ediciones HAMAOR-MÉXICO).-
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