FUENTE: National Review- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
por Daniel Pipes
3 de abril de 2012
El 25 de febrero de 1994, Baruch Goldstein, un doctor israeli de origen americano, fue a la mezquita en la Cueva de los Patriarcas en Hebron y asesino a 29 musulmanes con un arma automatica antes de ser superado y el mismo muerto. Esta masacre provoco teorias de conspiracion y alborotos en circulos musulmanes, incluyendo acusaciones que el gobierno de Israel estuvo detras de Goldstein, una acusacion que no desviaron plenamente las energicas denuncias por parte del gobierno israeli.
El 1º de marzo, cuatro dias mas tarde, Rashid Baz, un conductor de librea de New York de origen libanes, disparo dos armas a una van llevando a niños judios jasidicos sobre una rampa llevando al Puente de Brooklyn, matando a Ari Halberstam, 16, un estudiante de yeshiva. Baz fue rapidamente arrestado, condenado, y sentenciado a 141 años de carcel. La prueba circunstancial apunto a un vinculo entre los dos acontecimientos, porque Baz estuvo inmerso en la cobertura de los medios de comunicacion en idioma Arabe del ataque de Goldstein, el asistia al incendiario Centro Islamico de Bay Ridge, y estaba rodeado por musulmanes que condonaban el terrorismo contra los judios. Mas que eso, los amigos indicaron que Baz estaba obsesivamente enojado por el ataque en Hebron y el psiquiatra para su defensa legal, Douglas Anderson, atestiguo que Baz "estaba enfurecido" por ello. "El estaba absolutamente furioso... De no ser por Hebron toda esta tragedia [en New York] no hubiese ocurrido."
Pero la conexion aparentemente obvia entre Goldstein y Baz no pudo ser establecida debido a que Baz dio cuenta por su violencia refiriendose a angustias post-traumaticas de sus experiencias en Libano. Y asi, a pesar de la preponderancia de pruebas, la Oficina Federal de Investigacion (FBI) adopto el propio disimulo de Baz y llamo al asesinato sobre el Puente de Brooklyn un acto de "furia callejera." Solo despues que la madre de Halberstam dedicara años de esfuerzos el FBI en el año 2000 reclasifico el ataque de Baz como terrorismo.
Y asi las cosas descansaron hasta hace unos pocos dias atras, cuando la confesion de Baz en el 2007 finalmente se hizo publica a traves de un articulo en el New York Post. En el, Baz reconocio el impacto de la atrocidad de Goldstein sobre el, admitio haber apuntado especificamente a judios, y confeso seguir a una van de muchachos jasidicos durante dos millas desde la Enfermeria de Ojos y Oidos de Manhattan hasta el puente. Cuando se le pregunto si el hubiese disparado a una van llena de gente negra o latina, el contesto, "No, yo solo les dispare debido a que eran judios."
Esta confesion tardia señala un problema recurrente de politicos, policias y la prensa con el terrorismo islamista: su falta de voluntad para mirarlo a la cara y atribuirle asesinato.
Mas recientemente, esta evasion asomo su desagradable cabeza en el caso de Mohammed Merah en Toulouse, Francia, donde el impulso inmediato del establishment fue asumir que el asesino de tres soldados y cuatro judios no era un musulman. Como mi colega Adam Turner destaca en el Daily Caller, "la especulacion de la elite de funcionarios publicos y medios de comunicacion occidentales acerca del verdadero asesino, antes del descubrimiento de su identidad, se enfoco fuertemente en la creencia que el era un neonazi europeo blanco." Solo cuando el propio Merah se jacto de su crimen ante la policia e incluso envio videos de sus acciones a Al Jazeera las otras teorias finalmente se evaporaron.
Los ejemplos de Baz y Merah se ajustan a un patron mucho mas grande de negar el terrorismo islamista que yo remonto tan lejos como alla por el asesinato en 1990 del Rabino Meir Kahane en la Ciudad de New York por parte de El Sayyid Nosair, un ataque inicialmente atribuido por el jefe de detectives del departamento de policia a "un medicamento recetado para o consistente con la depresion." Desde entonces, una y otra vez, el establishment ha hecho surgir excusas similarmente tontas para el terrorismo islamista, incluyendo "una disputa laboral", o "una relacion (familiar) tormentosa", la droga para el acne Accutane, un "problema de actitud," y "soledad y depresion."
Pero mas preocupante, es la tendencia a atribuir el terror islamista a capacidad mental disminuida. Como destaca Teri Blumenfeld en el actual numero de el Middle East Quarterly, "Los musulmanes que matan en el nombre de su religion evaden frecuentemente el castigo en los tribunales occidentales declarando insania o incompetencia mental." En los tribunales occidentales, de hecho, los abogados de la defensa rutinariamente atribuyen actos de asesinato jihadista a la demencia. Ignorar las raices religiosa e ideologica del terrorismo islamista lleva un precio pesado; no investigar minuciosamente el asesinato de Kahane significo pasar por alto materiales que podrian haber evitado el bombardeo al Centro de Comercio Mundial en 1993; y el arresto de Merah mas temprano hubiera salvado vidas. El Islamismo debe ser enfrentado directamente para protegernos de la violencia futura.
El Sr. Pipes es presidente del Foro de Medio Oriente y miembro visitante distinguido Taube en la Institucion Hoover de la Universidad de Stanford.
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