TRUMP RENOVARA LA CAMPAÑA DE 'MAXIMA PRESION' CONTRA IRAN
Los vínculos con Teherán, el cual buscó asesinar al presidente electo y a otros funcionarios estadounidenses, es probable que sean aun peores esta vez.
Por Warren P. Strobel, Benoit Faucon y Lara Seligman
Noviembre 7, 2024
traducido por Marcela Lubczanski
El Presidente electo Donald Trump planea incrementar drásticamente las sanciones contra Irán y estrangular sus ventas de petróleo como parte de una estrategia agresiva para recortar el apoyo por parte de Teherán a los satélites meso-orientales violentos y su programa nuclear, de acuerdo con gente informada sobre sus planes tempranos.
Trump asumió una visión oscura de Irán durante su primer mandato, abortando un acuerdo de seis naciones con Teherán—conocido como el Plan Integral de Acción Conjunto—que buscó torcer el trabajo en armas nucleares de Irán. El también impuso lo que fue descripto como una estrategia de "presión máxima" en la esperanza que Irán abandonaría las ambiciones de un arma nuclear, dejaría de financiar y entrenar lo que Estados Unidos considera grupos terroristas y mejoraría su historial en derechos humanos.
Pero cuando él asuma el cargo el 20 de enero, es probable que el enfoque de Trump hacia Irán esté coloreado por el conocimiento que sus agentes trataron de asesinarlos a él y a ex altos asistentes en seguridad nacional después que dejó el cargo, dijeron ex funcionarios de Trump. Se cree que Irán está buscando venganza por un ataque estadounidense con dron en el 2020 que mató a Qassem Soleimani, jefe de operaciones militares encubiertas de Irán.
"La gente tiende a tomar eso personalmente," dijo Mick Mulroy, un alto funcionario del Pentágono para el Medio Oriente en el primer mandato de Trump. "Si él va a ser duro respecto a algún país en particular, designado como grandes adversarios, es Irán."
Personas informadas sobre los planes de Trump y en contacto con sus principales asesores dijeron que el nuevo equipo se movería rápidamente para tratar de ahogar los ingresos petroleros de Irán, incluyendo ir tras puertos extranjeros y negociadores que manejan petróleo iraní. Eso recrearía la estrategia que el ex presidente adoptó en su primer mandato, con resultados mixtos.
"Si piensas que vas a ver regresar las sanciones, vas a ver mucho más, tanto diplomáticamente como financieramente, ellos están tratando de aislar a Irán," dijo un ex funcionario de la Casa Blanca. "Pienso que la percepción es que Irán está definitivamente en una posición de debilidad en este momento, y ahora es una oportunidad para explotar esa debilidad."
Los funcionarios familiarizados con el plan de Trump no proporcionaron detalles de cuan precisamente él incrementaría la presión sobre Irán.
Israel en meses recientes ha eliminado a los líderes de los satélites iraníes Hamas en Gaza y Hezbola en Líbano, y dañó mucha de la estructura de mando del grupo. Lanzó ataques dentro de Irán, en represalia por un ataque iraní con misiles contra Israel, que dañó seriamente las capacidades de producción de misiles de Teherán y sus defensas aéreas.
Irán ha prometido responder al ataque israelí del 26 de octubre, pero no está claro si la victoria electoral de Trump esta semana cambiará el cálculo o tiempo de Teherán.
Brian Hook, quien supervisó la política hacia Irán en el Departamento de Estado en el primer mandato de Trump y ahora está a cargo de la transición de Trump para el departamento, dijo el jueves que el presidente electo "no tiene ningún interés" en buscar derrocar a los gobernantes de Irán.
Pero Hook, en una entrevista con CNN, notó que Trump ha prometido "aislar a Irán diplomáticamente y debilitarlos económicamente para que no puedan financiar toda la violencia" perpetrada por Hamas, Hezbola, los hutíes en Yemen y otras fuerzas satélites en Irak y Siria.
Se espera ampliamente que Hook reciba un alto puesto en seguridad nacional en el segundo mandato de Trump. Durante el primer mandato, él defendió la campaña de presión máxima para apretar a Irán. Los defensores dicen que redujo los fondos disponibles para los servicios de seguridad de Teherán. Pero no logró detener las operaciones de Irán a través de sus satélites o su trabajo nuclear.
Las exportaciones petroleras de Irán aumentaron el año pasado en medio de negociaciones calmas para liberar a los estadounidenses detenidos por el régimen, llevando a los republicanos a acusar al gobierno de no aplicar totalmente las sanciones petroleras en curso, lo que la Casa Blanca ha negado.
Trump había vuelto a imponer un embargo total sobre las exportaciones de crudo de Irán en el 2019, y sus envíos colapsaron a 250,000 barriles diarios para principios del 2020—sustancialmente menos que su nivel dos años antes. Pero después que Biden asumió el cargo, ellas alcanzaron un alza de seis años en septiembre de este año.
Una vez de regreso en la Casa Blanca, Trump podría enfrentar el mismo dilema que Biden enfrentó en torcer las ventas petroleras por parte de Irán y otros adversarios tales como Venezuela—el riesgo que los precios del petróleo podrían subir y provocar inflación.
Robert McNally, un ex funcionario de energía de EE.UU., dijo que la administración Trump podría imponer prohibiciones estadounidenses sobre puertos chinos que reciben petróleo iraní y también sanciones tomando como blanco a funcionarios iraquíes que financian a las milicias respaldadas por Irán. Incluso las expectativas de una aplicación agresiva del embargo petrolero serían suficientes para recortar al menos 500,000 barriles diarios en más que nada las adquisiciones chinas de petróleo, dijo él.
"Va a ser presión máxima 2.0," dijo Mc Nally, quien ahora lidera la empresa consultora Rapidan Energy Group con sede en Washington, D.C.
Helima Croft, estratega principal de materias primas en el corredor canadiense RBC Capital Markets, dijo que los asesores principales de Trump han expresado fuerte apoyo a un ataque israelí contra las instalaciones nucleares y de energía de Irán. Otra persona en contacto con el equipo Trump dijo que el nuevo presidente podría estar menos inclinado a oponerse a tal movimiento por parte de Israel.
Biden buscó y recibió garantías israelíes antes de su ataque a Irán el 26 de octubre que no atacaría sitios nucleares o infraestructura energética, lo que Estados Unidos temía aumentaría los precios del petróleo y llevaría a una escalada regional más amplia.
El presidente iraní Masoud Pezeshkian dijo tarde el miércoles que el resultado de la elección de EE.UU. no importaba a su país. "Para nosotros, no importa en lo absoluto quien ha ganado la elección estadounidense, porque nuestro país y sistema depende de su fuerza interna," fue citado diciendo Pezeshkian por la agencia noticiosa estatal IRNA.
Pero los funcionarios iraníes están divididos sobre si la República Islámica puede resistir presión económica agregada. "La situación puede volverse catastrófica para la industria petrolera de Irán," dijo un funcionario petrolero de Irán. El dijo que China ya está comprando el crudo del país con un descuento mientras que Irán está sufriendo por escasez de gas natural—usado para calentar y para la industria—debido a años de subinversión.
Pero un diplomático iraní dijo que Teherán compensaría las restricciones estadounidenses profundizando a sus socios comerciales a través de la Organización de Cooperación de Shanghai enfocada en Asia y otras alianzas. Podría también responder a la presión aumentando su programa nuclear o amenazando las instalaciones petroleras en el Medio Oriente, dijo.
A pesar de la hostilidad mutua, algunos que trabajaron para Trump no descartan un acuerdo diplomático final entre Estados Unidos e Irán en su segundo mandato. A Trump le gusta hacer acuerdos, dijo Mulroy, pero sólo "si es su acuerdo.
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