Quiero compartir con todos ustedes este maravilloso poema “Canto al Fuego Eterno: Menachem Mendel Schneerson”, escrito por una amiga y excelente poetisa inspirada por su reciente visita al Ohel del Rabino de Jabad en Crown Heights.
Que don el tuyo, Reina Benarroch!!
MI POESIA PARA EL REBBE....
“Canto al Fuego Eterno: Menachem Mendel Schneerson
Él fue luz en la sombra,
un faro que surgió del silencio,
un río de sabiduría en el desierto del alma.
Menachem Mendel, guía y viento,
movimiento que arde y renace
en cada rincón del mundo que despierta.
Su voz no era solo palabra,
era fuego, un relámpago en la oscuridad,
una chispa de infinitos amaneceres.
Él no veía límites, sino almas,
caminos por abrir, sueños por alumbrar,
y en cada alma perdida, un tesoro oculto,
una verdad que clamaba por nacer.
Él llamaba a cada persona un universo,
un destello de divinidad en el polvo,
un guerrero, un sanador, una chispa sagrada.
Y en su mirar profundo como el tiempo,
nos invitaba a reconstruir el mundo,
a tejer un puente de bondad
entre lo mortal y lo eterno.
No había muro que no creyera en derribar,
ni sombra que su luz no pudiera alcanzar.
“Cada acto de bondad,” decía,
“es una vela encendida en la oscuridad,
una promesa al alma, una danza al Creador.”
Así, su palabra resonaba como trueno
y su paso dejaba huellas de esperanza.
Su movimiento no fue solo una marcha,
fue un océano de almas encendidas,
una fuerza que aún hoy danza,
como un río impetuoso hacia la redención.
El Rebe vio un mundo iluminado
donde la unidad vence al olvido,
donde cada acto es un grito de amor
que abre el cielo y acorta distancias.
Así fue Menachem Mendel,
una llama viva, una antorcha divina,
y cada alma que toca, cada corazón que despierta,
es parte de su fuego,
una chispa en el gran coro del mundo
que clama por redención,
que arde con su llama,
que vive en su nombre”.
Reina Benarroch Garzon
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