EL PEQUEÑO LORO DEL PARQUE JAPONÉS
En 1949 habiendo terminado la escuela secundaria en la ciudad de Santa Fe, me vine a estudiar a Buenos Aires, dónde cursé la Facultad de Ciencias Económicas. Pasé tiempos difíciles. Estaba solo, con 19 años, sin amigos y viviendo en una pieza, que alquilé en un conventillo. Como consecuencia de no tener amigos, porque recién había llegado a esta ciudad,un sábado por la noche, me fuí al Parque Japones, un lugar para divertirse. Había muchos juegos, entretenimientos y también sorteos. Por mi parte, me llamó la atención un señor con un pequeño loro, que cobrando unos centavos, el animalito sacaba un papelito enrrolado de una caja con su pico, a quién pagaba el importe. Me llamó la atención esta oferta, y previo abono, le pedí al dueño del pequeño loro que me saque un rollito.
Es de no creer, pero en ese papel estaba escrito mi porvenir, tal cual como me sucedió. Decía que conocería una chica morocha, estudiante, una muy buena persona. Me iba a enamorar de ella, nos casaríamos y tendríamos tres hijos. INCREÍBLE, ASÍ FUE MI VIDA. Nunca pude lograr saber como tenía tanta información anticipadamente. ME MARCÓ MI DESTINO.
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