TAQIYA: LOS BARBAROS ESTAN DENTRO DE LAS PUERTAS Y NO HAY PUERTAS
Mi temor más grande es que la taqiya, el arte islámico del disimulo, haya hecho progreso increíble y escalofriante en el Occidente. Una mirada a quien está llevando a cabo los ataques terroristas en el Occidente.
Por Giulio Meotti
Diciembre 2, 2025
Protesta contra la islamofobia/Phyllis CheslerRahmanullah Lakanwal dejó su casa en Bellingham, Washington, sobre la Costa Oeste de Estados Unidos, dejando atrás a su esposa y cinco hijos, y manejó a través de Estados Unidos hacia New York, donde él emboscó a un grupo de soldados de la Guardia Nacional, matando a uno e hiriendo a otro.
Nacido en Kabul en 1996, Lakanwal obtuvo su ingreso a Estados Unidos trabajando durante diez años con varias agencias gubernamentales estadounidenses activas en Afganistán durante la ocupación estadounidense, incluida la CIA, como fue confirmado por el director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), John Ratcliffe.
Pocos de sus conciudadanos podrían haber estado más calificados para obtener la entrada a Estados Unidos. Lakanwal según se informa trabajó con los estadounidenses durante diez años, supuestamente mientras servía en el ejército afgano. El trabajó, en particular, para la CIA en Kandahar, uniéndose a la Unidades Cero, equipos que llevaban a cabo operaciones contraterroristas, y colaborando en la drástica retirada de las fuerzas occidentales de Afganistán en los días finales de agosto del 2021.
Una historia reminiscente de la del atacante suicida responsable por el peor ataque contra la CIA. Abu-Mulal Al Balawi llevó a cabo una masacre en la base de la CIA en Khost, Afganistán. Antes de eso, él se había ganado un nombre como doctor en campamentos de refugiados de la ONU en Jordania.
¿Y quién recuerda a Emad Al Swealmeen, el atacante con bomba de Liverpool?
“Enzo Almeni”, como lo llamaban sus amigos, era un solicitante de asilo con padre sirio y madre iraquí que había cambiado su nombre para parecer "más occidental" y se había convertido falsamente a la Cristiandad para ocultar su identidad y motivos.
Entonces mi mayor temor es que la taqiya, el arte islámico del disimulo, haya hecho progreso increíble y escalofriante en el Occidente.
Mickaël Harpon, el perpetrador de la masacre en la Prefectura de París que cuesta las vidas de cuatro oficiales de policía, era un oficial de policía asignado a contraterrorismo en uno de los lugares más seguros en Francia. El experto en computadoras había sido contratado por un departamento cuya prioridad era la lucha contra el terrorismo, particularmente el islamismo radical. Harpon se había convertido secretamente al Islam.
El Mayor Nidal Hasan del ejército estadounidense, gritando “Alau Akbar”, asesinó a 13 colegas en Fort Hood, Texas. ¿Quién sospechaba de él?
Uno de los terroristas que planeaban llevar a cabo una masacre en el concierto de Taylor Swift en Viena trabajaba para una empresa que proporcionaba servicios a conciertos.
Oficiales de policía han sido arrestados en Inglaterra por apoyar a Hamas.
Jean-Baptiste Salvaing, subcomandante de la policía judicial francesa, y su pareja, Jessica Schneider, una secretaria en una estación de policía, fueron asesinados en su casa en Magnanville por un islamista. Algún tiempo más tarde la policía que investigaba a una mujer por presuntos vínculos con el ISIS hizo un descubrimiento escalofriante: la mujer tenía un USB conteniendo los detalles personales de miles de oficiales de policía franceses.
La pérdida del control fronterizo es seguida por la pérdida del control interno.
Giulio Meotti es un periodista italiano de Il Foglio.
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