domingo, 7 de diciembre de 2025

De Future of Jewish

 LOS ANTIGUOS PROFETAS JUDIOS PREDIJERON LOS DESAFIOS DE NUESTRO TIEMPO.

Las mismas personas que ocultaron estos rollos, cuyos descendientes se desperdigaron a lo largo del mundo, ahora los guardan en su patria. La historia completa su círculo.

Noviembre 08, 2025

New Radiocarbon Ages of Dead Sea Scrolls? Part 2 - Reasons to Believe
Los rollos del Mar Muerto exhibidos en el Museo de Israel en Jerusalén


Una piedra irregular rebotó a través de la tierra reseca por el sol dentro de la entrada sombreada de una cueva. Golpeó la cerámica frágil con un estrépito seco y resonante. Los fragmentos se dispersaron como susurros en el aire seco. Ese eco inquietante resonó a través de los anales de la historia.
En febrero de 1947, un joven pastor beduino llamado Muhammad edh-Dhib persiguió a una cabra perdida junto a los acantilados abrasados por el sol de Qumran, cerca del Mar Muerto. Lo que él descubrió ese día cambió nuestra comprensión de la fe para siempre. Cerca de 900 manuscritos antiguos, ocultos durante dos milenios, salieron repentinamente a la luz de nuestro mundo moderno. Entre ellos hay fragmentos de un texto que une tres religiones: Judaísmo, Cristiandad, e Islam.
En la quietud de mi estudio, rodeado por estantes de textos judíos susurrando historias de resiliencia, encontré primero el Libro de 1 Enoc. No como la nota al pie de página de un erudito. No como alguna reliquia polvorienta. Sino como un llamado vibrante que resuena a través de milenios. Sus descripciones de las almas humanas como portadoras de propósito divino me conmovieron profundamente. Sus advertencias contra la decadencia moral resuenan con todo lo que enfrentamos hoy: un mundo saturado en el mal, ética tecnológica y agitación societaria.
A medida que nos aproximamos al 80º aniversario en febrero del 2027, estos rollos se erigen como algo más que artefactos. Ellos sirven como un llamado viviente. El Libro de 1 Enoc, en particular, habla de la justicia divina, de la fragilidad humana, y de la esperanza cósmica. En una era de división, los rollos nos recuerdan los orígenes compartidos. Los judíos encuentran resiliencia en su legado del Segundo Templo. Los cristianos ven ecos de los temas apocalípticos del Nuevo Testamento. Los musulmanes reconocen paralelos con su profeta Idris, a menudo vinculado con Enoc en la tradición islámica.
Juntos, ellos invitan a toda la “Gente del Libro” a explorar cuestiones que trascienden el tiempo. ¿Por qué existe el mal? ¿Cómo buscamos justicia? ¿Cuál es nuestro rol en el plan de Dios? Yo me baso en investigaciones recientes para rastrear la historia de Enoc. Prueba la relevancia de los rollos no como reliquias, sino como guías para hoy. Porque estas palabras antiguas nunca debieron acumular polvo. Debieron encender nuestras almas.

Enoc aparece brevemente en la Torah, pero su sombra es imponente. Génesis 5:24 dice simplemente: “Enoc caminó con DIos; entonces desapareció, porque Dios lo llevó.” No muerte. Sólo ascensión. Esta figura enigmática, la séptima desde Adam, encarna la piedad y el misterio. En la tradición judía, él simboliza el humano ideal, cercano a lo divino y no manchado por la maldición de la mortalidad. El Libro de 1 Enoc expande este susurro en un rugido.
Compuesto entre los siglos III y I A.C., 1 Enoc presenta una colección de visiones apocalípticas que se le atribuyen. En su corazón se encuentra la rebelión de los Vigilantes. Estos seres angelicales, atareados con supervisar a la humanidad, observan a las mujeres terrenales y la lujuria supera al deber. Doscientos descienden, liderados por Shemihazah y Azazel. Ellos se casan con mortales y dan luz a los Nefilim, híbridos gigantes del caos y la violencia.
Los Vigilanes enseñan artes prohibidas: metalurgia para armas, cosméticos para seducción, brujería para control. La creación cae en la corrupción a medida que los gigantes devoran todo. Cosechas, animales, incluso pn ersonas. La Tierra clama, y Dios responde con juicio. Los arcángeles atan a los rebeldes. Azazel es arrojado dentro de un pozo en el desierto, cubierto de oscuridad para siempre. Una inundación limpia el mundo, salvando a Noé.
Esta narrativa aborda la teodicea, el problema del mal. ¿Por qué sufrimos?
Enoc lo atribuye a la transgresión cósmica, no sólo al pecado humano. Esto ofrece consuelo en medio de la opresión, da significado al sufrimiento, y promete justicia. Para los credos abrahámicos, la relevancia de Enoc perdura. En el Judaísmo, él inspira el misticismo cabalístico, transformándose en Metatrón, escriba celestial. Los cristianos lo citan en Judas 1:14–15, viendo las profecías del juicio. En el Islam, el Corán menciona a Idris como un profeta paciente, exaltado, identificado ampliamente como Enoc por los eruditos, encarnando sabiduría y elevación.
Sus visiones advierten contra la arrogancia e instan a la fidelidad a través de las religiones. En un mundo de decadencia moral, Enoc plantea una pregunta atemporal: ¿Estamos repitiendo la caída de los Vigilantes? Vemos estas historias no como un mito, sino como reflejos de luchas ancestrales que reflejan las nuestras.
¿El conocimiento prohibido de los Vigilantes? Observen los riesgos de la IA, la ingeniería genética, el sesgo de datos. La tecnología sin sabiduría. El poder sin restricción. Los mismos patrones repitiéndose a lo largo del tiempo.

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