ENTENDIENDO PARA QUE ESTAMOS, EN CUATRO PALABRAS
Hay más trabajo por hacer. Los aborrecedores todavía odian. Pero, gracias al Sionismo, nosotros ganamos — y seguiremos ganando, mientras enseñamos al Occidente sobre defensa propia, autosuficiencia, y respeto por uno mismo.
Por Gil Troy
Noviembre 25, 2025

Los estadounidenses son tradicionalmente egocéntricos, están enfocados en sus vidas, y en el mejor de los casos, en la política local. Ese es el motivo por el cual es asombroso ver cuanta cobertura, furia y foco, ha habido durante dos años respecto a Israel en Gaza.
No es casual. No es coincidencia. Las redes manipuladoras y bien financiadas han cultivado esta obsesión con Israel y la idealización de los palestinos. Ahora, los idiotas útiles en los medios de comunicación, mundo académico, ciertos círculos políticos e incluso partes de la comunidad judía, la avivan, mientras es magnificada sin sentido online.
Estados Unidos parece lleno de guerreros de computadoras portátiles que nunca dispararon un arma y no pueden distinguir amigo de enemigo, haciendo de forma arrogante llamados militares de larga distancia acerca de la estrategia de las FDI. Mientras tanto, moralistas de sillón, repentinamente orientados a la política exterior, arrojan rayos de condena a Israel, habiendo ignorado el comportamiento de su propio país en Irak y Afganistán.
En medio de este aluvión, demasiados judíos se han vuelto extremadamente apologéticos acerca de Israel. Demasiados juzgan duramente al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Ellos olvidan. A pesar de muchas fallas, él liberó a 168 rehenes y venció a múltiples enemigos en meramente dos años.
Lo entiendo. La manía de los medios de comunicación nos aprisiona en la maleza, atascados discutiendo sobre Bibi, sus aliados más reprochables y el último juego mental de Hamas. Pero nunca se olviden: La masacre del 7 de octubre del Hamas financiado por Irán impuso esta guerra existencial por la supervivencia sobre Israel. Finalmente, esta es una guerra continua contra el antisionismo, el antisemitismo y el odio al judío — y por el Sionismo.
El 7 de octubre marca el último y más sangriento capítulo en la guerra de décadas de los exterminacionistas palestinos contra el Sionismo. Léan sus estatutos, discursos y sermones. Ellos han encuadrado su “lucha” como una lucha a todo o nada, de vida o muerte para eliminar a la "entidad sionista." Ellos son los que rechazaron repetidamente el compromiso desde la década de 1940, y siguen improvisando varias formas de asesinar judíos, desde las masacres olímpicas hasta cometas voladoras y a masas merodeadoras. Ellos son los que enseñaron a los "progresistas" errados a malinterpretar al Sionismo como “colonialismo de asentamientos,” a nombrar a Israel como el opresor perenne, y a hacer de "Sio" la palabra más maldita. ¿Pero los israelíes son el obstáculo para la paz?
De forma indignante, los extremistas palestinos de todo el mundo infundieron su antisionismo con el antisemitismo anticuado, aprovechado el reservorio envenenado de imágenes anti-judías. Ellos aúllan “itbaj al-yahud,” masacren al judío, mientras asesinan israelíes, y castigan a "los judíos" atacando sinagogas mundialmente, no sólo bases del ejército israelí.
Ellos han convertido el odio al judío en una obsesión constante, integral, distorsionadora y espeluznante. Cuando Zohran Mamdani, quien se mantuvo doblando la apuesta en su antisionismo durante su campaña, dijo hace años, "Hemos dejado en claro que cuando la bota del Departamento de Policía de New York está sobre tu cuello, ha sido atada por las FDI...," él mostró como esa fijación lo define. Mientras malignizaba a los oficiales de policía de New York, Mamdani hizo el movimiento clásico de los antisemitas, culpar a los judíos por todo problema. Los antisemitas medievales se obsesionaban por el judío individual; hoy, los antisemitas Mamdani, epa, quise decir los antisemitas modernos, se obsesionan con Israel, el estado judío, como alimentando todos los males.
Los antisionistas elegantes, empalagosos, defensores de los derechos humanos, defensores de la política progresista como Mamdani son antisemitas clásicos. Ellos ponen a los judíos a la defensiva. En cierta forma, los judíos se sienten obligados a demostrar que los antisionistas son antisemitas, aunque la carga de la prueba de demostrar que NO son intolerantes, debería estar sobre los antisionistas. Escupiendo veneno, escupiendo teorías de conspiración, incitando a los matones, ellos insisten en que nunca dañarían a una mosca. Ese es el motivo por el que yo distingo en mi último libro digital, "La Guía Esencial al Sionismo, Antisionismo, Antisemitismo y Odio al Judío," entre los teóricos antisemitas — y los verdaderos aborrecedores de judíos.
Incitados por antisemitas encantadores, y disimulados, los aborrecedores de judíos carecen de delicadeza. Ellos sólo amenazan a los judíos, atacando a los judíos que están comiendo sushi en Beverly Grove, tirando bombas incendiarias a la Congregación Beth Tikvah de Montreal, dibujando esvásticas en la Yeshivá Magen David de Brooklyn, celebrando el 7 de octubre en Sydney gritando “Gaseen a los judíos.”
Esto promueve la estrategia palestina. Incapaces de derrotar militarmente a Israel, ellos quieren robar Israel, a los judíos y partidarios de Israel, nuestra alegría — y legitimidad. Así como los terroristas palestinas escogieron objetivos civiles "blandos" en la década de 1970, los propagandistas palestinos atacan a los públicos crédulos hoy. Su ciclón de santurronería con cobertura desproporcionada y acusaciones atroces, agitando nubes negras de palabras de genocidio... hambruna... ocupación... colonialismo de asentamientos... opresión, pone a Israel eternamente en el la agenda — y a sus partidarios en una postura defensiva. Estos días, demasiado discurso pro-Israel llega desde la escuela del discurso "No, no somos golpeadores de esposas."
Aquí es donde entra el Sionismo – en verdad, salva el día. El Sionismo devuelve esta conversación a ningún lado. Trasciende la actitud defensiva, refutando las acusaciones con hechos, no palabras; con alegría, no con angustia; con victorias, no derrotismo. La plataforma de identidad del Sionismo une a los judíos en todo el mundo. Acentuando lo eterno – identidad, historia, comunidad, continuidad, supervivencia – disminuye el énfasis excesivo y auto-saboteador de los judíos en la política pasajera de este momento.
El Sionismo saca a Israel de su libertad condicional, celebrando el compromiso histórico de los judíos entre sí, con nuestro pueblo, estado y tierra — nuestra suerte entrelazada. Repudia a los que nunca abandonarían Estados Unidos sin importar quién es presidente, pero sólo apoyan a Israel dependiendo del buen comportamiento y líderes que ellos estiman aceptables.
El Sionismo, el cual durante mucho tiempo ha sido contra-cultural, es doblemente transgresor hoy. El Sionismo rechaza la hiperpolitización de la conversación sobre Israel. Desafía a los judíos – especialmente a demasiados rabinos – a construir diálogos, orgullo, visión, solidaridad, alrededor de los fundamentos eternos del Judaísmo, no de las controversias de hoy o de sus frustraciones con Israel. Y este Sionismo identitario arraiga a los judíos en una realidad centrífuga que gira alrededor de nuestra tradición, nuestra tierra, nuestro pueblo, nuestro estado. Ese superpoder resiste la fuerza centrípeta de la cutura occidental moderna, que hace girar a todos hacia afinidades cada vez más individualistas y fragmentadas, debilitando así nuestras lealtades con los otros, con el colectivo.
Más allá de estas abstracciones, el Sionismo tiene tres pruebas ejemplares de que funciona y sigue siendo convincente. Primero, el pueblo judío. Consideren cuanto más fuerte, más orgulloso, más libre es cada judío gracias al Sionismo. El Sionismo ayudó a liberar a los judíos de la opresión en tierras musulmanas, Etiopía, la Unión Soviética, mientras da a los judíos en todas partes un impulso adicional en sus pasos. Segundo, Israel. Observen lo que ha logrado el estado en 77 años, sus muchas contribuciones a la humanidad, al pueblo judío, y a sus ciudadanos. Finalmente, recuerden dónde estábamos el 7 de octubre, cómo los jóvenes israelíes derrotaron al enemigo en múltiples frentes y cómo muchos judíos y no judíos se concentraron para apoyar a Israel, y contrarrestar al antisionismo antisemita palestino en todo el mundo.
Desde Simjat Torah, siempre que hablo, termino invitando al público a ponerse de pie. Yo brindo por un héroe israelí caído desde el 7 de octubre, diciendo el rezo sobre el vino. Luego, lidero a todos en decir "la oración shehejeianu," agradeciendo a Dios por sostenernos y traernos hasta este día.
Hay más trabajo por hacer. Los aborrecedores todavía odian. Pero, gracias al Sionismo, nosotros ganamos — y seguiremos ganando, mientras enseñamos al Occidente sobre defensa propia, autosuficiencia y respeto por uno mismo.
Gil Troy es un historiador presidencial estadounidense y activista sionista nacido en Queens, que vive en Jerusalén. El año pasado él publicó "Para Resistir la Intifada Académica: Cartas a Mis Estudiantes Sobre Defender el Sueño Sionista” y “La Guía Esencial al 7 de Octubre y Sus Consecuencias.” Su último libro digital, “La Guía Esencial al Sionismo, Antisionismo y Odio al Judío" acaba de ser publicado y puede ser descargado en el sitio web del JPPI- Jewish People Policy Institute
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.