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 ESTADOS UNIDOS AUMENTA SU POTENCIA DE FUEGO EN EL CARIBE MIENTRAS TRUMP AUMENTA SUS AMENAZAS

El líder estadounidense ahora tiene una serie de opciones para Maduro de Venezuela, incluidos ataques terrestres y guerra electrónica.

Por Shelby Holliday y Costas Paris

Diciembre 12, 2025

Aviones de la Armada de EE.UU. fotografiados el viernes en una base naval en Puerto Rico. Ricardo Arduengo/Reuters

El ejército de EE.UU. está moviendo más armas y unidades hacia el Caribe que dan al Presidente Trump poderosas nuevas opciones para escalar su campaña de presión sobre el líder venezolano Nicolás Maduro y derribarlo potencialmente.

Tras semanas de ataques letales a embarcaciones y la incautación de un barco petrolero, el Pentágono está enviando activos que podrían facilitar ataques terrestres, incapacitar las defensas de Venezuela y ejecutar un embargo petrolero—presentando una amenaza directa no sólo para Maduro sino para sus aliados regionales, como Cuba.

Aviones de combate furtivos F-35A, aviones de guerra electrónica EA-18G Growler, helicópteros de rescate HH-60W y aviones de rescate HC-130J están siendo colocados en Puerto Rico, de acuerdo con fotos y datos de rastreo de vuelo. Aviones cisterna que pueden reabastecer a bombarderos y cazas en medio del aire han sido movidos a la República Dominicana en los últimos días. Tal aviación podría desempeñar un rol crucial en cualquier potencial ataque en tierra, dicen los analistas.

Los despliegues se suman al monto significativo del poder de combate que Estados Unidos ya ha corrido a la región en los meses recientes, incluidos 11 buques de guerra, drones MQ-9 Reaper, aviones caza F-35B y aviones espía P-8 Poseidon, entre otro armamento. La llegada del USS Gerald R. Ford el mes pasado trajo docenas de aviones dentro de la región que podrían también ser usados en ataques aéreos. Algunos de los últimos movimientos de aviones fueron informados por la Zona de Guerra. Watch

Trump ha amenazado con aumentar la apuesta atacando objetivos en tierra tras meses de bombardear presuntas embarcaciones de contrabando de drogas fuera de la costa de Venezuela y más allá. La administración también incautó un buque petrolero lleno de crudo venezolano anteriormente esta semana, abriendo un nuevo frente en la campaña de presión de la Casa Blanca.

Trump también ha dicho que ha autorizado operativos encubiertos de la CIA en Venezuela.

“Hemos estado observando los esfuerzos por intimidarnos,” dijo el ministro de defensa venezolano Vladimir Padrino en un discurso el viernes, refiriéndose a aviones estadounidenses cerca de territorio venezolano. “Pedimos humildemente, no se equivoquen. Estamos listos para defender este país. Ustedes no van a intimidarnos."

Los analistas militares dicen que el movimiento reciente de equipo señalan más la intención de la administración de llevar a cabo operaciones de combate. La acumulación también significa que Estados Unidos tiene los recursos en el lugar para incautar más buques cisterna si Trump eligiera hacerlo.

“Creo que lo que es importante acerca de las fuerzas y capacidades que se están moviendo dentro del escenario es que están optimizadas para conducir ataques de precisión y furtivos que pueden minimizar el daño colateral,” dijo Heather Penney, ex piloto de combate y directora de estudios e investigación en el Mitchell Institute for Aerospace Studies, una think tank de espacio aéreo. “Todos ellos juntos trabajan en concierto para abrir el espacio de batalla y conducir ataques de precisión con riesgo mínimo para las fuerzas estadounidenses. Y, por supuesto, tienes un equipo de búsqueda y rescate allí por las dudas."

Los analistas y ex funcionarios de gobierno regionales han advertido que la acción militar estadounidense en Venezuela podría escalar en una crisis más generalizada a lo largo de Latinoamérica. Cuba, la cual sufre de una economía frágil y serios cortes de energía, depende de Venezuela para el petróleo. Cualquier conflicto podría también derramarse rápidamente a través de las fronteras porosas con Colombia, donde los grupos armados controlan mucha de la frontera.

“Esto podría ser devastador, no sólo para Venezuela, sino también para la región,” dijo Francesca Emanuele, asociada principal en política internacional en el Center for Economic and Policy Research en Washington. “Estas acciones casi con seguridad llevarían a una guerra civil o a un conflicto prolongado y devastador."

El siguiente paso en la campaña estadounidense contra Maduro puede no ser combate real, sino aplicar un embargo petrolero sobre Venezuela—ya sea uno físico o uno de facto, si los buques abandonan el país, dijo Evanan Romero, un consultor en energía radicado en Houston y ex viceministro de petróleo venezolano.

Estados Unidos ha sancionado al petróleo crudo venezolano, dando a la administración Trump una base para ejecutar más estrictamente esas medidas. Sólo Chevron exporta legalmente el petróleo venezolano, pero una vasta flota de buques cisterna todavía lo traslada, usando banderas falsas y propiedad opaca para escudar sus operaciones.

“Te libras del petróleo, estamos hablando del colapso final,” dijo Romero, quien está asesorando a la líder opositora María Corina Machado en un plan de recuperación del sector petrolero.

Dentro de Venezuela, los funcionarios portuarios dijeron que las autoridades locales les habían advertido que son probables ataques estadounidenses. Un funcionario en el aeropuerto de Venezuela en Valencia, dijo que armas anti-aéreas han sido desplegadas cerca de la pista y edificios de almacenamiento. El dijo que más del 80% de los vuelos han sido cancelados durante las últimas dos semanas.

Los funcionarios portuarios dijeron que el tráfico de naves está casi en un punto muerto. El viernes al menos una docena de barcos de contenedores y cisternas revirtieron el rumbo mientras se estaban aproximando al muelle.

Trump no ha descartado una invasión terrestre, pero los expertos militares dijeron que incluso un gran número de fuerzas en el Caribe no llega a lo que sería necesario para conquistar un país tan grande como Venezuela. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo el jueves que "la guerra prolongada definitivamente no es algo en que este presidente esté interesado."

Los ataques selectivos contra objetivos en tierra son mucho más probables. Tal operación probablemente empezaría con operaciones cibernéticas e inhabilitación satelital para incapacitar la capacidad del ejército venezolano de usar sus sistemas de defensa aérea rusos relativamente sofisticados. Estos esfuerzos ya pueden estar en marcha para ayudar a preparar el campo de batalla, dijeron los analistas.

El Comando Sureño, que supervisa a las tropas estadounidenses en la región, se negó a comentar sobre el movimiento de equipo. Los analistas dicen que tendría sentido estacionar sistemas de guerra electrónica tan cerca del campo de batalla como fuera posible. Ese equipo, que podría ser operado incluso más cerca de Venezuela por barco, podría potencialmente arruinar los enlaces ascendentes y descendentes de los satélites para cortar el acceso a las comunicaciones y sistemas de navegación para Venezuela.

Siguiendo a los esfuerzos de guerra electrónica, EE.UU. podría enviar en una primera oleada de cazas furtivos F-35 para destruir las defensas de Venezuela, sus plantas de mando y control e infraestructura de electricidad, dicen los analistas. Aviones cisterna, como los posicionados recientemente en la República Dominicana, serían necesarios para reabastecer de combustible a los aviones mientras vuelan hacia Venezuela y de regreso. Los misiles Tomahawk disparados desde buques de guerra en el Caribe podrían también ser utilizados en tal ataque.

El oleadas siguientes, Estados Unidos probablemente enviaría "paquetes de ataque" de aviones y otras municiones para atacar blancos en tierra. Los aviones de guerra electrónica Growler que pueden incapacitar las defensas enemigas desempeñarían un rol crucial, con otros aviones de combate y aviones bombarderos volando junto a ellos dependiendo de la misión.

Un camino diplomático se ha estado desarrollando en paralelo con la campaña de presión militar estadounidense. El mes pasado, Trump tuvo una llamada telefónica con Maduro en la cual discutieron la amnistía general para él, su familia y sus asistentes de alto rango, muchos de quienes enfrentan sanciones estadounidenses o acusaciones penales, dijeron personas al tanto del tema.

Trump advirtió a Maduro que si no abandonaba Venezuela voluntariamente, Estados Unidos consideraría otras opciones que incluyen el uso de la fuerza, de acuerdo con personas familiarizadas con la discusión.

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