martes, 16 de diciembre de 2025

del WSJ

 'NOSOTROS FUIMOS BLANCOS FACILES': COMO SE DESARROLLO EL CAOS EN BONDI BEACH

La gente se ocultó bajo los mostradores y protegió a sus hijos mientras hombres armados atacaban las celebraciones de Januca en Australia.
People fleeing Bondi Beach after gunmen opened fire.
Los asistentes a la playa huyeron después que los hombres armados abrieron fuego el domingo, en una imagen de un video. Mike Ortiz/UGC/Agence France-Presse/Getty Images
Por Mike Cherney, Rhiannon Hoyle, y Stuart Condie
Diciembre 15, 2025 
SYDNEY—La esposa y dos hijas pequeñas de Arsen Ostrovsky se estaban preparando para encender las velas de Januca en la escénica Bondi Beach de Sydney el domingo a la tarde cuando Ostrovsky se alejó para conseguir algo de comida de un puesto cercano.

Luego, alrededor de las 6:40 p.m., sonaron disparos.

Ostrovsky inmediatamente se dió vuelta para correr hacia su familia. Pero, “había tal caos,” dijo él, con cuerpos cayendo por todas partes bajo una lluvia de balas. El fue impactado y cayó también.

Herido, Ostrovsky trató desesperadamente de llamar a su esposa para controlar que ella y sus dos hijas, de 4 y 8 años de edad, estuvieran bien, pero no pudo pasar. Durante los siguientes 15 minutos, él estuvo inseguro de sus suertes.

La carnicería que se desplegó en uno de los lugares más icónicos de Sydney fue diferente de cualquier cosa que el país haya visto en décadas. Un hombre local, identificado por las autoridades como Ahmed el Ahmed, ayudó a ponerle fin cuando corrió hacia uno de los dos atacantes y le quitó el arma al hombre.

La policía finalmente disparó y mató a un tirador. El otro sospechoso resultó herido y fue llevado al hospital bajo guardia policial. Los funcionarios no han nombrado a los sospechosos.

La violencia asombró a un país que tiene regulaciones de armas de fuego estrictas y tuvo bajos crímenes con armas en las décadas recientes.
Arsen Ostrovsky, covered in blood, lying on the ground after being shot.
Arsen Ostrovsky se tomó una foto y la envió a su esposa, junto con un mensaje diciendo que la amaba.
Para los judíos australianos, fue la confirmación de lo que muchos creen ha sido una oleada creciente de antisemitismo desde que comenzó la guerra más reciente entre Israel y Hamas, incluido un ataque con bomba incendiaria en el 2024 contra una sinagoga en Melbourne.

El Primer Ministro Anthony Albanese dijo que estaba claro que los hombres armados estaban tomando como blanco el evento judío como un acto de antisemitismo, y que fue impulsado por ideología que es una "perversión extrema del Islam.” Entre los asesinados había un sobreviviente del Holocausto que asistió con  sus hijos y varios miembros prominentes de la comunidad judía local, de acuerdo con la organización judía Jabad. Alrededor de 27 víctimas permanecían en hospitales el lunes, de acuerdo con las autoridades.

El derramamiento de sangre ha renovado los llamados al gobierno de Australia para que haga más por combatir el antisemitismo y provocó un nuevo impulso de los legisladores en busca de normas de armas más ajustadas.

“El país ha cambiado muy significativamente en los últimos dos años,” dijo Robert Goot, vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la Judería Australiana. "Uno esperaría que puede revertir a lo que una vez fue."

Se suponía que el domingo fuera un día de celebración. Bondi Beach estaba rebosando de turistas, mercados de artesanías y asistentes a la playa en un cálido día de verano australiano. El festival de Januca, que promocionaba donas gratis, pintura facial y equipos de menorás para llevar, estaba en pleno apogeo, con más de 1,000 personas en la asistencia.

Kobi Farkash, un turista israelí, dijo que estaba esperando el encendido de la menorá para la primera noche de Januca cuando escuchó un sonido que pensaba eran fuegos artificiales.

La gente empezó a correr. Farkash vio a alguien en el suelo con sangre. Dándose cuenta que era un ataque, él salió corriendo también. Mientras corría, dijo que escuchó unos 40 disparos durante el siguiente par de minutos, hasta que estuvo muy lejos como para seguir escuchando.

“Es muy triste saber que [el antisemitismo] está en todo el mundo,” dijo él. “Yo ni siquiera imaginaba que esto pueda llegar a Sydney.”
A man wearing a yarmulke cries while embracing another person during a vigil.Miembros de la comunidad judía lloraron a las víctimas. Saeed Khan/Agence France-Presse/Getty Images
Jewish community members attend a vigil at the Chabad of Bondi in Sydney.Rezos especiales fueron llevados a cabo en Sydney. Saeed Khan/Agence France-Presse/Getty Images
Imágenes desde la escena mostraban a los dos hombres armados disparando desde un puente peatonal cerca de la playa.

Mientras la gente se desperdigaba, guardavidas de dos clubes de playa cercanos—incluidos algunos que estaban asistiendo a una fiesta de Navidad—corrieron hacia la zona, dijo Steve Pearce, el ejecutivo principal de Surf Life Saving NSW. Ellos evacuaron a los niños del patio de juego y empezaron a llevar a cabo primeros auxilios a las víctimas, aun cuando el tiroteo estaba en curso, dijo Pearce.

En una etapa, los guardavidas llevaron a cuatro víctimas de los disparos dentro de uno de los clubes. Algunas personas murieron en los brazos de los guardavidas, dijo Pearce.

“Para cuando terminó no quedaba un vendaje en cualquiera de los clubes,” dijo él. “No quedó un cilindro de oxígeno.”

Sorella Abrahams, quien estaba en el festival con su familia, huyó a uno de los clubes después que empezó el tiroteo. En un momento, circuló un rumor que un terrorista estaba adentro, y todos empezaron a gritar.

Cuando empezó el tiroteo, Abrahams dijo que ella no estaba con sus dos hijos más grandes, que estaban en otro lado en el festival. Ella todavía no está segura de cómo se encontraron entre sí en el caos.

“Honestamente lo veo como un milagro de Dios,” dijo ella. “Mi hijo mayor dijo que vió una bala aterrizar justo ante su pie y luego explotar. Y mi hijo más chico dijo que sintió las balas volar sobre su cabeza."

Tessa Gnesin acababa de llegar al festival con su esposo cuando ambos fueron a revisar la comida y escucharon los tiros. Ella y su esposo se ocultaron debajo de un mostrador en una carpa de donas, tumbados sobre el césped. Durante el tiroteo, Gnesin sintió que la tierra debajo de ella se movía, y pensá que una bala había impactado cerca.

“Eramos blancos fáciles,” dijo ella. "Sólo estábamos esperando la masacre.”

La visión de Gnesin estaba obstruida, pero otro hombre siguió gritando que los tiradores estaban sobre el puente, recordó ella. Una abuela en la carpa protegía a un bebé. Su esposo le dijo que él podía ver cuerpos.

En un momento, uno de los hombres armados fue visto fuera del puente y apuntando sus armas. Desde atrás, un transeúnte—el hombre al que los funcionarios australianos identificaron como Ahmed—le hizo una toma al atacante, le hizo una llave de cabeza y le quitó su arma. El atacante entonces pudo ser visto retrocediendo.

Albanese luego dijo que Ahmed estaba siendo tratado por heridas no especificadas en un hospital local.

Cuando finalmente se detuvieron los disparos, Gnesin y su esposo pudieron irse. En casa más tarde, ellos encendieron las velas de Januca.

“Somos judíos orgullosos,” dijo ella. “Nadie va a ahuyentarnos.”

Para Ostrovsky, el hombre que había dejado a su esposa y dos hijas para conseguir comida, todo parecía estar bien cuando ellos llegaron poco después de las 5.30 p.m. y vieron burbujas y un zoológico interactivo.

“Las chicas estaban pasando un momento fantástico,” dijo.

Ostrovsky, un abogado de derechos humanos de 45 años de edad, acababa de mudarse nuevamente a Australia—donde él creció—desde Israel aproximadamente dos semanas antes. El se mudó para dirigir la oficina Sydney del Australia/Israel & Jewish Affairs Council, un grupo que se propone combatir el antisemitismo.

Una vez que se inició el tiroteo, una bala rozó la cabeza de Ostrovsky, y él cayó. A la distancia, él pudo ver a un hombre armado sobre el puente disparando balas al azar. “Literalmente como bang, bang, bang y luego recargando,” dijo él.

No pudiendo comunicarse por teléfono con su esposa Tzeira, se las arregló para tomarse una foto y enviársela. "Yo dije 'te amo', y no sabía si iba a ser la última vez."

El también vio a un par de ancianos cerca. Advirtiendo que Ostrovsky estaba sangrando profusamente, el hombre le dio su camisa para usarla como compresión. "Fue como un triaje en una zona de guerra, excepto que era en Bondi Beach,” dijo Ostrovsky.

Finalmente, tras aproximadamente 15 minutos enloquecedores, Ostrovsky recibió un mensaje de respuesta de su esposa. Ella y las niñas estaban bien. Ella las había cubierto durante el ataque antes de arreglárselas para escapar y contactar a los padres de Ostrovsky.

“Esta fue la parte más petrificante, no poder estar allí para proteger a tus hijos y saber si estaban a salvo," dijo él. "Para mí, mi esposa es una leona absoluta."

Hablando desde un hospital el lunes, él dijo que había perdido bastante sangre y que los doctores probablemente todavía necesitarían operar. Pero dijo que espera tener una recuperación total.

“Los doctores dijeron que hubo milímetros entre la vida y la muerte, y un milagro que pude lograrlo."
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