QUIERES DESINVERTIR DE ISRAEL? MEJOR DESHAZTE DE TU IPHONE
Traducido por Marcela Lubczanski
Por William Daroff
Mayo 23, 2024
En los meses desde el pogrom de Hamas del 7 de octubre, el ejercicio por parte de Israel de su derecho legítimo a la defensa propia ha resultado en una campaña de vilipendio contra el estado judío. Parte de esta acometida contra Israel es la prominencia renovada del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones). Iniciado hace dos décadas, mientras Israel combatía al terrorismo de la Segunda Intifada, el BDS una vez más sirve como un arma potencial en el arsenal de aquellos cuyo objetivo final es eliminar al estado judío.
Afortunadamente, todavía no está funcionando.
El movimiento BDS ha obtenido muy pocas ganancias concretas en los últimos meses. A pesar del aullido de los activistas en Estudiantes por la Justicia en Palestina, ninguna universidad estadounidense a la fecha a adoptado el BDS. Pero las prohibiciones en las sombras que noson anunciadas podrían ser más nefastas: un artículo reciente en la prensa israelí documentó a muchos académicos en Israel informando haber tenido invitaciones retiradas, conferencias canceladas y cosas por el estilo. Miles de académicos estadounidenses y europeos han respondido con una carta abierta protestando por esta evasiva.
Pero hemos sido más que capaces de rechazar este movimiento siniestro.
El consenso de la judería estadounidense sigue siendo constante y tal vez más empático que nunca: El movimiento BDS es fundamentalmente antisemita, destacando al estado judío solamente entre las naciones para castigo económico, ostracismo cultural, y aislamiento académico. La campaña tiene resonancias preocupantes de anteriores emprendimientos para excluir a los judíos de la vida pública. Recordemos que bajo el Tercer Reich el régimen nazi comenzó su ataque antisemita con un boicot de un día a los negocios judíos. Estas son las asociaciones que muchos en nuestra comunidad hacen con el movimiento BDS. En la Conferencia de Presidentes, hemos derrotado al BDS en más de la mitad de los estados estadounidenses, ayudando a aprobar leyes que prohiben que las instituciones públicas o contratistas estatales se involucren en BDS. Esto ha resultado útil como un retroceso en la batalla actual.
Pero aprobar leyes y señalar el antisemitismo no es suficiente. También necesitamos involucrar a los críticos de Israel y a los susceptibles a los llamados del movimiento BDS. A ellos yo les digo que no hay paz sin diálogo, y ningún diálogo es posible cuando una es colocada una letra escarlata sobre Israel. Los intercambios culturales y académicos son vitales para el espíritu del internacionalismo, la armonía entre los pueblos, y nuestra capacidad de aprender. Perdemos tanto cuando excluimos arbitrariamente a un grupo. Lo que es particularmente hiriente es que las universidades israelíes—ejes de la sociedad libre y el sector liberal del país—sean las más dañadas por el BDS. Algunos de los críticos más vociferantes del gobierno serán castigados por esos pecados supuestos del gobierno. Además, ningún individuo merece ser responsabilizado personalmente por las acciones de su gobierno. Esto es precisamente lo que busca hacer el BDS, colocar a los israelíes en una clase de humanidad separada y menor.
Uno debería también preguntar lo que significa boicotear a Israel. La innovación israelí está inserta en mucha de la tecnología que utilizamos diariamente—desde las direcciones GPS de Google Maps a la tarjeta SIM del iPhone. Israel también se encuentra muy por encima de su peso en la industria farmacéutica: hay altas posibilidades que ustedes hayan tomado una píldora genérica fabricada por Teva. Los partidarios del BDS, si quieren ser consistentes e intelectualmente honestos, tendrían que desinvertirse ellos mismos de muchas de las conveniencias del mundo moderno.
El conflicto entre Israel y Hamas tiene poca o ninguna semejanza con la cuestión del apartheid en Sudáfrica o de las empresas petroleras que se benefician de la crisis climática. Israel, contrariamente al trato a los negros por parte de Sudáfrica, ha consagrado la igualdad para sus ciudadanos árabes desde su fundación. Las medidas restrictivas que ha adoptado con relación a los palestinos en la Margen Occidental están relacionadas directamente con las necesidades urgentes de seguridad del país. Durante mucho tiempo víctimas del antisemitismo europeo, los israelíes deploran el racismo y nunca lo consagrarían como política estatal. La comparación petrolera es también defectuosa y revela las intenciones de los que la hacen. El cambio climático amenaza el futuro mismo de la habitación humana sobre este planeta. Asociar a Israel con tal nivel de amenaza—y defender tal remedio—es muy ominoso en verdad.
Hoy, coo hace 20 años, el movimiento BDS es repugnante tanto en términos morales como prácticos. En un mundo de tantos regímenes malvados, suscribir a esta campaña es tratar a Israel como el judío entre las naciones. Yo aliento a los tentados a apoyar al movimiento BDS para involucrarse y escuchar. Tenemos mucho que aprender unos de otros.
También, ¿lo mencioné? No está funcionando.
William C. Daroff es CEO de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses (COP), el organismo coordinador central reconocido que representa a 50 organizaciones judías nacionales diversas en cuestiones de interés nacional e internacional.
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