ISRAEL vs. TURQUIA: LA LUCHA DE PODER QUE SE INTENSIFICA EN EL MEDIO ORIENTE
El colapso del régimen sirio destruyó al "eje de la resistencia" de Irán y llevó en su lugar a los islamistas apoyados por Turquía a las puertas de Israel.
Por Yaroslav Trofimov
Diciembre 20, 2024
traducido por Marcela Lubczanski
DUBAI—Turquía e Israel son los principales beneficiarios del colapso del régimen sirio, un acontecimiento que ha marcado la caída drástica de la influencia iraní en el Medio Oriente.
Pero ahora estos dos aliados estadounidenses, cuyas relaciones ya envenenadas han sido tensadas hasta el punto de ruptura desde que comenzó la guerra en Gaza el año pasado, están en un curso de colisión propio, en Siria y más allá.
Gestionar esta rivalidad es probable que se vuelva una prioridad para la administración Trump entrante, agregando presión sobre la red de alianzas de Estados Unidos en Europa y el Medio Oriente.
“Los funcionarios turcos quieren que la nueva Siria sea un éxito para que Turquía pueda poseerla, y ellos sienten que los israelíes podrían simplemente arruinar todo,” dijo Gönül Tol, director del programa Turquía en el Middle East Institute.
La hostilidad entre Israel y Turquía no se compara con el largo y sanguinario conflicto entre Israel, Irán y los satélites iraníes. Los clérigos gobernantes de Teherán buscan borrar del mapa al estado judío, y los dos países se involucraron en ataques directos con misiles entre sí este año, una escalada de la lucha de décadas entre Israel y el Hezbola apoyado por Irán en Líbano.
El quiebre este mes del "eje de la resistencia" liderado por Irán, el cual solía ir desde Irán e Irak a través de Siria hasta Hezbola, representa una bendición de seguridad inmediata y significativa para Israel.
Pero los funcionarios israelíes han dicho que están alarmados porque un nuevo eje de islamistas suníes liderado por los turcos podría convertirse en un peligro igualmente grave con el tiempo, especialmente dado el apoyo público del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan por enemigos conjurados de Israel tales como el movimiento palestino Hamas.
Si bien el líder de facto de la nueva Siria, Ahmed al-Sharaa, conocido generalmente por su nombre de batalla, Abu Mohammed al Jawlani, dice que no está interesado en el conflicto y quiere enfocarse en reconstruir el país, él y otras personalidades principales en Damasco solían tener roles cruciales en al Qaeda y el Estado Islámico, ambas designadas organizaciones terroristas por Estados Unidos. Estados Unidos todavía mantiene una recompensa de u$s10 millones por Jawlani, quien ha cambiado las ropas de fajina por un traje y se ha estado reuniendo con diplomáticos europeos en Damasco esta semana.
A medida que el orden en Siria toma forma después de la caída de Bashar al-Assad, Turquía ha surgido por lejos como la potencia dominante en Damasco. Esto acerca más que nunca a Erdoğan a alcanzar su ambición para una esfera de influencia que se extiende a lo largo de las tierras otomanas, todo el camino hasta Libia y Somalia. Es una estrategia que ha involucrado competir con Irán cmo el defensor más vocal de la causa palestina.
“Las relaciones con Turquía están definitivamente en un mal lugar, pero hay siempre potencial para deteriorarlas más,” dijo en una entrevista Yuli Edelstein, presidente de la comisión de asuntos extranjeros y defensa del parlamento israelí. “No es que nos estemos amenazando uno al otro en esta etapa, pero podría evolucionar en choques en lo que respecta a Siria, choques con satélites que son inspirados y armados por Turquía."
El Presidente Electo Donald Trump, en comentarios en Mar-a-Lago el lunes, describió la expulsión de Assad como “una captura poco amigable” de Siria por parte de Turquía. Erdoğan destacó su propia visión de Turquía como una potencia protagónica en el Medio Oriente dos días después. “Todo acontecimiento en nuestra región, y especialmente en Siria, nos recuerda que Turquía es más grande que la misma Turquía," dijo Erdoğan. “La nación turca no puede escapar a su destino."
Excepto por Catar, el cual está aliado estrechamente con Turquía, otros socios estadounidenses en la región, tales como Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos, Bahréin y Jordania, tienen sus propios reparos acerca de la nueva influencia de Turquía. Los funcionarios allí temen que un renacimiento del Islam político extendiéndose desde Damasco podría debilitar la seguridad de sus naciones.
Turquía, la cual en 1949 se convirtió en el primer país musulmán en reconocer a Israel, todavía mantiene una embajada en Tel Aviv, aun cuando Erdoğan criticó duramente al Primer Ministro Benjamin Netanyahu como “el carnicero de Gaza,” e impuso sanciones económicas sobre Israel.
“Hay todavía canales de comunicaciones entre los dos países, y Turquía es todavía un aliado de Estados Unidos, así que las cuestiones entre ellos pueden resolverse,” dijo Eyal Zisser, director de historia contemporánea del Medio Oriente en la Universidad de Tel Aviv. No hay dudas que una Siria dominada por Turquía es mucho mejor para Israel que una Siria dominada por Irán, agregó.
“Turquía no codicia la destrucción de Israel, no desarrolla armas nucleares, no proporciona a Hezbola un arsenal impresionante de misiles, y no envía decenas de miles de milicias dentro de Siria," dijo Zisser.
Es demasiado alarmista hablar sobre una confrontación inminente turco-israelí en Siria, concordó Ömer Önhon, un analista político que se desempeñó como embajador de Turquía ante Damasco hasta que la embajada fue cerrada en el 2012. Volvió a abrir en los últimos días.
“Son las políticas del gobierno de Netanyahu contra las que está Turquía, y si las políticas son cambiadas entonces las relaciones podrían regresar a la normalidad una vez más, como lo han estado a lo largo de la historia," dijo él.
Las propias políticas exterior y de defensa de Turquía han airado durante mucho tiempo a sucesivos gobiernos estadounidenses, que se irritaron por la cooperación militar y en energía nuclear de Erdoğan con Rusia, y por lo que los funcionarios estadounidenses en el momento describieron como ayuda turca encubierta al Estado Islámico en Irak y Siria. “Turquía durante bastante tiempo ha sido una especie de estado rebelde dentro de la alianza occidental," dijo Jonathan Schanzer, director ejecutivo de la Foundation for the Defense of Democracies, una think tank de Washington que apoya a Israel, Ucrania y Taiwán.
La única violencia en curso en Siria ahora es una ofensiva por parte de las milicias respaldadas por Turquía, conocidas como el Ejército Nacional Sirio, contra la región kurda siria en el nordeste del país que alberga muchas bases militares estadounidenses. Algunos de estos combatientes son de la etnia kurda del sudeste de Turquía que proceden del Partido Obrero de Kurdistán PKK, una organización a la que tanto Ankara como Washington consideran terrorista.
El apoyo de Washington a los grupos armados kurdos sirios ha sido durante mucho tiempo una importante queja turca. "Lo que está sucediendo en el momento es que un país de la OTAN está respaldando a una organización terrorista que está operando contra otro país de la OTAN," dijo Mehmet Șahin, un legislador del partido gobernante AKP de Turquía, agregando que esperaba que Trump quitaría ese apoyo.
Otro legislador turco, Berdan Oztürk, del partido pro-kurdo DEM, dijo que Washington tenía una obligación con los kurdos sirios debido a la sangre derramada conjuntamente contra el Estado Islámico durante la década pasada.
“Turquía está ahora infringiendo todo derecho humano básico," dijo él. “Nadie va a estar aliado con EE.UU. si ellos traicionan al pueblo kurdo. Si tienes un socio, es realmente valioso, y tienes que mantenerlo más fuerte."
En comentarios que indignaron a Ankara, el ministro del exterior de Israel, Gideon Saar, declaró esta semana que Israel, también, debería considerar a los kurdos, quienes él dijo son oprimidos por Turquía e Irán por igual, como sus "aliados naturales" y debe fortalecer los lazos con ellos y otras minorías meso-orientales.
A pesar de tales declaraciones, es improbable que Israel apoye materialmente a los combatientes kurdos sirios contra Turquía y sus satélites, dijo Aydın Selcen, un ex diplomático turco con larga experiencia en lidiar con las cuestiones kurdas. “Israel habría perdido la cabeza como país si decidiera buscar problemas contra Turquía en Siria,” dijo.
“Ankara es el ganador e Israel es el ganador en los acontecimientos recientes. No veo la posibilidad en lo absoluto para un conflicto abierto entre Israel y Turquía. Simplemente no tiene sentido.”
A diferencia de Estados Unidos, el cual ha desplegado unas 2,000 tropas en Siria, Israel no tiene presencia abierta en las áreas kurdas sirias, las que se encuentran lejos. “Tenemos largas relaciones con los kurdos, es parte de nuestra historia, es parte de su historia. Pero Israel no va a asumir el rol estadounidense en apoyar a los kurdos," dijo el general mayor retirado Yaakov Amidror, un ex asesor en seguridad nacional de Netanyahu y miembro del Jewish Institute for National Security of America.
En los últimos días, Turquía exigió repetidamente que Israel retire tropas de la zona de ocupación alrededor de los Altos del Golán sirios, y acusó a Israel de tratar de sabotear la transición después de la caída del régimen de Assad. “Sacando ventaja del vacío actual, Israel quiere continuar sus políticas de ocupación. Esto no es algo bueno para Siria o para la región," dijo Sahin.
Además de capturar tierra en el sur de Siria, una presencia que Netanyahu ha dicho que duraría por al menos todo el 2025, durante las últimas dos semanas Israel ha bombardeado implacablemente lo que sea que quedó de la infraestructura militar del régimen de Assad, asegurando que los nuevos gobernantes de Siria no tendrían defensas aéreas, armada, fuerza aérea, o misiles de largo alcance y cohetes.
Respondiendo a la demanda de Ankara de retirar las tropas, el Ministerio del Exterior de Israel dijo que Turquía debería ser el último país en plantear la cuestión de la ocupación en Siria debido a que tropas turcas han estado operando en ese país desde el año 2016, respaldando a las "fuerzas yihadistas" y extendiendo la moneda, y servicios bancarios y postales turcos en una gran parte del país.
La organización de Jawlani, Hayat Tahrir al-Sham, permanece registrado como un grupo terrorista por EE.UU. El comandante rebelde ha intentado proyectar una imagen moderada. El ha hablado repetidamente por los derechos de las minorías y dijo que una nueva Siria está interesada en reconstruir después de la devastación traída por cerca de 14 años de guerra civil en lugar de en abrir un nuevo conflicto con Israel.
Esas garantías, sin embargo, no convencen a muchos en la dirigencia israelí. Jawlani, después de todo, respaldó el ataque del 7 de octubre del 2023 contra Israel por parte de Hamas en la época. Su nombre de batalla se refiere al origen de su familia en los Altos del Golán, una zona que Israel capturó de Siria en 1967 y desde entonces ha anexado.
“El HTS en el asiento del conductor en Damasco, bajo patrocinio turco, plantea la posibilidad desalentadora para Israel de islámicos hostiles sobre su frontera del nordeste. Esa difícil situación podría volverse aun más oscura si los kurdos son repelidos, dejando espacio para un resurgimiento del ISIS," dijo Shalom Lipner, un miembro principal en el Atlantic Council que se desempeñó como asesor de muchos primeros ministros israelíes. "Israel está en una posición defensiva profunda."
La amenaza potencial de Siria no es inmediata, dada la debilidad de los nuevos gobernantes del país, dijo Edelstein, de Israel, quien se desempeñó en una variedad de puestos principales del gabinete con Netanyahu tanto como un presidente del parlamento de Israel. En el mediano plazo, no obstante, los grupos islámicos en el sur de Siria podrían poner en peligro a las comunidades israelíes, dijo él, mientras en el largo plazo un ejército sirio reconstruido con armas y ayuda turca podría una vez más presentar el tipo de peligro convencional que presentó el ejército de Assad en las décadas finales del siglo XX.
Las garantías de buenas intenciones que están llegando de los nuevos líderes de Siria deberían ser tomadas con tanta credibilidad como las declaraciones de Hamas que adormecieron a Israel en una falsa sensación de seguridad antes del ataque del 7 de octubre, dijo Edelstein.
“Todos nosotros—no sólo Israel—deberíamos ser muy cautelosos acerca de intentar fingir que el nuevo régimen en Siria es normal," dijo. "No estamos en el negocio de crear satélites en Siria, estamos en el negocio de proteger nuestras fronteras. Pero resulta que muchas de las comunidades que están cerca de nuestras fronteras son comunidades minoritarias en Siria, y tenemos que asegurarnos que no sean atropelladas por las milicias islámicas y que estos lugares no se conviertan en una base militar para un ataque futuro contra Israel.”
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