miércoles, 17 de diciembre de 2025


¿Qué tiene de especial esta Janukiá 🕎?
Es una Janukiá muy especial: fue hecha con restos de cohetes 🚀 que los terroristas lanzaron contra Israel 🇮🇱.
En Sderot, la ciudad que más ha sufrido estos ataques decidieron transformar esos restos de destrucción en una Janukiá 🕎💡.
De la mayor oscuridad nació una base de luz.
Para mí, eso lo dice todo.
Esa es, en esencia, la historia de Janucá 🕎: vencer la oscuridad con luz.
Así ocurrió con el primer ser humano, y así ocurrió con los macabeos hace 2.163 años.
No es casualidad que esa misma semana leamos en la Torá la historia de Iosef y sus hermanos. Lo vendieron como esclavo a Egipto 🇪🇬, lo arrojaron a un pozo oscuro… pero desde allí se transformó en luz y comenzó a iluminar al mundo con sabiduría y visión.
Como una partícula que cae en un pozo cuántico, Iosef emerge transformado.
Viktor Frankl lo expresó con claridad después de sobrevivir al horror:
“Cuando ya no podemos cambiar una situación, somos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos.”
En hebreo, la palabra “Mashber” significa crisis, pero también parto o nacimiento.
No es porque falten palabras en hebreo, sino porque la lengua misma nos enseña que toda dificultad contiene un comienzo nuevo.
Las adversidades son contracciones.
Antes de que llegue la luz, hay oscuridad.
El sol ilumina después de la noche.
Para mí, ese es el secreto del pueblo judío.
No es que seamos más inteligentes: hemos aprendido a convertir la oscuridad del exilio en la luz de la redención.
Quiero cerrar con una historia real.
En 1984, en la URSS, un hombre vivió algo muy parecido.
En la mañana de Janucá del año 5769, Yuli Edelstein fue condenado a cinco años de prisión.
Esa noche, en su celda, consiguió de alguna manera dos fósforos.
Se paró frente a la ventana, los encendió y dijo:
“Me quedé allí unos segundos, hasta que los fósforos me quemaron los dedos.
No sé si cumplí la halajá de encender durante media hora, pero sé que esa noche, un poco de luz rechazó mucha oscuridad.
Esa luz me acompaña hasta hoy”.
Así me lo contó Yuli Edelstein, ex presidente del Parlamento israelí.
Vivan con amor.
Amen la vida.
Y tomen de esa luz para toda su vida… y para todo el mundo 🌍

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