Fuente: Veja- Brasil- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
21/3/12
por Reinaldo Azevedo
21/03/2012
às 17:37
Si Mohammed Merah estuviese en Guantánamo, el humanismo “errado” lloraria por el, pero nadie lloraria por sus victimas.
Entonces vamos a ver. Mohammed Merah habia estado preso en Afganistan, estuvo ligado a los Taliban, huyo de prision en un motin liderado por el grupo y estaba de regreso en Francia. Consta que era vigilado por organos de seguridad — una vigilancia incompetente, como se nota.
Entonces ahi va lo que me parece una verdad, ciertamente incômoda: si estuviera preso en la base de Guantánamo, no estaria matando a nadie por ahi, cierto?
“Ohhh, Reinaldo! Tu evocas justamente el centro del horror y de la política bushiana…”
Vamos parando ahi! San Barack Obama aun no puso fin a eso por quê? Porque famosos terroristas — terroristas, si! — serian o puestos en libertad en sus respectivos países o volverian a los campos de entrenamiento de Al Qaeda, del Taliban y congêneres. Mohammed Merah estaba en libertad en Francia porque una de las ventajas comparativas de los terroristas és que ellos pueden usar a su favor las leyes que desprecian — vale decir: las garantias con las cuales les gustaria acabar y que no aseguran, por definicion, a sus enemigos.
Ésta claro que Guantánamo és la evidência de un limbo legal. Pero es una salída meramente retórica a esa história que su existência evidencia que el Occidente democrático se igualo al terror. Eso es un disparate sin igual! Un cuerno! Esa prision solo indica la necesidad de buscarse una institucionalidad para combatir al terrorismo, que aun no fue encontrada. Con las garantias que gozan los criminales comunes y que no son!
Una cosa és cierta: los fanáticos, si son dejados sueltos, aun “monitoreados”, van a matar. Y punto.
Si Mohammed Merah estuviese en Guantánamo, partiria una vez mas el corazon de cierto humanismo errado, pero, al menos, los humanos que existen (ya que el humanismo es una reflexion abstracta), estarian mas protegidos.
Ese humanismo errado lloraria por el, pero nadie lloraria por sus victimas.
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