Par Vincent Giret
Iniciar el duelo, participar en el impulso republicano, reconocer su asombro ante la infinidad posible de la locura de los hombres, no hay otros imperativos categoricos despues del drama de Toulouse. Cada uno presenta no obstante la fragilidad de una «tregua» décrétada por la mayoria de los candidatos, como si ella no fuera mas que la prolongacion de la politica a traves de otros medios. Unos se revisten dentro de una postura de hiperpresidente, todo a su representacion, otros se impacientan por volver a los juegos de la campaña, y algunos podrian dar a entender que un «clima» o las «palabras» podrian inventar la mecanica infernal de este incidente. Estos ultimos cometen el error mas grave, una falta en si mismo. Es el Presidente del CRIF, Richard Prasquier, quien, brutalmente aferrado a la realidad, lo ha dicho con la fuerza de la indignacion : «El hombre que ha tomado a un niño por los cabellos para ponerle una bala en la cabeza no lo ha hecho porque el ha comprendido ese o aquel comentario sobre el tema de la ejecucion ritual!» No es en efecto ni serio, ni digno vincular los dramas de Toulouse y Montauban con los impulsos de fiebre de la sociedad francesa.
Pasado el tiempo de duelo, cada uno podra reanudar el debate critico, indispensable en muchos aspectos, sobre los inconvenientes en los principios republicanos constatados durante el mandato de Nicolas Sarkozy. La verdad impone decir hoy con claridad que estos problemas existian antes y despues de Toulouse y Montauban. Exactamente en los mismos terminos.
Fuente: Liberation- Francia- Traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
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