Alrededor de 2.300 palestinos presos en Israel anunciaron que rechazarían hoy la comida; cerca de la mitad de ellos - 1.200 reclusos - informaron que han iniciado una huelga de hambre.
A la medida se sumaron ocho activistas extranjeras que llegaron al país en el marco de la "flotilla aérea". Las mujeres se encontraban transitoriamente en la cárcel de Givón, y dijeron que rehusarían la comida en solidaridad con los terroristas palestinos presos.
En respuesta, el Servicio Penitenciario (SP) está tomando medidas para quitarle varios privilegios.
La huelga comenzó en el denominado "Día del Preso Palestino"; luego que el Servicio Penitenciario de Israel les retirara varios beneficios. Los condenados exigen que sus líderes no sean puestos en aislamiento, acceso a más canales de televisión, educación secundaria y universitaria, y otros reclamos.
El Servicio Penitenciario considera que los presos están en huelga de hambre solamente
cuando se niegan a comer durante al menos dos días consecutivos, y en respuesta quita de las celdas varios utensilios de comida, las pantallas de televisión, radios y platos calientes.
Un equipo especial se pondrá en contacto con los líderes de la protesta; sin embargo, el SP subrayó que no habrá ningún tipo de negociaciones. Los líderes de la medida de protesta anunciaron que esta será la huelga de hambre más resuelta en décadas.
La mayoría de los reclusos que se han sumado a la huelga de hambre pertenecen al movimiento Fatah, la Jihad Islámica y el Frente Democrático de Liberación de Palestina; mientras que los integrantes de Hamás no se han adherido; aunque según algunas fuentes, se incorporarán posteriormente.
Más de 4.500 presos palestinos cumplen condena en las prisiones de Israel. De ellos, alrededor de 300 se encuentran en condiciones de "arresto administrativo", una medida burocrática que permite la detención durante mese o años sin que hayan sido procesados.
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