Antisemitismo: la intifada de las palabras
Por Dani Lerer
Con discursos que deshumanizan, con mentiras recicladas y con odio disfrazado de conciencia social.
Cuando se llama a una “intifada global” como si fuera una consigna poética, se oculta una verdad incómoda: la intifada nunca fue una metáfora. Siempre fue violencia, terr0rismo y mu*rte.
La ola de antisemitismo que atraviesa hoy a Occidente no es espontánea. Es el resultado de años de ingeniería ideológica y social, impulsada y financiada, donde confluyen el islam radical y la izquierda woke con un enemigo común: Israel y el pueblo judío.
Bajo el rótulo de “antisionismo” se promueve algo mucho más grave: la negación del derecho del único Estado judío a existir. No es crítica política. Es odio ideológico.
El antisionismo es el nuevo disfraz del antisemitismo de siempre. Cambian las palabras, no el objetivo.
Y cuando ese discurso se legitima desde la política, las universidades o los medios, la violencia deja de ser una sorpresa y pasa a ser una consecuencia.
La historia lo demuestra: el odio primero se dice, después se actúa.
La intifada empieza en las palabras y sigue con atentados.
Los políticos, comunicadores y artistas que ayudaron a multiplicar discursos de odio son también culpables de esta ola de terror antisemita. No quedarán impunes.
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