La intifada americana?
Por Asaf Romirowsky
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"La intifada tiene una agenda terrorista que ha quedado de manifiesto en los niveles de violencia antiisraelí registrados durante más de tres decenios. Es un mecanismo que justifica toda violencia en nombre de la 'resistencia'"
Cuando estallaron los disturbios en EEUU, enseguida se empezaron a escuchar manifestaciones de solidaridad con los palestinos que vinculaban la terrible muerte de George Floyd con el relato palestino. El artista palestino Walid Ayub ilustró dicha conexión pintando a Floyd ante una bandera palestina y ataviado con una kefia, y el Museo Palestino de EEUU subió la imagen a su cuenta de Twitter.
United we stand against injustice
Palestinian artist Waleed Ayyoub honoring the memory of George Floyd#georgefloyd #floyd #blacklivesmatter #icantbreathe #injustice #racism #apartheidisrael #apartheid #palestinianart
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Los palestinos dicen que la muerte de Floyd, así como los subsecuentes enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes en EEUU, ha mostrado que Israel exporta su “racismo” a los departamentos norteamericanos de policía. La Campaña Norteamericana por los Derechos de los Palestinos tuiteó a sus 51.000 seguidores:
El Ejército israelí adiestra a la Policía norteamericana en tácticas represivas y racistas que sistemáticamente ponen en la mira a negros y morenos.
La alianza rojiverde entre las ideologías socialista e islamista se ve reforzada por el auge de la interseccionalidad. Todas ellas están saturadas de odio a Israel, como ha quedado de manifiesto en los disturbios.
El mejor ejemplo de este fenómeno lo tenemos en la consideración de lo que está sucediendo en EEUU como una intifada. Este término árabe, que literalmente significa “levantamiento”, fue utilizado por primera vez con ocasión de la revuelta popular palestina de 1987 contra Israel. Los árabes palestinos lo traducen como “despertar” y en su narrativa se utiliza para que Israel y el mundo en general tomen conciencia de todos los males supuestamente infligidos a los palestinos a resultas de la denominada “ocupación israelí”. El difunto líder de la OLP Yaser Arafat recurría a analogías más coloridas y decía que la intifada es el movimiento que hace un perro cuando trata de quitarse una garrapata.
Rami Juri, profesor de periodismo en la Universidad Americana de Beirut, no perdió un instante y proclamó que los disturbios que se han registrado en EEUU tras la muerte de George Floyd son una “intifada americana”. “En el mundo árabe hay una incapacidad para hacer frente a la opresión estructural de la mayoría de los ciudadanos por parte de una elite que se ha enriquecido mucho y se ha desconectado totalmente del pueblo”, sostiene Juri. “Estamos viendo lo mismo en EEUU. Hay una incapacidad para afrontar su racismo estructural”.
La adopción del término no es nueva, pero es reveladora del panorama político y cultural norteamericano porque muestra en qué lugar de la pirámide interseccional se encuentra la causa palestina. Parece ser el ápice de la (supuesta) opresión, de manera que la están cooptando otras causas enraizadas en las políticas de la identidad.
Esto lleva siendo visible en las instituciones norteamericanas de educación superior desde hace bastante tiempo. En 2004, Hatem Bazian, director del Proyecto para la Documentación y la Investigación sobre la Islamofobia del Centro para la Raza y el Género de la Universidad de California en Berkeley, declaró:
Bien, estamos viendo una intifada en Palestina, un levantamiento en Irak, y la pregunta es: ¿y nosotros? ¿Por qué no tenemos una intifada en este país?
Porque me parece que estamos muy cómodos, viendo a la CNN, la ABC, la NBC, la Fox (…) abrirnos una ventana al mundo, mientras el mundo se dirige desde Washington, New York (…) todos los que mienten, engañan, roban y embaucan están en nuestro país, y nosotros estamos aquí sentados, viendo lo que pasa en el mundo, cómo se bombardea a la gente, y ha llegado la hora de que tengamos una intifada en esta país que cambie radicalmente las dinámicas políticas aquí.
Y ya sabemos, dirán que algunos palestinos son muy radicales; bien, ¡pues aún no habéis visto lo que es el radicalismo!
Yvonne Yazbeck Hadad, profesor de Historia del Islam y de las Relaciones Cristiano-Musulmanas en la Universidad de Georgetown, explicó:
La intifada es algo que aprueban todos los palestinos y los musulmanes. Quiere decir “Baja de mi espalda de una vez”.
La libertad de expresión y de credo y el derecho de reunión y protesta son elementos positivos y pilares de la democracia americana. Pero hemos de ser claros respecto de los objetivos de la intifada. Por definición, la intifada tiene una agenda terrorista que ha quedado de manifiesto en los niveles de violencia antiisraelí registrados durante más de tres decenios. Es un mecanismo que justifica toda violencia en nombre de la “resistencia”. Uno de los errores que ha cometido Israel ha sido adoptar el término para describir su conflicto con los palestinos. Al incorporarlo a su lenguaje político y cultural, Israel ha legitimado de hecho el punto de vista palestino.
La democracia americana dista mucho de ser perfecta, pero sigue siendo el mejor sistema que tenemos. EEUU no es Oriente Medio ni pretende serlo. Utilizar el conflicto israelo-palestino como pantalla reflectante, y tratar de vincular ideologías de extrema derecha y extrema izquierda, se ha convertido en un pilar de la alianza rojiverde. Hacer algo así sólo crea distorsión.
Trabajar por atajar todas las formas de racismo es, sin duda, necesario en EEUU; pero el antisemitismo es otra forma de racismo. Llamar a la intifada, es decir, a la guerra, es todo lo contrario de lo que debería hacer cualquier norteamericano, con independencia de su color de piel.
La democracia americana dista mucho de ser perfecta, pero sigue siendo el mejor sistema que tenemos. EEUU no es Oriente Medio ni pretende serlo. Utilizar el conflicto israelo-palestino como pantalla reflectante, y tratar de vincular ideologías de extrema derecha y extrema izquierda, se ha convertido en un pilar de la alianza rojiverde. Hacer algo así sólo crea distorsión.
Trabajar por atajar todas las formas de racismo es, sin duda, necesario en EEUU; pero el antisemitismo es otra forma de racismo. Llamar a la intifada, es decir, a la guerra, es todo lo contrario de lo que debería hacer cualquier norteamericano, con independencia de su color de piel.
© Versión original (en inglés): BESA Center
© Versión en español: Revista El Medio
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