por Giulio Meotti • 5 de Julio de 2020
La estatua de Churchill en Londres –que combatió al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial y salvó a Europa de la barbarie– fue cubierta por las autoridades municipales durante las últimas protestas. Su eliminación visual evoca las estatuas desnudas de Roma tapadas para complacer al presidente iraní Hasán Ruhaní, o las desapariciones en las fotografías soviéticas. (Foto: Tolga Akmen/AFP vía Getty Images).
"El antirracismo ya no es la defensa de que todo el mundo es igual en dignidad, sino una ideología, una cosmovisión", ha manifestado el filósofo francés Alain Finkielkraut, hijo de supervivientes del Holocausto.
El antirracismo ha sido transformado (...) En tiempos de la gran migración, ya no es una cuestión de dar la bienvenida a los recién llegados integrándolos en la civilización europea, sino la exposición de los errores de ésta.
Finkielkraut habla del "autorracismo" como "la patología más grotesca y desalentadora de nuestra época".
Londres es su capital.
Derribar a los racistas es un mapa que contiene 60 estatuas de 30 ciudades británicas cuya eliminación se está demandando en apoyo del movimiento surgido en EEUU después de que un policía blanco, Derek Chauvin, matara a un hombre negro, George Floyd, poniéndole la rodilla en el cuello.
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