domingo, 5 de mayo de 2024

DEL WSJ

 FIVE FOR FIGHTING: UNA VOZ SOLITARIA CANTA POR ISRAEL


John Ondrasik no permitirá que su industria olvide a los masacrados en el festival de música Nova el 7 de octubre.

TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
Por Matthew Hennessey
Abril 26, 2024

Seattle
La industria musical ama una buena causa. Band Aid, Live Aid, Farm Aid, Enfrentar al Cáncer, Esperanza para Haití, el Concierto para Aliviar a Sandy, el Concierto por Ucrania—cuando el tema es lo suficientemente potente, llegarán músicos de renombre de todos los géneros, y generalmente actuarán gratis. Todo lo que ellos quieren típicamente es mostrar al mundo cuanto les importa.
La capacidad de hacer brillar una luz sobre cuestiones y causas que importan es un beneficio de la fama. Para John Ondrasik, ahora mismo, eso es Israel. El cantante y músico estadounidense nominado a los Grammy, que es conocido por el nombre de canción Five for Fighting, ha sido firme y franco acerca de las necesidades de seguridad del estado judío desde los ataques del 7 de octubre. Esto lo ha hecho un unicornio entre sus pares de la industria musical. La mayoría prefieren simplemente mantener sus cabezas bajas.
Artistas tales como Ani DiFranco, Billy Bragg, Drake, Dua Lipa, Patti Smith y Peter Gabriel han pedido un cese del fuego, la única forma actualmente aceptable de expresar apoyo por Hamas. El editor de música BMG según se informa dio de baja su contrato con Roger Waters después que el fundador de Pink Floyd sugirió en una entrevista en enero que el 7 de octubre podría haber sido "una operación de falsa bandera."
El Sr. Ondrasik, de 59 años, no está manteniendo su cabeza baja. El aparece en Fox News y en el programa de radio de Mark Levin. Es agresivo en Twitter en el apoyo a Israel. El es, como su nombre escénico sugiere, algo así como un alborotador. El 13 de abril, la noche antes que Irán lanzara un bombardeo de misiles y drones a Israel, él actuó en un concierto al aire libre en Tel Aviv y condenó "el mal que es Hamas.” El cantó la canción con temática del 7 de octubre, “OK”—el estribillo es “No estamos OK”—para las familias de los rehenes todavía en Gaza.
“¿Por qué estás haciendo esto?” dice el Sr. Ondrasik que la gente siempre quiere saber. El no es judío. El no tiene parientes en Israel. El es del sur de California y su legado es eslovaco. Pero, dice, "Soy humano.” En Tel Aviv, él dijo a la multitud, “Uno no tiene que ser judío para apoyar a Israel en su lucha—perdón, nuestra lucha—por la libertad, la democracia, la vida, la civilización, contra los que quieren romperla en pedazos.”
La primera oración de “OK” deja en claro su visión: “Este es un tiempo para elegir.” El dice que no puede permanecer en silencio mientras los judíos están siendo masacrados en Israel y empujados en otras partes. Para él se siente como "Alemania en 1938. La gente no se puso de pie y ustedes vieron lo que sucedió." Esa comparación es un tema recurrente de nuestra conversación.
Lo otro que la gente siempre quiere saber, dice él, es, "'¿Adónde están todos los demás?’ Para esa no tengo una buena respuesta.”
Me reuní con el Sr. Ondrasik en su hotel durante un día libre en el tramo de la Costa Oeste de su gira actual. No es un espectáculo de rock. El está tocando en lugares más chicos acompañado por un cuarteto de cuerdas. Parece relajado y de buen ánimo, a pesar de haber retornado recién de una zona de guerra. El tiene alguna experiencia con ataques aéreos y refugios anti-bombas. “He estado en Ucrania," dice él. "He tenido ese tipo de tensión. Pero el Cúpula de Hierro me hizo sentir más seguro.”
El me recuerda que la música fue una gran parte del ataque del 7 de octubre. Entre los 1,200 asesinados por Hamas ese día había 364 asistentes a la rave en el festival de música electrónica Nova que duraba todo el fin de semana. Los asesinos de Hamas en parapentes motorizados aparecieron en el horizonte mientras irrumpía un pacífico amanecer en el desierto. Ellos descendieron sobre la multitud en pánico y asesinaron indiscriminadamente a los fanáticos de la música. Fue como si Woodstock hubiese sido invadido por la Familia Manson. Cuarenta y cuatro asistentes al festival fueron llevados secuestrados a Gaza.
El salvajismo de Hamas el 7 de octubre dejó una impresión inicial en cierta banda famosa conocida por su conciencia social. Las mega estrellas irlandesas U2, quienes a menudo usan su plataforma para publicar defensa, ofrecieron plegarias para las víctimas en un concierto el 9 de octubre en la Esfera en Las Vegas, aunque rápidamente echaron su suerte con la turba de "cese del fuego ahora." El CEO de la Academia de Grabación, Harvey Mason Jr., rindió tributo a los muertos en el festival Nova durante los Premios Grammy en febrero, diciendo, “La música debe ser nuestro espacio seguro.” Pero no ha habido ningún gran concierto a beneficio para Israel, o siquiera una sensación de indignación sostenida entre los músicos y artistas por la brutalidad de Hamas.
The reason is almost certainly political. La industria de la música, como el negocio del cine y televisión, son un bastión de la izquierda. La expresión abierta de las posiciones políticas heterodoxas, incluso las consideradas ampliamente convencionales, pueden llevar a la lista negra. En la perversa taxonomía progresista del Medio Oriente, Israel—un estado diverso, pluralista y de bienestar democrático que concede derechos plenos a las mujeres, gays y minorías religiosases el chico malo. Los palestinos de Gaza, que en el 2006 eligieron ser gobernados por los yihadistas militantes de Hamas, quienes son intolerantes de la homosexualidad (por decirlo de forma suave) y utilizaron la violación como un arma el 7 de octubre, son en cierta forma los chicos buenos.
La dinámica entre izquierda y derecha enfurece al Sr. Ondrasik: “No es político. No debería serlo.” El dice que su apoyo a Israel se deriva del mismo impulso que lo llevó a defender a Ucrania en su lucha por la supervivencia contra Rusia.  Ambas son naciones libres luchando para preservar los valores occidentales de la democracia y los derechos humanos contra los que los reemplazarían por tiranía. El video para su canción sobre la guerra en Ucrania, "Puede Un Hombre Salvar Al Mundo," se estrenó en "Good Morning, America" de ABC. Su canción sobre el abandono estadounidense de Afganistán, "Sangre en Mis Manos," tuvo una recepción menos aduladora. YouTube dio de baja el video, el cual mostraba al Sr. Ondrasik cantando frente a la Casa Blanca. Fue finalmente restablecido, pero con una advertencia que el clip contiene "contenido gráfico."
Estas no son canciones políticas, insiste el Sr. Ondrasik. "Son mensajes morales. Cuando Israel es atacada por maníacos furiosos para asesinar personas y tomar rehenes..." El se apaga, antes de exclamar: "Ellos aun tienen cinco malditos rehenes estadounidenses!"
Y sin embargo, desde los nombres más grandes en el desfile de éxitos, silencio casi total. Israel está rodeada, luchando perpetuamente por la supervivencia contra los que aniquilarían hasta al último judío. Pero para la izquierda es como Chinatown. Olvídenlo.
“Algo está profundamente mal en la cultura cuando la gente sale y dice que lo que sucedió el 7 de octubre fue malvado. Ningún contexto. Sin peros. ¿Cómo es que llegamos a un lugar donde nuestras estrellas de la música no pueden condenar las atrocidades absolutas?” El gesto de los Grammy fue “patético,” se ofusca. "No pudieron decir siquiera la palabra Hamas. No pudieron decir la palabra Israel.” Lo mejor que pudo hacer el Sr. Mason fue decir que si "vas a un concierto como el concierto Nova, no deberías tener miedo de ser atacado." El suave Sr. Ondrasik se indigna de pronto. "¿Y si estás en tu casa?" pregunta. "¿Tal vez no deberías ser atacado allí tampoco?"
El Sr. Ondrasik dice que ha tratado de concentrar a sus pares para apoyar a Israel, para reconocer el desequilibrio moral en el conflicto entre el estado judío y los monstruos de Hamas. Hasta ahora él no ha encontrado quienes acepten. “Hablé con algunos de los agentes y gente y están como, sí, los artistas están asustados.” ¿De qué? “Están asustados por sus familias. No quieren que se proteste por sus conciertos."
Con este miedo, dice, él puede relacionarse. “Lo entiendo,” dice. Los artistas "no están equivocados" en preocuparse por la posibilidad de protestas en sus eventos o incluso violencia dirigida a ellos o a sus asociados. Es un momento incómodo. La energía airada burbujeando en los campus universitarios amenaza con derramarse dentro del mundo más amplio. “Siento algo de eso. Tengo miedo por mi esposa que está en casa ahora mismo." Pero hasta allí llega su simpatía por los artistas que concuerdan pero no pueden encontrar el valor de pararse junto a él. A los que apoyan a Israel y quieren proteger a los judíos pero temen que decirlo dañará sus carreras, él les pregunta: "¿Entienden que estos son los mismos argumentos que utilizaba la gente en 1938? ¿Entienden eso?”
El dice que espera que pronto alguien organice un concierto en el sitio del festival Nova. Eso atraería la atención de la gente. "Escuché hoy que Barbra Streisand sacó una canción sobre antisemitismo. Tal vez esa sea una buena señal. Quizás las cosas empiecen a inclinarse." Debo decir, no parece que él lo crea.
El Sr. Ondrasik profesa ser una persona tímida, no naturalmente preparado para la violencia. El tiene una vida secreta ayudando a dirigir la empresa familiar, un fabricante de cables de 300 empleados al sur de California que abastece a algunos de los negocios de venta minorista más grandes de la nación con carritos de compras y otros componentes. En este mundo paralelo de soldadores y llamados de clientes, él dice, nadie tiene tiempo para la agitación. Ellos también están viviendo una vida ocupada. “Cuando trabajas en la planta, la industria entera del entretenimiento de celebridades, simplemente parece estúpida. Estoy parado con chicos que trabajan 10 horas al día. Trabajan a destajo. Ellos transpiran.” Cuando van a casa, “están felices. Van a la iglesia, tienen una familia, juegan al futbol."
El Sr. Ondrasik escribe canciones de protesta, actúa en zonas de guerra y da toques a otros artistas prominentes en redes sociales, dice, "para abochornar o inspirar a algunas de estas personas para salir de la arena." Hay algo conmovedor en su creencia que estrellas tan grandes pueden ser abochornadas para ver y aceptar la verdad. Asume que ellas no han elegido deliberadamente creer una mentira. Es una presunción que yo no estoy dispuesto a asumir.
Acepto, sin embargo, que él conoce este mundo mejor que yo, habiendo vivido en él por tanto tiempo. “Yo toqué en el Concierto para la Ciudad de New York después del 11/S," dice. Su canción “Superman (No Es Fácil),” con su letra inquietante "No soporto volar" y su mensaje conmovedor del heroísmo cotidiano, pasó tres semanas en el Nº1 en los principales 40 de la Cartelera de Adultos a fines del 2001. Mientras el mundo luchaba para recuperarse del horror de los ataques del 11/S, Paul McCartney organizó una beneficencia para las familias de los policías y bomberos y para los trabajadores rescatistas que estaban todavía peinando los escombros. El concierto se disparó el 20 de octubre del 2001, seis semanas después que calleron las Torres Gemelas. “Yo era sólo un muchacho joven con una canción, pero cada ícono viviente estaba sobre ese escenario condenando a Osama bin Laden, dando apoyo a Estados Unidos, proporcionando consuelo a las familiastodos estaban allí y fue maravilloso."
Ese sentido de unión ahora está más de dos décadas pasado de moda, pero las víctimas del 11/S no eran menos inocentes que las víctimas del 7 de octubre. Los israelíes masacrados en sus casas y poblados no merecían lo que les hizo Hamas. Los jóvenes amantes de la música masacrados en el festival Nova no hicieron nada para ganar sus destinos. Pero ellos no obtienen un concierto a beneficio o un álbum tributo. Ellos apenas tienen siquiera una reflexión.
“Se que ustedes se sienten abandonados," dijo el Sr. Ondrasik a las familias de los rehenes en Tel Aviv el 13 de abril. "Eso es porque lo han sido."
El Sr. Hennessey es el editor adjunto de artículos editoriales en el Journ

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