jueves, 2 de mayo de 2024

EL PASADO NAZI DE ALEMANIA ACECHA A LA INICIATIVA PARA APODERARSE DE LOS ACTIVOS RUSOS Berlín ha surgido como un opositor a los planes de apoderarse de los fondos congelados del Kremlin para la reconstrucción y apoyo militar a Ucrania. Por Bojan Pancevski y Laurence Norman Abril 28, 2024 BERLIN—El espectro de la Segunda Guerra Mundial está acechando los intentos occidentales por apoderarse de los activos rusos y canalizarlos a la defensa de Ucrania contra Moscú. Berlín ha surgido como uno de los opositores más feroces del impulso liderado por Estados Unidos para requisar algo de los casi u$s300,000 millones de activos del banco central ruso que fueron congelados en el inicio de la guerra contra Ucrania. Alemania teme que requisar, en lugar de congelar, los fondos, podría crear un precedente e inspirar nuevos reclamos contra ellos por crímenes de la época de la Segunda Guerra Mundial. Los recelos arriesgan la suerte de la iniciativa. Estados y Reino Unido dicen que su éxito es crucial para una victoria ucraniana, pero hay pocas chances de progreso sin apoyo europeo más amplio. Los fondos, muchas veces el tamaño del paquete de ayuda estadounidense de u$s61,000 millones aprobado recientemente para Ucrania, reforzarían a las fuerzas armadas padecientes de Ucrania y para ayudar a reconstruir el país. Dos tercios del dinero ruso en juego están en cámaras de compensación en Europa y, a dos años dentro de la guerra, Alemania tan sólo acaba de respaldar usar los lucros inesperados para financiar las armas ucranianas. París, Roma y el Banco Central Europeo también están vacilando, en caso que tomar el control de las reservas impacte la confianza internacional en el euro y los activos en moneda única. El G-7 está dividido acerca de si confiscar los activos de Rusia, con Japón, que enfrenta reclamos de reparación propios de Corea del Sur y otros vecinos, oponiéndose a la medida. El ministerio del exterior japonés dijo que continuaría discutiendo la cuestión con sus socios del G-7. Las demandas por más reparaciones de la Segunda Guerra Mundial han perseguido a Alemania durante décadas, a veces agriando las relaciones con sus vecinos. Después de la Segunda Guerra Mundial, Berlín pagó a las Potencias Aliadas y luego a la Unión Soviética compensación por la agresión bélica de Alemania. Desde 1952, Alemania también ha dado más de u$s90,000 millones a sobrevivientes del Holocausto y a sus familias, de acuerdo con organizaciones judías. Recientemente han resurgido llamados para más reparaciones. Polonia, a la cual la Alemania nazi invadió y ocupó durante la guerra, ha buscado u$s1,3 billones en compensación de Berlín desde el año 2022, mientras que Grecia desde el 2019 ha pedido más de u$s300,000 millones. Alemania dice que sus pagos iniciales de posguerra, y un tratado de 1990 que ancló las fronteras del país luego de su reunificación, arreglaron la cuestión. La entonces Unión Soviética y Estados Unidos fueron firmantes del tratado: Polonia, Grecia e Italia no estuvieron involucrados. En el 2004, cuando Polonia se unió a la Unión Europea, Berlín aceptó no apoyar los reclamos contra Varsovia de millones de alemanes expulsados y expropiados. Polonia a su vez dio de baja sus reclamos de compensación. Pero el tema ha seguido siendo un irritante. "Cuando hablamos de verdugos, víctimas, castigo, sufrimiento...no sólo demandamos memoria, no sólo la verdad. Demandamos compensación," dijo el entonces primer ministro polaco Mateusz Morawiecki en septiembre, en el 84º aniversario de la invasión de Alemania. Los tribunales en Italia—a la cual los nazis invadieron después que colapsó el régimen fascista de Benito Mussolini en 1943—en los últimos años han otorgado pagos de restitución a familias de víctimas de la ocupación. Algunos tribunales italianos luego intentaron incautar activos estatales alemanes, incluídos bienes raíces en Italia pertenecientes a escuelas e instituciones culturales, históricas y arqueológicas alemanas. Alemania llevó a Italia ante la Corte Internacional de Justicia, o CIJ, donde está pendiente un fallo sobre el tema. Las autoridades italianas se han rehusado a detener los casos, diciendo que infringiría la independencia de los tribunales. Berlín argumenta que el derecho internacional prohíba a los individuos hacer reclamos contra estados en tribunales extranjeros y que los activos estatales son inmunes a la incautación. Violar este principio en el caso de Rusia socavaría la posición legal de largo tiempo de Alemania, dijeron los funcionarios de Berlín. El ministerio del exterior de Rusia ha dicho que confiscar los activos rusos sería "piratería del siglo XXI." Algunos funcionarios rusos han advertido que ellos tomarían represalias. El estado polaco recibió poca compensación después de la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría, sus entonces gobernantes soviéticos transfirieron maquinaria alemana saqueada y barcos en forma de compensación. Alemania más tarde pagó u$s270 millones a reclamantes individuales en Polonia, después de causar la destrucción generalizada del país y dejar entre cinco a seis millones de personas muertas, aproximadamente tres millones de los cuales eran judíos. El gobierno polaco comunista dio de baja sus reclamos de compensación contra su aliado alemán oriental del Pacto de Varsovia en 1953. Pero el tema regresó al tapete después de la caída del Muro de Berlín en 1989. Helmut Kohl, entonces canciller de Alemania, buscó vincular una negación de los reclamos de reparaciones de Polonia con el reconocimiento de las fronteras de posguerra de Polonia, las que incluían porciones de la Alemania de la preguerra. Kohl finalmente se retractó bajo presión internacional e interna. Andreas Rödder, profesor de historia contemporánea en la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz, Alemania, dijo que los reclamos italiano y polaco contra Alemania son válidos—como lo es el rechazo de Berlín a honrarlos plenamente. Pero los sucesivos gobiernos alemanes cometieron un error al asumir un enfoque legalista y negándose a considerar un compromiso, agregó él, llevando a que el problema se encone. “Alemania estaba cómoda en su presunción errónea que el problema había sido resuelto y evitó deliberadamente la cuestión durante décadas, así que no debería sorprenderle que Polonia y Grecia ahora digan que tienen cuestiones no terminadas," dijo Rödder. Alemania también argumenta que los activos rusos deberían ser dejados intactos para usarlos como influencia en cualquier conversación para terminar la guerra e inducir a Rusia a ceder algo del territorio ucraniano que ocupa. Slawomir Debski, director de Pism, una think tank, dijo que otra motivación para el rechazo de Berlín a incautar los activos rusos podría ser que protege de las represalias a las empresas alemanas que todavía están operando allí. El grupo Abandonen Rusia, que hace campaña para que las empresas occidentales salgan del mercado ruso, dice que 272 empresas alemanas todavía operan allí. Dentro del G-7, un compromiso complicado puede estar empezando a surgir. Estados Unidos ha propuesto que el grupo aproveche 10 años de lucro—esencialmente pagos de intereses sobre activos maduros—de los fondos congelados. Ese dinero actuaría como colateral para un bono emitido por medio de un vehículo de propósito especial establecido por el G-7 para recaudar dinero para Ucrania. Los países del G-7 garantizarían la deuda. Los europeos tienen su propio plan para usar el interés generado por los activos rusos congelados para pagar por armas y reconstrucción para Ucrania. Eso es probable que siga adelante pronto, aunque, los funcionarios de la UE dicen que Europa podría unirse al plan estadounidense en el 2025. Las discusiones están todavía en una etapa temprana. El Presidente Biden esta semana firmó en ley legislación que autoriza a su administración a requisar activos soberanos rusos bajo jurisdicción estadounidense. Estados Unidos tiene u$s5,000 a u$s6,000 millones de activos rusos, dicen funcionarios del Congreso. “Estamos buscando una serie de posibilidades abarcando desde incautar de hecho los activos a usarlos como colaterales," dijo la semana pasada la secretaria del tesoro, Janet Yellen. Estados Unidos argumenta que en virtud del derecho internacional, los países pueden tomar medidas que de otra manera serían ilegales contra un país que está violando sus obligaciones internacionales. Si bien abogados y elaboradores de políticas dicen que la invasión rusa de Ucrania parece ajustarse al principio, hay discrepancias sobre si cualquier país aparte de Ucrania está titulado para aplicar las contramedidas. Inicialmente, a los funcionarios estadounidenses también les preocupaba que confiscar los activos rusos podría salir mal contra Washington y aliados tales como Israel. Estados Unidos desde entonces ha argumentado que sólo los países afectados de forma directa, tales como los principales partidarios de Ucrania, cuya seguridad es amenazada y que están pagando por algo de la defensa de Kiev, estarían titulados a confiscar los activos. Bart Szewczyk, un asociado en la firma legal estadounidense Covington, quien anteriormente asesoró a la Comisión Europea y trabajó en la Corte Internacional de Justicia, dijo que las inquietudes de Berlín acerca de sentar un precedente para casos de reparaciones eran injustificadas. “La lógica detrás de las contramedidas claramente se aplica sólo a las violaciones actuales y en curso del derecho internacional, en lugar de las que ocurrieron hace 80 años," dijo él. El canciller alemán Olaf Scholz, un jurista que una vez dirigió su propia firma legal, no está dispuesto a asumir el riesgo, de acuerdo con funcionarios alemanes. Uno de los funcionarios dijo que la medida podría abrir otras capitales europeas a reclamos por esclavitud y colonialismo.

 EL PASADO NAZI DE ALEMANIA ACECHA A LA INICIATIVA PARA APODERARSE DE LOS ACTIVOS RUSOS

Berlín ha surgido como un opositor a los planes de apoderarse de los fondos congelados del Kremlin para la reconstrucción y apoyo militar a Ucrania.

Por Bojan Pancevski y Laurence Norman
Abril 28, 2024
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
BERLIN—El espectro de la Segunda Guerra Mundial está acechando los intentos occidentales por apoderarse de los activos rusos y canalizarlos a la defensa de Ucrania contra Moscú.
Berlín ha surgido como uno de los opositores más feroces del impulso liderado por Estados Unidos para requisar algo de los casi u$s300,000 millones de activos del banco central ruso que fueron congelados en el inicio de la guerra contra Ucrania. Alemania teme que requisar, en lugar de congelar, los fondos, podría crear un precedente e inspirar nuevos reclamos contra ellos por crímenes de la época de la Segunda Guerra Mundial.
Los recelos arriesgan la suerte de la iniciativa. Estados y Reino Unido dicen que su éxito es crucial para una victoria ucraniana, pero hay pocas chances de progreso sin apoyo europeo más amplio. Los fondos, muchas veces el tamaño del paquete de ayuda estadounidense de u$s61,000 millones aprobado recientemente para Ucrania, reforzarían a las fuerzas armadas padecientes de Ucrania y para ayudar a reconstruir el país.
Dos tercios del dinero ruso en juego están en cámaras de compensación en Europa y, a dos años dentro de la guerra, Alemania tan sólo acaba de respaldar usar los lucros inesperados para financiar las armas ucranianas. París, Roma y el Banco Central Europeo también están vacilando, en caso que tomar el control de las reservas impacte la confianza internacional en el euro y los activos en moneda única.
El G-7 está dividido acerca de si confiscar los activos de Rusia, con Japón, que enfrenta reclamos de reparación propios de Corea del Sur y otros vecinos, oponiéndose a la medida. El ministerio del exterior japonés dijo que continuaría discutiendo la cuestión con sus socios del G-7.
Las demandas por más reparaciones de la Segunda Guerra Mundial han perseguido a Alemania durante décadas, a veces agriando las relaciones con sus vecinos. Después de la Segunda Guerra Mundial, Berlín pagó a las Potencias Aliadas y luego a la Unión Soviética compensación por la agresión bélica de Alemania. Desde 1952, Alemania también ha dado más de u$s90,000 millones a sobrevivientes del Holocausto y a sus familias, de acuerdo con organizaciones judías.
Recientemente han resurgido llamados para más reparaciones. Polonia, a la cual la Alemania nazi invadió y ocupó durante la guerra, ha buscado u$s1,3 billones en compensación de Berlín desde el año 2022, mientras que Grecia desde el 2019 ha pedido más de u$s300,000 millones.
Alemania dice que sus pagos iniciales de posguerra, y un tratado de 1990 que ancló las fronteras del país luego de su reunificación, arreglaron la cuestión. La entonces Unión Soviética y Estados Unidos fueron firmantes del tratado: Polonia, Grecia e Italia no estuvieron involucrados.
En el 2004, cuando Polonia se unió a la Unión Europea, Berlín aceptó no apoyar los reclamos contra Varsovia de millones de alemanes expulsados y expropiados. Polonia a su vez dio de baja sus reclamos de compensación. Pero el tema ha seguido siendo un irritante.
"Cuando hablamos de verdugos, víctimas, castigo, sufrimiento...no sólo demandamos memoria, no sólo la verdad. Demandamos compensación," dijo el entonces primer ministro polaco Mateusz Morawiecki en septiembre, en el 84º aniversario de la invasión de Alemania.
Los tribunales en Italiaa la cual los nazis invadieron después que colapsó el régimen fascista de Benito Mussolini en 1943en los últimos años han otorgado pagos de restitución a familias de víctimas de la ocupación. Algunos tribunales italianos luego intentaron incautar activos estatales alemanes, incluídos bienes raíces en Italia pertenecientes a escuelas e instituciones culturales, históricas y arqueológicas alemanas.
Alemania llevó a Italia ante la Corte Internacional de Justicia, o CIJ, donde está pendiente un fallo sobre el tema. Las autoridades italianas se han rehusado a detener los casos, diciendo que infringiría la independencia de los tribunales.
Berlín argumenta que el derecho internacional prohíba a los  individuos hacer reclamos contra estados en tribunales extranjeros y que los activos estatales son inmunes a la incautación. Violar este principio en el caso de Rusia socavaría la posición legal de largo tiempo de Alemania, dijeron los funcionarios de Berlín.
El ministerio del exterior de Rusia ha dicho que confiscar los activos rusos sería "piratería del siglo XXI." Algunos funcionarios rusos han advertido que ellos tomarían represalias.
El estado polaco recibió poca compensación después de la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría, sus entonces gobernantes soviéticos transfirieron maquinaria alemana saqueada y barcos en forma de compensación. Alemania más tarde pagó u$s270 millones a reclamantes individuales en Polonia, después de causar la destrucción generalizada del país y dejar entre cinco a seis millones de personas muertas, aproximadamente tres millones de los cuales eran judíos.
El gobierno polaco comunista dio de baja sus reclamos de compensación contra su aliado alemán oriental del Pacto de Varsovia en 1953. Pero el tema regresó al tapete después de la caída del Muro de Berlín en 1989. Helmut Kohl, entonces canciller de Alemania, buscó vincular una negación de los reclamos de reparaciones de Polonia con el reconocimiento de las fronteras de posguerra de Polonia, las que incluían porciones de la Alemania de la preguerra. Kohl finalmente se retractó bajo presión internacional e interna.
Andreas Rödder, profesor de historia contemporánea en la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz, Alemania, dijo que los reclamos italiano y polaco contra Alemania son válidoscomo lo es el rechazo de Berlín a honrarlos plenamente. Pero los sucesivos gobiernos alemanes cometieron un error al asumir un enfoque legalista y negándose a considerar un compromiso, agregó él, llevando a que el problema se encone.
“Alemania estaba cómoda en su presunción errónea que el problema había sido resuelto y evitó deliberadamente la cuestión durante décadas, así que no debería sorprenderle que Polonia y Grecia ahora digan que tienen cuestiones no terminadas," dijo Rödder.
Alemania también argumenta que los activos rusos deberían ser dejados intactos para usarlos como influencia en cualquier conversación para terminar la guerra e inducir a Rusia a ceder algo del territorio ucraniano que ocupa.
Slawomir Debski, director de Pism, una think tank, dijo que otra motivación para el rechazo de Berlín a incautar los activos rusos podría ser que protege de las represalias a las empresas alemanas que todavía están operando allí. El grupo Abandonen Rusia, que hace campaña para que las empresas occidentales salgan del mercado ruso, dice que 272 empresas alemanas todavía operan allí.
Dentro del G-7, un compromiso complicado puede estar empezando a surgir. Estados Unidos ha propuesto que el grupo aproveche 10 años de lucroesencialmente pagos de intereses sobre activos madurosde los fondos congelados. Ese dinero actuaría como colateral para un bono emitido por medio de un vehículo de propósito especial establecido por el G-7 para recaudar dinero para Ucrania. Los países del G-7 garantizarían la deuda.
Los europeos tienen su propio plan para usar el interés generado por los activos rusos congelados para pagar por armas y reconstrucción para Ucrania. Eso es probable que siga adelante pronto, aunque, los funcionarios de la UE dicen que Europa podría unirse al plan estadounidense en el 2025. Las discusiones están todavía en una etapa temprana.
El Presidente Biden esta semana firmó en ley legislación que autoriza a su administración a requisar activos soberanos rusos bajo jurisdicción estadounidense. Estados Unidos tiene u$s5,000 a u$s6,000 millones de activos rusos, dicen funcionarios del Congreso.
“Estamos buscando una serie de posibilidades abarcando desde incautar de hecho los activos a usarlos como colaterales," dijo la semana pasada la secretaria del tesoro, Janet Yellen.
Estados Unidos argumenta que en virtud del derecho internacional, los países pueden tomar medidas que de otra manera serían ilegales contra un país que está violando sus obligaciones internacionales. Si bien abogados y elaboradores de políticas dicen que la invasión rusa de Ucrania parece ajustarse al principio, hay discrepancias sobre si cualquier país aparte de Ucrania está titulado para aplicar las contramedidas.
Inicialmente, a los funcionarios estadounidenses también les preocupaba que confiscar los activos rusos podría salir mal contra Washington y aliados tales como Israel. Estados Unidos desde entonces ha argumentado que sólo los países afectados de forma directa, tales como los principales partidarios de Ucrania, cuya seguridad es amenazada y que están pagando por algo de la defensa de Kiev, estarían titulados a confiscar los activos.
Bart Szewczyk, un asociado en la firma legal estadounidense Covington, quien anteriormente asesoró a la Comisión Europea y trabajó en la Corte Internacional de Justicia, dijo que las inquietudes de Berlín acerca de sentar un precedente para casos de reparaciones eran injustificadas.
“La lógica detrás de las contramedidas claramente se aplica sólo a las violaciones actuales y en curso del derecho internacional, en lugar de las que ocurrieron hace 80 años," dijo él.
El canciller alemán Olaf Scholz, un jurista que una vez dirigió su propia firma legal, no está dispuesto a asumir el riesgo, de acuerdo con funcionarios alemanes. Uno de los funcionarios dijo que la medida podría abrir otras capitales europeas a reclamos por esclavitud y colonialismo.

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