domingo, 24 de noviembre de 2024

del JERUSALEM POST

 DESDE AMSTERDAM A LOS EMIRATOS ARABES UNIDOS: PROTEGER A LOS QUE SALVAGUARDAN LA VIDA JUDIA

Emisarios como el Rabino Zvi Kogan, quien ha desaparecido en Dubai en un presunto ataque terrorista, se encuentran en las líneas del frente de la continuidad judía y deben ser protegidos.

Por Zvika Klein
Noviembre 23, 2024
traducido por Marcela Lubczanski
"Cuando construyas una nueva casa, harás un parapeto para tu terraza, para que no traigas sangre sobre tu casa si alguien cae de él." (Deuteronomio 22:8)

El mandamiento de la Torah de construir un parapeto no es sólo un consejo antiguo de construcción—es un imperativo moral, un mandato para garantizar la seguridad en todos los aspectos de la vida. Es como si el texto está llamándonos a través de los milenios: cuida tus espacios, protege a tu gente. ¿Pero qué sucede cuando las terrazas son vigiladas, pero los constructores mismos están desprotegidos? ¿Qué sucede cuando los pilares de nuestras comunidades—los rabinos, maestros, y los emisarios—quedan vulnerables ante amenazas que trascienden las fronteras?

Esta semana, nos vimos obligados a confrontar estas preguntas de forma escalofriante.

El Rabino Zvi Kogan era una figura conocida en las calles de Dubai. El emisario de Jabad nacido en Israel, que una vez se desempeñó en las FDI y más tarde dirigió un supermercado, era conocido por su calidez y resiliencia. Sus días pasaban saludando a los turistas judíos en el restorán kosher, organizando clases de Torah, ofreciendo consuelo a los residentes del Golfo que navegan la vida judía lejos de casa. El era más que un rabino; era el corazón de una comunidad judía en ciernes.

La desaparición de Kogan el jueves envió ondas de choque a través del mundo judío. Su coche fue hallado abandonado a una hora fuera de Dubai, y los informes sugieren que agentes iraníes pueden haber estado involucrados. Los sospechosos han huído a Turquía. Por ahora no sabemos adónde está—o qué le sucedió. Pero sabemos esto: los emisarios como Kogan, el alma de las comunidades judías globales, están cada vez más en peligro.

Esta guerra no es sólo contra Israel. Es contra los judíos y los valores judíos. Y está sucediendo en todas partes.

De Dubai a Amsterdam: judíos bajo ataque
La desaparición de Kogan llega sobre los talones de otros eventos escalofriantes. Anteriormente este mes, en Amsterdam, aficionados judíos de Maccabi Tel Aviv FC fueron emboscados y golpeados por turbas pro-palestinas en lo que sólo puede ser descripto como un pogrom premeditado. Los videos mostraron hombres siendo arrojados a los canales, cortados con cuchillos, y escupidos. “Fuimos emboscados,” contó un hincha a Maariv. Otro dijo, “La policía nos abandonó.”

En Crown Heights, un ataque con cuchillo sacudió al vecindario centrado en Jabad. Y en Chicago, un hombre judío en su camino a la sinagoga fue tiroteado por un atacante que gritó Alau Akbar. Estos incidentes, lejos de ser aislados, forman una tendencia preocupante: ser visiblemente judío es un riesgo.

El principio judío de pikuaj nefesh—salvar una vida—nunca se ha sentido más urgente. "Quien sea que salva una vida, es como si salvara al mundo entero" (Mishnah Sanhedrin 4:5) no es sólo una enseñanza sino un llamado convocante. Proteger las vidas de los líderes, emisarios y comunidades judíos no es opcional; es nuestra obligación colectiva.

Como advirtió Ze’ev Jabotinsky, “El pueblo judío debe estar en guardia sobre su seguridad y protección. Nadie más lo hará por nosotros.” Su visión de auto-dependencia judía resuena mientras enfrentamos amenazas crecientes en un mundo cada vez más hostil.

Una batalla por el alma del pueblo judío
Emisarios como Kogan se encuentran en las líneas del frente de a continuidad judía. Ellos son los cuidadores de la tradición, los constructores de comunidad. Ellos representan no sólo la identidad judía sino su supervivencia. Y eso los convierte en objetivos.

Ronald S. Lauder, presidente del Consejo Judío Mundial, hace poco instó a los gobiernos nórdicos a realzar la seguridad para las instituciones judías, llamándola una "batalla de valores y civilizaciones." Sus palabras resuenan globalmente. Si los rabinos de Jabad están desapareciendo en Dubai y los judíos están siendo golpeados en Amsterdam, ¿adónde es seguro ser judío?

En Washington, sinagogas como Kesher Israel han aumentado la seguridad antes de las Altas Fiestas. Rusty Rosenthal, director de seguridad en la Jewish Federation of Greater Washington, lo llamó “el Super Bowl judío” de la preparación de seguridad. Detectores de metal, guardias armados, y entrenamiento de conciencia situacional son ahora la norma. “No queremos perder lo que nos hace especiales—ser cálidos y acogedores,” dijo un director de una sinagoga. Pero este equilibrio se está volviendo más difícil de lograr.


¿Qué sigue?
La desaparición de Kogan es una señal de alerta. Nos recuerda que los líderes e instituciones judías están en la línea del frente de esta lucha, a menudo desprotegidos y vulnerables. Los gobiernos deben actuar de forma decisiva. Las comunidades deben estar vigilantes. Y las organizaciones judías deben priorizar la seguridad—no sólo como una reacción sino como un estado constante de preparación.

Como dijo Theodor Herzl, “Es cierto que nuestro pueblo necesita protección y apoyo, pero por sobre todo necesita empezar a defenderse." Sus palabras y la visión de Jabotinsky se encuentran como un llamado a la acción: para proteger a los que protegen la vida judía, donde sea que puedan estar.

Esto no se trata sólo sobre seguridad. Se trata de la supervivencia. Se trata de los valores y resiliencia que definen quienes somos como judíos. No podemos permitirnos desfallecer. Kogan—y todos los que se encuentran en las líneas del frente de la vida judía—no merecen nada menos.

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