¿POR QUE LOS ISRAELIES SON TAN FELICES?
En un mundo de alienación globalizada, los israelíes laicos y religiosos por igual permanecen orgullosamente conectados con su historia como un pueblo, a través de rituales tan antiguos como el Seder de Pesaj y tan nuevos como las cartas que escriben los soldados antes de ir a la batalla
Por Natan Sharansky y Gil Troy
Abril 9, 2025
traducida por Marcela Lubczanski
Los números están ahí: Israel es un lugar feliz. A pesar de enfrentar constantemente enemigos feroces y soportar un año y medio de combate sostenido y funerales, Israel clasifica en los primeros 10 países con los niveles más altos de felicidad, de acuerdo con el recientemente publicado Informe Mundial de Felicidad 2025. En el Nº8, Israel contrasta de forma aguda con otros países devastados por la guerra que son muy razonablemente miserables: Ucrania está en el puesto 111, y Líbano, que abrió un segundo frente contra Israel en octubre del 2023, es el tercero desde abajo, en el puesto 145. Incluso naciones occidentales avanzadas tales como Gran Bretaña y Estados Unidos, en los puestos 23 y 24, respectivamente, tienen una brecha de felicidad con Israel. ¿A qué se debe?
Un dato iluminador aunque contradictorio es que, desde el 7 de octubre del 2023, los israelíes se han apresurado a tener bebés. Las explosiones en los nacimientos ocurren a menudo en períodos de posguerra, no en medio de una. Pero los israelíes han seguido afirmando la vida aun mientras lloraban más de 1,700 muertos. En casi tres bebés por mujer, Israel ya tiene la tasa de nacimientos principal entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)—un foro de 37 democracias con economía basada en el mercado—y en los meses finales del 2024, vio un incremento estimado del 10% en los nacimientos.
Otra estadística destacable explica el optimismo israelí. El 12 de abril, el 96% de los judíos israelíes participará en el ritual más antiguo en curso en el mundo occidental: el Seder de Pesaj, celebrando el éxodo de Egipto hace tres milenios. Pocas democracias, si es que alguna, igualan estas tasas de participación. Aunque el 88% de los estadounidenses disfrutan del pavo en el Día de Acción de Gracias el ritual que rodea esa comida es menos elaborado y generalmente mucho más corto. Los seders a menudo tienen horas de duración, son recreaciones ritualizadas de la huída de Egipto, un reflejo de cómo viven los judíos dentro de su historia—y con su historia. Rezos, canciones, comida, y otros rituales invitan a los judíos a verse como habiendo sido redimidos personalmente.
La mayoría de los optimistas están impulsados por una misión. Sintiendo un sentido de pertenencia, ellos progresan confiadamente hacia objetivos que valen la pena. Y como observó el historiador británico que más libros vende, Paul Johnson, quien escribió historias de los judíos, la Cristiandad, y el pueblo estadounidense, "Ningún pueblo ha insistido jamás más firmemente que los judíos en que la historia tiene un propósito y la humanidad un destino.” A pesar de las profundas divisiones políticas, los israelíes permanecen unidos culturalmente. Apreciar a la familia, a la comunidad, al país, y la historia forma su fe en el futuro.
Los israelíes sienten que son parte de la historia de Israel y de la historia judía. Con tanto por lo que vivir, ellos saben también por lo que están dispuestos a morir.
En las democracias, mientras tanto, la felicidad tiende a evocar nociones de paz, serenidad, y la búsqueda de la felicidad personal de uno. En lugar de cantar su himno nacional orgullosamente, los occidentales aspirantes a universalistas sueñan con el paraíso de "Imagine" de John Lennon, donde no hay cielo, ni infierno, y ningún país. Nosotros “no tenemos nada por lo que matar o morir, y ninguna religión tampoco.” Todos están tan sólo "viviendo para el hoy … aha aaa.”
Desafortunadamente, vivir en el momento a menudo despoja de significado esos momentos. Pocas personas eligen volverse padres en esta utopía feliz, enérgica, sin fronteras, autocomplaciente. La tasa de nacimientos estadounidenses en el 2023 fue la más baja en 40 años en 1.7 nacimientos por mujer. La tasa de nacimientos promedio de los países de a OCDE se ha desplomado a 1.5 desde 1960, cuando un Occidente más tradicional, religioso, y patriótico tuvo una tasa de nacimientos de 3.3. Los que subcampeones de hoy en la tasa de nacimientos de Israel de 2.9 en la OCDE son México y Francia, en 1.8. Aunque las mujeres ultraortodoxas y árabes impulsan la tasa de Israel, las mujeres judías laicas promedian una cifra alta de dos hijos por mujer.
Mientras que el optimismo fue siempre sinónimo de Estados Unidos de América, hoy una epidemia de desesperación aflige a los estadounidenses jóvenes especialmente, y al Occidente más generalmente. De acuerdo con un análisis del Financial Times de datos de Gallup del 2023-2024, la juventud estadounidense está entre las más pesimistas de los países de la OCDE. En el 2023, la demógrafa Karen Guzzo explicó que la gran explosión en bebés estadounidenses puede ser atribuida a “tensiones económicas, inestabilidad laboral, polarización política, préstamos estudiantiles, acceso a cuidados de salud, cambio climático, y conflictos globales.”
Además, demasiados estadounidenses jóvenes parecen haber perdido el orgullo en su nación y su historia, aun cuando es una de las mayores épicas de la historia mundial—una historia de pioneros e inmigrantes reunidos para lanzar una empresa civilizacional alimentada por la vida, la libertad, y la búsqueda de felicidad. Estos jóvenes estadounidenses han sido sometidos a una campaña de desmoralización, ya sea por medio de los maestros de escuela izquierdistas o la junta de la Asociación Histórica Estadounidense, quienes han promovido lo que podría ser nombrado como “historicidio”—matar su propia historia—y han enfatizado los pecados "sistémicos" de Estados Unidos en lugar del bien por el que Estados Unidos ha sido responsable.
En contraste, los israelíes sienten que son parte de la historia de Israel y la historia judía, la de un pueblo orgulloso tratando de mejorar lo mejor en el mundo mientras lo mejoran. Después de superar repetidamente la opresión, ellos han regresado a su patria para vivir libremente—y felizmente. Las escuelas israelíes asignan repetidamente a los estudiantes proyectos de shorashim, "raíces." Estas exploraciones de los árboles familiares, incluso en la secundaria, generalmente culminan celebrando los orígenes étnicos, cocinas y viajes sionistas diferentes de los padres o abuelos, impulsando a todos hacia delante juntos.
Con tanto por lo que vivir, los israelíes saben por lo que están dispuestos a morir también. En la víspera de a batalla, muchos soldados escriben cartas de despedida para que sean leídas en caso que mueran. Habiendo enterrado a más de 1,000 soldados desde el 7 de octubre, los israelíes han apreciado estos mensajes por parte de los soldados caídos afirmando su motivación para luchar y su voluntad de sacrificar todo por este país que les imbuyó, como individuos, una identidad particular—pasada, presente y futura.
Sin dudas, las guerras inspiran patriotismo. Pero destacablemente, los rituales de duelo israelíes honran a cada soldado como un eslabón crucial en la cadena antigua-nueva de los judíos. La mayoría de los funerales son masivos y de horas de duración. Los conciudadanos a menudo llenan las calles por millas mientras los padres dolientes dejan su casa para soportar los peores momentos de sus vidas. Las shivás—siete días de duelo—son tan concurridas, la mayoría de los dolientes reciben a los que van a darles consuelo en tiendas, que tienen heladeras sobrecargadas con alimentos y bebidas donados. Al cabo de días, la familia anuncia algún monumento vivo reflejando los valores de su ser amado o continuando la misión de su vida. La comunidad entonces inicia sus propios actos honrando a los guerreros caídos: apoyando a una nueva escuela en el desierto para jóvenes en riesgo, un album de hip-hop de las canciones del soldado, una competencia nacional en un deporte amado, y así. Creando una cultura constructiva de recuerdo, no un culto nihilista a la muerte, los israelíes integran la vida que fue terminada de forma prematura en una historia eterna que se remonta a milenios y que el reestablecimiento de Israel revigorizó en 1948.
Citas de las cartas de soldados muertos en acción adornan las pegatinas de los coches a lo largo de Israel. Es cierto que tener enemigos crueles, y poder reconocer la amenaza que ellos presentan, proporciona claridad moral. Pero las cartas desgarradoras van más allá. Los soldados, incluidos los reservistas, quienes se presentaron como voluntarios para el deber del combate, afirman su misión de defender a Israel y al mundo contra Hamas, Hezbola, y el flagelo terrorista. Un padre de cuatro hijos, de 35 años de edad, el Sargento Primero (res.) Elkana Vizel, escribió en una carta recuperada con su cuerpo, "Estamos escribiendo los instantes más significativos en la historia de nuestro pueblo y del mundo entero... Sigan eligiendo la vida todo el tiempo—una vida de amor, esperanza, pureza y optimismo." El Sargento Mayor (res.) Ben Zussman, de 22 años, un vecino jerusalemitano, escribió una carta, mientras se apresuraba hacia Gaza, que los amigos pasaron a sus padres después que resultara muerto en combate allí. "Estoy feliz y agradecido por el privilegio que tengo de defender nuestro hermoso país y a Am Israel [el pueblo de Israel]," escribió. "Incluso si algo me sucede no les permito hundirse en el dolor," demandó él, insistiendo en que su madre haga sus galletas especiales y que la semana de duelo fluya con carne junto con "cervezas, bebidas dulces, nueces, té." "Tuve el privilegio de cumplir mi sueño y mi misión."
En el Gulag, los prisioneros con identidades robustas, nacionales y/o reigiosas, eran los compañeros más fuertes en la lucha diaria contra los carceleros soviéticos. Los conectados con comunidades que los esperaban de regreso en casa se sentían responsables y veían sus acciones como parte de una cadena histórica.
El optimismo histórico de Israel prueba que la identidad es construida a través de historias y valores compartidos, no de agendas políticas y quejas rivales. Cuando se alimenta minuciosamente, la identidad grupal no compromete nuestra libertad; realza nuestro viaje, llenando nuestras vidas libres y prósperas con los sonidos de otros, inspirados por las ideas de nuestros ancestros.
El Occidente necesita buen tribalismo: Un compromiso saludable con la comunidad, conexión, y la historia nos da anclaje. Nos motiva a defendernos cuando es necesario, mientras nos inspira siempre a construir un mundo mejor. Esa es la esencia del Sionismo de la mayoría de los israelíes, al cual muchos sólo llaman patriotismo. Y esa es la esencia del mensaje del seder de Pesaj, también.
Natan Sharansky, un ex disidente soviético y político israelí, es presidente de las juntas asesoras del Combat Antisemitism Movement y del Institute for the Study of Global Antisemitism and Policy. Gil Troy es el autor de nueve libros sobre la presidencia estadounidense y seis libros sobre el Sionismo.
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