martes, 23 de agosto de 2011

Libia: ¿fin de una dictadura y comienzo de otra?

HORIZONTE WEB


por: Maximiliano Borches (Desde Buenos Aires)

Al momento de escribir este artículo, los combates en las calles de Trípoli se tornaban más intensos. Varias son las versiones, pero lo cierto es que el régimen de Mohamad Al-Khadafi, inevitablemente, está llegando a su fin tras 42 años en el poder. No cabe duda que tanto Khadafi en Libia, como Bashar Al-Asad en Siria, y otros dictadores del mundo árabe/musulmán, deberán dar explicaciones a sus pueblos, primero, y al mundo después, sobre crímenes cometidos y abusos de poder; pero deberán ser las organizaciones libres de estos pueblos quienes se pongan a la cabeza de los cambios políticos, y no sectores privilegiados de estas sociedades, al servicio de intereses foráneos; sino, inevitablemente, una dictadura suplantará a otra.


"La experiencia enseña que únicamente los príncipes que poseen ejércitos propios y las repúblicas que gozan del mismo beneficios, triunfan con facilidad, en tanto que los príncipes y las repúblicas que se apoyan sobre ejércitos mercenarios, no experimentan más que reveses".
(N. Maquiavelo, "El Príncipe", Cap. XII)


Tras 42 años en el poder, el régimen de Muhamad Al-Khadafi empieza a transformarse en la sombra de lo que fue, mientras el ruido de su caída enluta a sus seguidores y exalta a sus detractores. Con el correr de las horas, el rugido del viejo león libio es enterrado en la arena, y repercute como un movimiento sísmico en las entrañas del desierto.

Al momento de escribir este artículo, los combates en las calles de Trípoli -capital de Libia- se tornaban más intensos. Varias son las versiones, pero lo cierto es que el régimen de Mohamad Al-Khadafi, inevitablemente, está llegando a su fin tras 42 años en el poder. De hecho, el propio presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, interrumpió sus vacaciones en el exclusivísimo Martha´s Vineyards de Massachusetts, para brindar al mundo un discurso con más intención proselitista (el año que viene habrá elecciones presidenciales en aquel país del norte de América), que de estadista político, donde en varias oportunidades repitió que "El régimen de Khadafi está terminado y el futuro de Libia pertenece al pueblo." Independientemente de la intención megalómana y falaz, por parte de Obama y sus aliados de la OTAN, de intentar presentarse como los "salvadores de los pueblos oprimidos" (sólo basta nombrar los apoyos de éstos países a la totalidad de las dictaduras latinoamericanas o la superexplotación de diversas colonias alrededor del planeta, por parte de las potencias europeas, para cumplir con el único requisito de enriquecerse y potenciarse) lo que no hay que perder de vista, es que a nivel doméstico, en Libia, una vez concretada la caída de Khadafi y la toma del poder por parte del Consejo de Transición Libio (CNT), cuyo presidente, Mustafá Abdelajil (Ex Minsitro de Justicia de Khadafi), mantiene importantes diferencias con algunos de los pocos cuadros militares que lo acompañan en esta cruzada apoyada por algunas potencias occidentales, las diferencias internas, sin lugar a dudas, se van a agudizar y desde entonces Libia -al igual de lo que sucede en Irak desde el 2003- va a entrar en un largo y sangriento período de guerra civil, mientras que su petróleo (cuyas reservas están valuadas en torno a los 4 trillones de dólares, según datos de la OPEP) comenzará a ser explotado por diversas multinacionales europeas y estadounidenses, que pagarán menos regalías al Estado libio, o que pagarán con armas, aprovechando y fomentando la segunda etapa de la lucha fratricida, que también servirá -en términos políticos- para disciplinar a los pueblos norafricanos, en primera instancia, y al mundo árabe en general, por si se les llega a ocurrir, mediante la victoria de sus diversas revueltas, alejar las ganancias de sus riquezas nacionales, que hoy más que nunca, necesitan las alicaídas economías estadounidense y europeas.
En tanto, el vocero del Gobierno libio, Mussa Ibrahim, anunció que cerca dos mil personas murieron en los últimos dos días durante los ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Trípoli. Además, Mussa afirmó que la situación es dramática, muy complicada, y que los hospitales están desbordados.

Sólo el pueblo, salvará al pueblo

Sin lugar a dudas, Muhamad Al- Kadhafi, al igual que su par de Siria, Bashar Al-Asad, y otros dictadores del mundo árabe/musulmán, deberán responder ante sus pueblos, primero, y ante el mundo después, por sus crímenes y excesos de poder; pero sólo las organizaciones libres de sus pueblos, constituidas y direccionadas tras un objetivo soberano, independiente y libre de intereses foráneos, podrán contar con la legitimidad necesaria para profundizar un cambio democrático en sus sociedades, que sea capaz de incluir a las mayorías, y no, la acción de mercenarios al servicio de los intereses de potencias extranjeras, que sólo buscan legitimar su interés individual, de casta o de clase, para perpetuarse en el poder, y recrear nuevas dictaduras.

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