martes, 26 de enero de 2016

**Para Caminar**

Te he acompañado hasta donde termina el pueblo. El pueblo que tu naciste, que
te criaste y hoy hombre, decides abandonar, buscando un ruta que te lleve al
futuro y que tu, sólo, podrás manejar.
Como verás, hay dos caminos, uno es el difícil, el otro, llamado el fácil. Y tu
tendrás que elegir.
Por el camino difícil, nada te faltará, pero tendrás que trabajar de sol a sol, o
algo más. Será una lucha, de horas y horas, de meses o quizás de años, pero tu
recompensa tendrás. Tu sudor, que orgulloso ostentarás, tendrá el gusto de la miel, que se consigue con trabajo, dedicación y respetando los tiempos, que la
naturaleza dictó.
Por el camino fácil, muy transitado, desde ya, por aquellos que lo tomaron y
regresaron, al poco tiempo, acompañados por la derrota, que no los quiso abandonar y los trajo de regreso, derrotados, al final.
Hijo mío: Te he criado, para el camino difícil y te he enseñado a manejar las
herramientas, para que sepas usar. Por este camino, conocerás, una vida digna
de alcanzar, sin desmallar y tu recompensa en pocos años lo notarás. Volverás al
pueblo, de la manera que te vas, la frente en alto, tus manos limpias, tu mente fresca y lista para aprender, que no hay mejor senda, que la senda del bien.
Si tomas el camino difícil, notarás que no tiene huellas, las huellas las harán tus
píes y cuando regreses, si lo mereces, como milagro verás que tus huellas están
intactas. Si están borradas, por las mismas no podrás volver.
¡ Ve hijo y has el camino, demostrando quien eres, tus pasos estarán frescos para
que puedas volver ¡

Mario Beer-Sheva

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