**Para Caminar**
Te he acompañado hasta donde
termina el pueblo. El pueblo que tu naciste, que
te criaste y hoy hombre,
decides abandonar, buscando un ruta que te lleve al
futuro y que tu, sólo, podrás
manejar.
Como verás, hay dos caminos,
uno es el difícil, el otro, llamado el fácil. Y tu
tendrás que elegir.
Por el camino difícil, nada te
faltará, pero tendrás que trabajar de sol a sol, o
algo más. Será una lucha, de
horas y horas, de meses o quizás de años, pero tu
recompensa tendrás. Tu sudor,
que orgulloso ostentarás, tendrá el gusto de la miel, que se consigue con
trabajo, dedicación y respetando los tiempos, que la
naturaleza dictó.
Por el camino fácil, muy
transitado, desde ya, por aquellos que lo tomaron y
regresaron, al poco tiempo,
acompañados por la derrota, que no los quiso abandonar y los trajo de regreso,
derrotados, al final.
Hijo mío: Te he criado, para el
camino difícil y te he enseñado a manejar las
herramientas, para que sepas
usar. Por este camino, conocerás, una vida digna
de alcanzar, sin desmallar y tu
recompensa en pocos años lo notarás. Volverás al
pueblo, de la manera que te
vas, la frente en alto, tus manos limpias, tu mente fresca y lista para
aprender, que no hay mejor senda, que la senda del bien.
Si tomas el camino difícil,
notarás que no tiene huellas, las huellas las harán tus
píes y cuando regreses, si lo
mereces, como milagro verás que tus huellas están
intactas. Si están borradas,
por las mismas no podrás volver.
¡ Ve hijo y has el camino,
demostrando quien eres, tus pasos estarán frescos para
que puedas volver ¡
Mario Beer-Sheva
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