Tu Cuerpo**
Quiero tu cuerpo que huele a deseo, quiero tus ojos que
hablan
de amor, quiero tus manos que acarician y curan heridas de
antiguos amores, quiero tu pelo que juegan en mis dedos,
quiero
tus brazos que abrigan mi cuerpo como un escudo de protección.
Quiero tu voz que susurran en mis oídos o gimen de pasión,
quiero
tu boca sobre la mía calmando la sed que nos embarga a los
dos.
¡No tengo tu cuerpo, solo recuerdos de mi imaginación!
Si nada es el valor de mi vida: ¿para qué existir?
Tu fuiste el ancla que me mantuvo en la tierra y que como un
globo,
que se desprenden de sus amarras echando el lastre por la
borda, me
perdí en el infinito cielo sin conocer destino sin saber de
razón.
Pero de tu cuerpo nunca me olvidé, porque el era el destino,
era el placer,
de vivir el momento de soñar con el futuro de creer que
siempre estaría
a mi lado para disfrute de los dos.
Hoy que me falta tu cuerpo, como un castigo sueño con él, y
me pregunto
cuanto tiempo durará esta pesadilla de esperar algo que creí
que fuera
mío y al perderte, desperté del sueño, dando cara a la
realidad que nunca
fue mío que solo fue un espejo de tus deseos que cautivaron
mi amor.
Solo quiero pedirte que cuides tu cuerpo, porque quizás,
solo quizás, tu
cuerpo quiera volver a mi.
Mario Beer-Sheva
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