¿Paradigma perdido? Lecciones de etnocentrismo
Por Robert Spencer
Lustick, de la Universidad de Pensilvania, pretende explicar por qué los esfuerzos por implantar una solución de dos Estados han fracasado atribuyendo los repetidos fiascos a lo que él considera tres patinazos israelíes: la estrategia del Muro de Hierro, consistente en “tratar a los árabes como a un enemigo con el que puede que haya que llegar a un compromiso, pero sólo después de hayan sido quebrantados tras una serie de penosas derrotas sucesivas”; el empleo del Holocausto como “referente de la vida judía”, que llevaría al primer ministro Benjamín Netanyahu a declarar repetidamente que “estamos en 1938 e Irán es Alemania”, y el influjo del “lobby israelí” en la política exterior norteamericana. “Podría haberse establecido un Estado palestino junto a Israel, con el que podría haber coexistido pacíficamente”, arguye Lustick, “pero la oportunidad ha periclitado y ya no está disponible”.
Lustick recomienda descartar por completo la idea de un Estado palestino y, en cambio, centrarse en una realidad monoestatal con Israel como Estado tanto de los judíos como de los árabes, es decir, con un Israel que deje de ser un Estado judío. E insiste en que ese Estado unitario tendría por resultado la conformación de alianzas entre grupos árabes y judíos con perspectivas políticas compatibles.
Este análisis adolece del mismo defecto que arruina el discurso establecido sobre el conflicto israelo-palestino. Y es que, pese a la abrumadora evidencia en contrario, asume que los obstáculos son achacables por entero a Israel, y que serán los ajustes en las posiciones israelíes lo que asegurará la coexistencia pacífica con los palestinos. Lustick ignora la retórica genocida de los canales de televisión de la Autoridad Palestina y de Hamás. Y nada dice del hecho de que han sido los palestinos, no los israelíes, los que han rechazado todas las ofertas previas para el establecimiento de un Estado palestino, incluida la del Acuerdo del Siglo de Trump.
La asunción de que los árabes palestinos y otros grupos no occidentales carecen de perspectivas o imperativos propios y simplemente reaccionan ante el bien o el mal que se les hace por parte de entidades occidentales es etnocéntrica. Lustick calla ante el mandato coránico que dice: “Expulsarlos de donde os expulsaron” (2:191); mandato que alimenta la intransigencia palestina y el rechazo a la existencia de Israel en cualquier forma. Su libro es un fiasco debido a su ignorancia de estos factores determinantes.
© Versión original (en inglés): Middle East Quarterly
© Versión en español: Revista El Medio
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