La luz de la Torá..
Palabras del Rab. Daniel Karpuj
JÁNUCA, LA LUZ Y LA TORÁ
En los libros más antiguos de mi biblioteca se enseña:
La primera Luz creada, fue guardada por la Divinidad para los justos, en el Mundo Venidero.
Luego llegaría al Mundo la luz de las luminarias, recién el cuarto día de la Creación.
Esa primera luz, el Or Haganuz, brilló en el mundo durante treinta y seis horas.
El mismo número de velas que se encienden, en total, durante los ocho días de la Festividad de Jánuca.
Curioso y hermético es el lenguaje de los Sabios…
Pero ¿dónde fue “guardada” esa Luz?
Fue guardada en la Torá…
Por eso, no busques “entender” la Torá.
Busca esa Luz, como se busca el aire para respirar.
Lee una vez, otra, otra, hasta que las letras se vayan disolviendo lentamente, hasta que dejen de ser un obstáculo para el filtro de tu razón.
Tómate el tiempo necesario y continúa.
Quita una capa, otra, como si descascararas el texto.
Con cada cáscara que apartes, sentirás que el texto te ilumina.
Percibirás la calidez, la tibieza, la contención.
El Abrazo sagrado.
Sigue, continúa, no te debilites, no te rindas.
Te estás jugando la única vida que merece ser vivida.
La Vida con sentido.
No estás estudiando, estás buscando la Luz, la del sentido, la del significado, la que finalmente responderá a tus preguntas vitales y calmará tu sed.
La que definitivamente te redimirá de un Mundo oscuro e incomprensible, nebuloso y áspero.
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